Un altar mapuche enfrenta a los vecinos de Villa Mascardi con la justicia federal

La jueza ordenó mantener el tótem en un área de donde fueron desalojados los grupos que tomaban tierras

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Luego del desalojo de las tierras ocupadas en Villa Mascardi, la jueza federal subrogante Silvina Domínguez propuso mantener una escultura de madera “sagrada” para los mapuches denominada rewe, generando duros cuestionamientos de parte de los vecinos que residen en el lugar, muchos de ellos damnificados por el avance de la agrupación Lafken Winkul Mapu.

La magistrada interina ordenó la demolición de las viviendas construidas por las familias que integran esa agrupación e incluso también de otros edificios públicos, para evitar que los mapuches intenten retomar el control de las tierras y con la excusa de que existen serios riesgos de derrumbe de las estructuras.

Sin embargo, en su decisión, exceptuó la escultura de madera – similar a un tótem- que es considerada sagrada por los pueblos originarios.

Desde la clandestinidad, los varones que integran la comunidad y que lograron huir durante la diligencia de desalojo, realizaron “un llamado urgente a seguir organizándose, haciendo diferentes acciones e acompañamiento de cuidado del rewe, espacio ceremonial sagrado”. Y admitieron: “Seguimos dispersos y firmes en el territorio”.

El rewe “es un sagrado, totémico y espigado tronco escalonado. La machi en trance lo escala y se equilibra como si fuera acróbata olímpica. Allí ora y sana enfermos, incluso a huincas. El rito ancestral de sanación puede costar hasta una yunta de bueyes”.

Referentes de los pueblos ancestrales contaron que “es el lugar de lo puro y lo nuevo de su espiritualidad”. “La machi contacta a sus divinidades, renueva su fuerza, energía y su sabiduría, y neutraliza a los espíritus causantes de las enfermedades y males diversos”, dijeron.

La lof Lafken Winkul Mapu, que se adjudicó atentados y usurpaciones de los lotes del paraje, no tiene registro ante el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) por lo que su pertenencia al pueblo mapuche es autoproclamada.

La Junta Vecinal de Villa Mascardi expresó su preocupación “por la inesperada” decisión de Domínguez de preservar como espacio de culto mapuche parte de las tierras usurpadas de Parques Nacionales “por la banda delictiva Lafken Winkul Mapu” porque “les reconoce, a ellos y a todos sus cómplices que los apoyan rechazando el estado de derecho, derechos como comunidad indígena que no han podido ser acreditados”.

La intención de Domínguez, sin embargo, no es tan inesperada. En el marco de uno de los frustrados intentos de pacto con la agrupación mapuche, la Administración de Parques Nacionales – por mandato del Gobierno Nacional- quiso negociar la entrega de otro espacio fiscal, ubicado unos kilómetros al sur del sector en litigio. En el ofrecimiento propuso, al igual que ahora, mantener la estructura “sagrada” en el sitio donde se erige en la actualidad. La oferta fue rechazada.

Fuentes con acceso a la causa indicaron que la estructura está vallada con cintas, para proteger su existencia.

“Habilitar mediante el reconocimiento de este falso lugar de culto la presencia y permanencia de quienes consideran a los ciudadanos argentinos sus enemigos por habitar y transitar el Parque Nacional en Villa Mascardi, es una medida sin fundamentos válidos que mantiene vigente el terror en la zona e impide el uso y goce de la propiedad” dijeron los vecinos.

Dijeron además que “su existencia en tierras que les son ajenas, deja latente la posibilidad de que vuelvan a ingresar, a tomar control de los predios que pertenecen al Estado o a privados”.

Una muestra del temor de los vecinos es un planteo reciente de uno de ellos – propietario de la cabaña La Escondida – quien solicitó al Ministerio Público Fiscal rionegrino una custodia permanente de su propiedad, ante el temor de que regresen los atentados vandálicos.

La solicitud fue remitida al Juzgado Federal de Bariloche aunque desde allí fue enviada a la Justicia ordinaria para que la evalúe.

El Comando Unificado que conformó el Ministerio de Seguridad de la Nación, con la participación de todas las fuerzas federales, comenzó a disolver su presencia en la zona de conflicto, lo que genera aún más incertidumbre a los pobladores.

“Sabemos que los integrantes varones de la agrupación, permanecen en la clandestinidad y no tenemos dudas de que intentarán retomar el control sobre la zona” admitieron los vecinos.