Postura encogida, contracturas y dolor muscular: cómo afecta el invierno al dolor de la espalda

La temporada de frío perjudica al organismo desde varios frentes. Las contracturas y las malas posturas combinadas con las bajas temperaturas generan problemas en el cuerpo que pueden prevenirse. Cómo lograrlo

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El dolor de espalda en invierno puede prevenirse (Getty Images)
El dolor de espalda en invierno puede prevenirse (Getty Images)

Con la llegada del invierno, además de los resfríos, la gripe y otras infecciones, el frío también causa dolores a nivel muscular o articular. Los problemas de espalda se acentúan, sobre todo los producidos por malos hábitos y posturas inadecuadas.

El frío afecta directamente al organismo, la tensión crece a nivel muscular debido a la contracción de los músculos por causa de las bajas temperaturas. Nuestra primera reacción es encogernos; al doblarnos lo que hacemos es contraer involuntariamente todos los músculos del cuerpo, siendo una de las principales causas de las contracturas musculares.

¿Qué son las contracturas exageradas?

Las contracciones exageradas de la fibra muscular, a diferencia de los calambres musculares, no son involuntarias y pueden tardar mucho más tiempo en desaparecer.

"Debemos tener en cuenta que unas de las principales causas de las contracturas musculares son las subluxaciones en la columna vertebral. Cuando una vértebra pierde su posición normal atrapando los nervios, los músculos involuntariamente se contraen y se producen múltiples contracturas. Una pequeña rutina de movimientos diarios nos ayudará a disminuir la rigidez corporal", describió a Infobae el quiropráctico Marcelo Barroso Griffiths (MN 9784).

La temporada de frío también influye en la postura de las personas (Getty Images)
La temporada de frío también influye en la postura de las personas (Getty Images)

"Debemos prestar atención a que si estas contracturas musculares se mantienen en el tiempo, nuestra postura se verá afectada y la alteración de la misma traerá aparejada también diferentes alteraciones funcionales, como la disminución de los volúmenes respiratorios, menos aire, más cansancio, menos movilidad articular, alteración de los volúmenes sanguíneos", enfatizó el profesional.

Y es que a lo largo de todo el invierno, los músculos permanecen más contraídos que el resto del año, algo que obliga a que las articulaciones también se muestren más rígidas, ya que tanto los tendones como todas las fibras musculares están más contraídas. "Es importante abrigarnos para no hacernos más daño en las articulaciones, ya que la tirantez muscular las afectará deteriorándolas poco a poco".

Las mujeres son más propensas a tener contracturas y dolor de espalda (Getty Images)
Las mujeres son más propensas a tener contracturas y dolor de espalda (Getty Images)

Las zonas más perjudicadas por los cambios bruscos en la temperatura son la cervical y la dorsal, y ambas pueden terminar siendo afectadas por contracturas que originen dolencias persistentes.

Las mujeres son más propensas a padecer dolor de espalda porque son más friolentas y eso hace que adopten posturas incorrectas. Las que sufren patologías severas en sus músculos tales como artritis o fribromialgia tienen más posibilidades de sufrir dolores durante la llegada del invierno. De tal modo que tanto las articulaciones como los músculos de la espalda ya están sufriendo dolores de por sí, por lo que el clima frío tiende a empeorar los problemas que ya padecen.

Más dolor en invierno

Principalmente hay dos causas por las que el dolor de espalda aumenta en invierno: una es el contraste de temperatura entre ambientes cerrados y entorno externos y, otra, las posturas que adoptamos cuando tenemos frío.

Se recomienda evitar los cambios bruscos de temperatura (Getty Images)
Se recomienda evitar los cambios bruscos de temperatura (Getty Images)

"Por ejemplo, si estamos en la calle y entramos en un negocio con calefacción, al volver a salir a la calle va a favorecer que suframos dolores de espalda. Pasamos del frío extremo al calor en muy poco tiempo y el cuerpo tarda en adaptarse. El frío hace que nos encojamos y adoptemos malas posturas como elevar los hombros, encorvar el cuerpo, agachar la cabeza y, en definitiva, tensionar todo el cuerpo", reveló.

Los meses de invierno son mucho más difíciles para las personas que viven con el dolor, especialmente la lumbociatalgia, es decir, el dolor punzante en la pierna. En el invierno, los músculos se vuelven más rígidos y tensos debido a la disminución del flujo sanguíneo a los mismos, mientras que en los meses más cálidos, los músculos son más flexibles.

¿Cómo aliviar el dolor de ciática en los meses de invierno?

-Evitar los movimientos bruscos.

-Realizar ejercicios de estiramiento; ante cualquier tipo de esfuerzo aflojar los músculos y articulaciones.

-Mantenerse hidratado con entre 8 y 10 vasos de agua todos los días.

-Mantener un peso saludable: el sobrepeso pone presión extra en el nervio ciático.

"Llevar una bufanda o pañuelo para que el cuello y cervicales estén abrigados, evitar cambios bruscos de temperatura y corrientes de aire hará un cambio, ya que de lo que varíe el termómetro también dependen los dolores de espalda, las articulaciones o la curación de las lesiones", concluyó el experto.

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