Mónica Cahen D'Anvers: "A la fama no hay que creérsela. Si no, te arruina la vida"

Hay pocas personas en los medios de comunicación que no necesitan invocar su apellido para presentarse. Marcelo, Susana y Mirtha son algunos de ellos. Mónica, también.

Le gusta decir que nació en un noviembre de hace 82 años. Se la ve bella, encantadora, coqueta con su pelo que peina como el mismo tic seductor que mostraba en la tele.  Cuando cumplió años en el 2015, su mítico productor de Telenoche le trajo como regalo el contrato con Editorial Planeta para escribir un libro. Especie de biografía laboral que comenzó con sus trabajos como actriz en "El amor tiene cara de mujer" o en "Cuatro hombres para Eva", "Mónica presente" es un texto de repaso de la vida como periodista de una de las mujeres más queridas y respetadas del ambiente.

Mónica Cahen D`Anvers estudió literatura en la Universidad de Cambridge ("tengo mi parte cheta", dice sonriendo) y entrevistó a decenas de jefes de Estado por todo el mundo. Hizo escuela. Marcó un modo de contar las noticias. "Se ve que mi sangre materna, los Láinez, todos periodistas, hicieron lo suyo y movieron lo que tenían que mover para que siguiera ese camino", le cuenta a InfobaeTV.

De su compañero de vida y de rubro televisivo habla con el mismo amor que nació hace 40 años. "Era un galanazo de la gran flauta, una facha descomunal", relata. "Venían señoritas hermosas a buscarlo al canal. A mí, no me daba ni bola.  Y un día…", cuenta del inicio de su romance.

Habla del periodismo militante ("Es un espanto"), de Lanata y Víctor Hugo,  confiesa que no mira Telenoche, su creación televisiva, y arriesga valoraciones de los ex presidentes de la democracia.

A continuación, lo más destacado de la entrevista.

— Yo soy Mónica Cahen D´Anvers, tengo 82 años. Empecé en la carrera del periodismo el 1 de enero del 66, hace ahora medio siglo. Soy una privilegiada como pocas. Haber laburado 50 años en lo que te gusta es sacarte el Prode.

— Te doy 50 años más para que elijas otra profesión ¿Volves a esta?

— Sí. Yo tuve además… yo quería ser actriz. Lo que pasa es que a mamá le dio un infarto, casi. En esa época, imaginate, estamos hablando del año 50, que yo le dije a mamá "Mamá, yo quiero ser actriz". Le dio como un patatús, no te puedo explicar el ataque que le dio. Creo que si le hubiera dicho cosas mucho más espantosas como "soy una prostituta" no le hubiera importado tanto. Pero yo le decía quiero hacerlo en serio, yo no quiero hacer el Maipo, yo quiero hacer teatro con señores que me enseñen. No, nada. Pero de todas maneras lo pude hacer y lo hice durante varios años y me divertí muchísimo.

— Qué fue ¿El amor tiene cara de mujer?

— Yo hice El amor tiene cara de mujer, 4 hombres para Eva, hice una película con Mirtha que se llamaba Con gusto a rabia, hice… Vos sabes que ya ni me acuerdo, le tenes que preguntar a Sagay porque la verdad es que ni me acuerdo. Pero muchísimas cosas.

— Hoy cuando te sentas a la tele ¿Te conmoves como nos conmovíamos nosotros con vos?

— No. Por una razón muy sencilla, la tecnología ha cambiado todo. A un punto tal que como vos bien decías en la época mía nosotros llegábamos al canal a las 9 de la mañana y a las 10:30 estábamos en la calle con un camarógrafo y un micrófono en la mano. Acá o en la loma del demonio, no importaba donde. Pero vivíamos todo eso, entonces creo que lo contábamos de otra manera. Hoy en día vos tocas un botón y el tsunami de información, de filmaciones, de fotos, de comentarios, hace que sea muy difícil. Yo te digo, yo agradezco haber tenido la suerte de irme cuando me fui. De haber hecho un camino ascendente, despacio, con una libertad extraordinaria, con muchas ganas, con mucho amor. Y haberme podido ir para dejarle el lugar, porque hay que acordarse de que hay otros, ese de 25 que no me conoce tiene derecho, tiene ganas, quiere hacer cosas, quiere aprender. Pero si los viejos estamos ahí sentados con cara de mal humor no hay lugar.

— Contame cómo fue Telenoche.

— Telenoche. Telenoche como te dije es, como se dice, se inauguró el 3 de enero del 66. Telenoche yo estaba haciendo 4 hombres para Eva, Goar Mestre –para los que no saben el antiguo dueño de Canal 3, creador de Canal 13, cubano que se había tenido que ir de Cuba porque le habían expropiado sus canales. Como estaba casado con una argentina tuvo derecho a hacer un canal acá-. Bueno, él tuvo la idea, me lo mandó a Carlos Montero, no el que hoy está en CNN sino el papá.

– ¿Ves Telenoche hoy?

— No.

— ¿Por qué?

— Porque no veo ningún noticiero.

— No ves noticieros.

— No.

— ¿Por salud mental? ¿Por qué?

— Porque la tecnología ha superado a los noticieros. Y lo que la tecnología todavía no ha superado es el fenómeno de la grieta que existe y que los periodistas, y los compadezco porque no es fácil, no se lo pueden sacar de encima. Entonces terminan siendo partidistas en vez de periodistas. Ni pensar, yo creo que un periodista no puede ser ni macrista ni kirchnerista, tiene que ser un señor o una señora que cuenta la verdad, que a lo mejor se equivoca en esa verdad pero por lo menos en lo que piensa con honestidad y se lo cuenta paso a paso esto. En vez hoy en día estamos tan abocados en mandarnos al demonio unos a los otros que no tengo ganas de verlo.

— No tenes ganas de verlo.

— No.

— ¿Qué es la fama?

— Qué es la fama, un despelote. La fama es como que de repente cuando no la tenes te parece bárbara, como la mayoría de las cosas que no tenes. Cuando la tenes decís ¿Y esto para qué? Mientras no te la creas no pasa nada. Si la fama es como un blazer más se igual. Ahora, si la fama te hace creer que vos sos la maravillita te arruina la vida. O sea que tenes que darte cuenta que la fama es, qué sé yo, la fama puede ser maravillosa y puede ser espantosa. Lo terrible de la fama es cuando te la crees. Creo que esa es la base, es así.

— Lo importante es lo que sos, quién sos, y no qué tenes.

— Exactamente.

— ¿Quién sos?

— Soy una mina privilegiada que ha tenido la enorme suerte de tener una mezcla extraordinaria de cosas en mi sangre. Es decir, de un lado, el lado Cahen D´Anvers aristócratas si queres llamarlos, franchutes, judíos, banqueros llenos de plata, y del otro lado una familia argentina criolla, campestre, periodista, pensante. Y esa mezcla ha hecho de mí un ser bastante íntegro.

— Hablemos un poco de política, ves a Macri y qué ves.

— Confusión. Creo que Mauricio, y perdón que lo llame Mauricio, lo que pasa es que él fue al colegio con Vane.

— Por ejemplo.

— Por ejemplo. Entonces yo lo conozco desde que era una cosa así. Creo que cuando digo confusión es que tiene, digamos, tiene muchos frentes abiertos, muchos frentes abiertos, es muy difícil. Yo le deseo toda la suerte del mundo pero es un despelote lo que tiene en su vida, sin duda alguna. Y creo que, no voy a analizar políticamente lo que hizo o dejó de hacer porque no soy quien, pero creo que se apuró un poco en algunas cosas.

— Ves a Cristina y qué ves.

— Cristina, veo una mujer con muchas condiciones, y yo lo dije alguna vez. Yo la veía hablando y había pocos políticos que hablaban con la solidez, con la solvencia, con los conocimientos que hacía ella. Ahora, qué hacía después con todo eso ya es otro cantar. Y evidentemente la corrupción tiró todo al demonio.

— Ves a Carlos Menem.

— ¿Si lo veo?

— Si lo ves a Carlos Menem y qué ves.

— Que tendría que estar en cana. Digamos, creo que la justicia es una de las cosas terribles que hemos tenido. Una justicia adicta, una justicia de bajar la cabeza y decir sí señor con los gobiernos, cualesquiera sean o fuesen. Y Carlos, creo que Carlos hizo nos macaneó mucho y mucha gente le creyó e hizo muchas pavadas y cometió muchos errores y tendría que estar preso.

— Ves en el recuerdo a Raúl Alfonsín y qué ves.

— Eso es otra cosa, yo a Raúl lo veo primero con una honestidad total, que es una cosa difícil. Creo que fue un presidente que realmente quiso hacer cosas, se equivocó también, quién no se equivoca. Se equivocó en muchas cosas. Pero veo un presidente honesto que hizo cosas muy importantes, empecemos por supuesto con lo de la dictadura.

— El juicio a las juntas.

— Ese juicio fue una cosa muy importante, realmente fundamental.

— Cuál es el sentido de la vida.

— Básicamente ser feliz y hacer feliz a la gente con todo lo que uno pueda.

La entrevista completa: