La noticia no estaba en los cálculos del inversor e introduce una variante que debería ayudar a mejorar las cotizaciones, al menos en el corto plazo. Se sabe, uno de los condicionantes que enfrentan soja y maíz por estos días es la magnitud de la cosecha estadounidense. Pues bien, el Departamento de Agricultura de este país (USDA) acaba de comunicar que la producción de ambos granos será importante, aunque no tanto como se esperaba.
En su informe de oferta y demanda correspondiente al mes de noviembre, conocido el último viernes, el organismo redujo el rendimiento de la soja estadounidense, incluso por debajo de todas las estimaciones comerciales que estaban en el radar de los analistas. Así, el USDA abandonó el rinde récord para la historia del país que estaba utilizando y lo cambió por unos terrenales 3474 kg/ha promedio, cuando el mercado se conformaba con un recorte hasta los 3550 kg/ha.
Por cierto, esta ha sido la mayor reducción del rendimiento -de 3.568 kg/ha a los mencionados 3474 kg/ha- entre los meses de octubre y noviembre en más de 30 años. La parte final del ciclo del cultivo en el corazón sojero-maicero de Estados Unidos toleró un clima relativamente seco, y allí estaría el fundamento para un recorte de esta magnitud. Hay que decir de todos modos que los stocks finales siguen siendo importantes, ya que el USDA redujo paralelamente la molienda en 408 mil toneladas y las exportaciones en 680 mil toneladas, compensando en parte el recorte de 3.3 millones de toneladas de producción debido al menor rendimiento.
Como fuere es un primer paso positivo para quitarle algo de presión a las cotizaciones de la oleaginosa, que además vienen en duda por la posibilidad de que Trump inicie una nueva guerra comercial con China, país que dicho sea de paso anotó otras 107 mil toneladas de soja estadounidense al final de la última semana. Desde agosto lleva asumidos compromisos por 2.9 millones de toneladas, a las que hay que sumar 3.4 millones de toneladas consignadas a compradores no especificados, muchos de ellos también chinos. Claro, a partir del triunfo del republicano es toda una incógnita cómo seguirá esta historia.
No terminan ahí las sorpresas para la oleaginosa en este reporte de noviembre. Las estimaciones de existencias finales mundiales de soja indicadas por el USDA el viernes último están muy por debajo de los cálculos comerciales, a partir de una cosecha estadounidense más pequeña. Suma asimismo para los precios.
¿Y el maíz? También salió beneficiado como consecuencia de las estimaciones del organismo. La proyección de rendimiento para el cultivo en Estados Unidos disminuyó por primera vez en toda la temporada, pero aún conserva fácilmente su estatus de récord. Las existencias de maíz también están por debajo de las expectativas a partir del volumen ahora recortado de la producción estadounidense (384.63 millones de toneladas versus los 385.80 millones de toneladas que imaginaba el inversor).
Sin embargo, en el caso del cereal surgen algunos datos polémicos, que podrían haberle dado a este informe del USDA un tono mucho más alcista aún. Es que las exportaciones de maíz estadounidense se mantuvieron sin cambios con respecto al mes pasado. “Sorprende no ver algún incremento de este número, especialmente con las compras que ha hecho México, incrementadas en 1,5 millones de toneladas. ¿Significa que el USDA sintió que su pronóstico de exportación de maíz estadounidense ya era bastante agresivo? Quizás veamos el ajuste pendiente el próximo mes”, especula una conocida analista de Thomson Reuters. En el mercado quedó flotando la impresión de que el organismo no le dio mayor entidad a las recientes ventas externas de maíz de Estados Unidos., mucho mejores de lo esperado. Tal vez el USDA esté asumiendo que los compradores se están cubriendo tempranamente y que las ventas disminuirán de modo drástico más adelante. La sospecha está y tiene que ver con la victoria de Trump.
Por lo demás el USDA sigue sorprendiendo con sus números para soja y maíz en Sudamérica. Tanto en el caso de la oleaginosa como en el del cereal los datos no se modificaron respecto del mes pasado para la temporada 2024/25, solo se corrigió la producción de soja 2023/24 en Argentina, elevándola.
Precisamente llama la atención la insistencia del organismo en ubicar la producción argentina de maíz 2024/25 en 51 millones de toneladas, por encima de la temporada previa, a pesar de la notable caída que se espera para la implantación del maíz tardío. El USDA estaría dando a entender que descree de este escenario.
Para variar al trigo le tocó el rol de La Cenicienta en el reparto de beneficios. Los datos correspondientes a stocks finales en Estados Unidos y a nivel mundial no mejoraron, y el mercado castigó al cereal confirmando la debilidad de sus cotizaciones. La cosecha de trigo de Rusia –primer exportador mundial, que suele ofrecer precios muy bajos- se redujo en 0,5 millones de toneladas, pero las exportaciones se mantuvieron estables en 48 millones de toneladas. No tuvo mayor impacto.
Asimismo el USDA recortó la producción de trigo 2024/25 de Argentina a 17,5 millones de toneladas, desde las 18 millones de toneladas del mes pasado. Paralelamente, las importaciones de trigo 2024/25 de China se redujeron a 11,5 millones de toneladas desde los 12 millones de toneladas del mes pasado. Nada que mueva demasiado la aguja.