Se dice que los padres son los superhéroes de sus hijos, pero esta consigna se revierte inevitablemente con el paso de los años. Los niños crecen y les toca cuidar de las personas que les dieron la vida. Mario Soto no fue ajeno a este ciclo natural y tuvo que asumir ese rol cuidador en un momento crucial.
El talentoso volante había alcanzado la madurez deportiva en el fútbol peruano, destacando como una de las figuras más determinantes. Sin embargo, tomó la difícil decisión de apartar los botines prematuramente por una razón superior: el inmenso amor hacia sus progenitores.
En la plenitud de su carrera, Soto renunció al profesionalismo para dedicarse a velar por el cuidado y bienestar de sus padres. Una decisión que pocos comprenderían, pues implicaba dejar de lado sueños, reconocimientos y una situación económica holgada que todo deportista anhela.
Su carrera, como todo chico de provincia, fue de menos a más. Inclusive en sus inicios no tuvo una formación y pasó por un club de Copa Perú de forma directa. Coronel Bolognesi, un equipo de Tacna que perdió terreno en el último tiempo, lo reclutó en una prueba masiva y ahí arrancó su carrera como futbolista profesional, con un jovencito Jorge Sampaoli.
Por su camino también se cruzó con el técnico peruano Juan Reynoso, con el que hizo ‘click’ de inmediato y mantuvo una relación muy cercana. El ‘Ajedrecista’ quedó fascinado con sus virtudes y lo llevó de ‘bolo’ a dos clubes con mucha historia como lo son Universitario de Deportes y Melgar. En el primero, se estableció como el ‘10′ de manera sorpresiva en el 2010.
Una década después de jugar en Ate, habiendo vestido las camisetas de Cobresol, Real Garcilaso (ahora Cusco FC), Alianza Universidad y Alianza Atlético, decidió retirarse. Soto había pasado muchos años lejos de su ciudad natal, Moyobamba, y optó por regresar a casa para cuidar a sus papás durante la pandemia del COVID-19, sin pensar que la vida le dio la oportunidad de pasar tiempo con su amado padre, quien falleció a inicios de este 2024.
Infobae Perú se contactó con Mario Soto para conocer más detalles de su conmovedora historia. El ‘Mago’ -como lo llamaron en su mejor momento- nos atendió amablemente y reveló capítulos de su carrera deportiva. Asimismo, contó a qué se dedica después de colgar los botines.
Sus inicios en el fútbol y llegada Coronel Bolognesi
- ¿Qué recuerdas de tu infancia en Moyobamba?
Desde que tengo uso de razón he vivido para el fútbol, el fútbol era todo para mí, la pelota, en mi casa destrozaba las ventanas, todo espacio para mí era una canchita, por más reducido que sea.
- ¿Cuáles son tus inicios en el fútbol? ¿Tu primera academia?
Inicié en los campeonatos escolares, esos que hay cada año, no había escuelas de fútbol en mis tiempos, recién a los 13 o 14 años hubo una escuela de fútbol, ahí más o menos los profesores te entrenaban. Eso me ayudó a formarme, pero antes de los 13, me hice por mí mismo.
- ¿Cómo así llegas a Coronel Bolognesi de Tacna siendo de la selva del Perú?
Desde los 14 años jugué en un equipo de Copa Perú de Moyobamba. Estuve cuatro años, justo finalizando el año estábamos en la etapa regional, me lesiono ante UTC, y prácticamente mi año terminó ahí. Mi hermano vivía en Lima, siempre ha estado al tanto de cómo iba y trataba de llevarme a la capital para una prueba. La Sub 20 de Bolognesi participaba en Lima y mandaron a dos chicos al primer equipo dejando dos cupos. Viajé a Lima para esa prueba, con el tobillo sensible pero era la oportunidad que andaba buscando porque en mi ciudad era muy difícil. Pude jugar, estaba el papá de Claudio Pizarro, me metieron en el segundo tiempo y me fue muy bien, ya que metí dos goles. Me pidieron mis papeles para inscribirme.
- Hiciste la prueba en Lima y estuviste en la Sub 20, ¿cómo das el salto al primer equipo y te vas a vivir a Tacna?
Jugué siete partidos con la sub 20, ya finalizaba el año, de ahí para la pretemporada, nos mandan a cinco de la categoría y comencé a entrenar con el primer equipo a modo de prueba. Me tocó entrenar con Jorge Desio, preparador físico de Sampaoli. Fue muy riguroso, entrenábamos tres veces al día, habían 40 personas en prueba, de los cuales se iban reduciendo con el pasar del tiempo. Al final quedaron cinco y ahí empezó. Recién al quinto mes me hicieron un contrato amateur, estaba un poquito más tranquilo, después llegó Sampaoli y él me hace debutar. Por fin me hacen un contrato profesional.
- ¿Fue duro vivir sin contrato en una ciudad lejos de tu familia? ¿Cómo subsistías?
El club desde un inicio nos daba algo mínimo que nos alcanzaba para la comida, nos juntamos con los compañeros, en un cuarto dormíamos cuatro o cinco personas, nos dieron colchones, en nuestra movilidad íbamos muchos para que salga barato porque el centro de entrenamiento estaba a una hora y media. Uno valora mucho esos recuerdos porque, como se dice, estábamos pagando derecho de piso.
Su debut con Jorge Sampoli
- Como me comentabas, debutaste con Jorge Sampoli, ¿qué recuerdas del primer encuentro con el DT argentino?
Claro, desde el primer instante, se hizo notar su trabajo, lo riguroso y exigente que era, él en esos momentos no le daba importancia, obviamente si respetaba la jerarquía, pero el que estaba bien, era el que jugaba, por más que no haya debutado un chico y en el entrenamiento estaba bien, le daba la oportunidad, eso pasó en mi caso.
- ¿Te chocó los rigurosos entrenamientos de Jorge Sampoli teniendo en cuenta que no tenías una base formativa?
Sampaoli llega en el segundo semestre, pero la pretemporada se hizo con su preparador físico. Eso me ayudó bastante, tenía 18 años, aprendí bastante esos 15 o 20 días que estuve con él, ya tenía una noción de lo que iba a ser Sampaoli, me traté de adaptar lo más rápido posible. Fue complicado porque el equipo estaba jugando la Sudamericana y peleando los primeros puestos del torneo peruano.
- Dejando de lado lo futbolístico, ¿cómo era Jorge Sampaoli como persona? ¿Algún consejo que recuerdes de él?
Personalmente no me dijo mucho, pero cuando debuté, me preguntó ‘cómo me había sentido, que no tenía que bajar los brazos, está difícil’, me dijo que me lo gané. Siempre fue exigente, pedía el 110%, era detallista con sus trabajos, hacía trabajos para cada posición.
Su relación con Juan Reynoso y su etapa como ‘10′ de Universitario
- Otro técnico que te marcó fue Juan Reynoso...
Con Juan aprendí mucho también, el técnico que me ha tocado siempre he tratado de adaptar, eso me sirvió para mantenerme, 15 años jugando. Los jugadores que han estado con él, no van a tener un mal concepto de su trabajo.
- Con él, logras ganar tu primer y único trofeo en el fútbol profesional....
En 2007 ganamos el Clausura, Juan llega en la segunda parte, fuimos campeones pero no llegamos a jugar la final porque en la primera parte no estuvimos entre los siete o seis primeros, era un requisito.
- Al parecer Juan Reynoso te agarró cariño porque en 2010 te lleva a un club grande como Universitario. ¿Cómo se da ese fichaje?
Estuve cuatro años en Bolognesi, él justo estaba en la ‘U’, en mi último año llegamos a jugar en contra, me fue bien en esos partidos, eso fue determinante, al margen de los resultados, en ambos empatamos. Justo a mitad del 2009 me lesiono y no juego, pero Juan me había dicho para tratar de llegar en el 2010. Iba a fichar en el 2009, pero por mi lesión no pude, entonces se dio para el año siguiente.
- ¿Te sorprendió el hecho que te lleve a la ‘U’?
A mí me sorprendió un poco, si bien es cierto estaba teniendo un buen rendimiento, pero la lesión por ahí que me bajó, la mayoría de equipos ven el rendimiento de todo el año, eso no me hizo sentir tan bien. Felizmente ya había hablado con Juan, me dijo que me recupere tranquilo y que el otro año me incorpore al equipo. Para cualquiera de provincia, independientemente si es hincha o no, buscamos estar en un equipo grande.
- Inclusive te dio la camiseta ‘10′... ¿Qué significa haber llevado ese dorsal en un equipo histórico como la ‘U’?
Él no me da la ‘10′. Todos nos sorprendimos. Hasta el entrenamiento no tenía número, cuando llegamos al camerino en la presentación del equipo, habían puesto la ‘10′ en mi lugar, yo dije ‘me he equivocado’, pero el utilero me dijo que estaba en mi sitio, qué más quería, me dieron la ‘10′ y la tomé con gusto, fue un honor vestir esa camiseta.
- ¿Consideras que eres un jugador de Juan Reynoso?
No, para nada. Hemos estado en tres equipos y sería fácil decir que sí tenemos una buena relación, tampoco es lo contrario, pero no hemos sido grandes amigos. Él y yo lo hicimos por el trabajo, me adapté a lo que quería y eso le llamó la atención, por eso me tomó en cuenta. Estoy muy agradecido con él por las oportunidades que me ha dado, ha sido muy importante en mi carrera.
- Tú que lo conoces mucho tiempo porque también comparten vestuario en Melgar, ¿sientes que su temperamento le pasó factura en la selección peruana?
No creo que haya sido por su temperamento, lo conozco, es un técnico de procesos a largo plazo, por su estilo, por lo que él busca, a muchos jugadores les cuesta adaptarse, no es algo que él busque para tener un bajo rendimiento, si ves todos los equipos donde ha estado, ha conseguido títulos, desde Bolo, Universitario, Melgar y Cruz Azul, le ha ido bien. Pasa por el jugador que debe tener humildad para poder adaptarse al técnico, si el jugador se adapta y no hay resultados, ahí es muy diferente.
Su retiro del fútbol por el amor a sus padres
- Cambiando de tema, ¿por qué te retiraste muy temprano del fútbol?
A los 33, mi último año fue con Carlos Stein en el 2020. Comenzó la pandemia, sentí un poco de temor por mis padres, estaban muy expuestos, porque tenemos restaurantes y podían contagiarse. Entonces después los 15 años que solo los veía esporádicamente, cuando solo venía de vacaciones, me quedé en un inicio y vi que mis padres me necesitaban, por más que ellos me pedían que siga jugando y me decían que estarían bien, sentí que más me necesitaban estando acá que lejos o viéndome hacer lo que más me gusta. Prioricé el tema familiar, afortunadamente pude pasar los últimos años con mi papá, él falleció a inicios de este año, si hubiera estado jugando, no hubiera podido compartir con él. Eso hubiese sido lamentable para mí, no estoy arrepentido de tomar esa decisión.
- ¿A qué te dedicaste post retiro?
Nosotros tenemos restaurantes, uno conocido, la Olla de Barro, tenemos años. Como mis padres paraban en los negocios, vine acá para hacer su relevo, les decía vayan a descansar, que me quedo acá. Con el dinero del fútbol he podido adquirir terrenos en Moyobamba, en uno de ellos pude convertirlos en un complejo deportivo, tengo una cancha sintética y quiero construir una de fútbol 11. Estamos metiéndole punche como decimos.
- Aparte de las canchas y complejo deportivo, ¿no ejerciste como un rol vinculado directamente al fútbol como entrenador o gerente?
También soy entrenador de menores, tuve mi escuela, estoy a cargo del tema de fútbol con la Universidad Cesar Vallejo de Moyobamba, estamos participando en el campeonato de interuniversidades de fútbol masculino y femenino.