Mujer embarazada atacada en mercado de Ventanilla acusa a su expareja: “me quería matar para no tener al bebé”

El ataque ocurrió en cuestión de segundos. Amelia fue trasladada de emergencia al hospital de Ventanilla y posteriormente al Hospital Daniel Alcides Carrión

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Mujer embarazada atacada en mercado de Ventanilla acusa a su expareja “me quería matar para no tener al bebé” - Buenos Días Perú

La tarde del miércoles 4 de junio, la cotidianidad del Mercado Unificado de Pachacútec, en el distrito de Ventanilla, Callao, se vio interrumpida de forma abrupta y violenta. Amelia Santos Reyes, una gestante de 23 años con cinco meses de embarazo, había acudido al lugar acompañada de su pequeño hijo de cinco años. Sin imaginar lo que le esperaba, la joven caminó entre los puestos, mientras conversaba por teléfono con su expareja y padre del hijo que lleva en su vientre, Joel Díaz Cieza.

En ese trayecto, Amelia alertó a Díaz Cieza que dos hombres la seguían. Ante la advertencia telefónica, recibió sólo evasivas. “Le digo a él, le digo yo, pues que me están siguiendo, ‘como tú sabes que te están siguiendo’, me dice, porque yo sé lo que te estoy diciendo, me están siguiendo… Él me dice ‘espérame un rato’”. Segundos después, un hombre que la había acechado desde hacía rato sacó un arma y disparó. Amelia recibió dos disparos, uno en la cabeza y otro en el cuello, frente a la mirada de su hijo. Según denunciaron familiares, el disparo se produjo mientras Joel Díaz seguía en la llamada. Apenas se oyó el estruendo, el teléfono se cortó.

El ataque ocurrió en cuestión de segundos y expuso a todos los presentes al terror y la impotencia. Amelia fue trasladada de emergencia al hospital de Ventanilla y posteriormente al Hospital Daniel Alcides Carrión, en el Callao, debido a la gravedad de sus heridas. Desde entonces, permanece en estado crítico en la unidad de cuidados intensivos, con el pronóstico aún reservado tanto para ella como para el bebé que espera.

Mujer embarazada atacada en mercado
Mujer embarazada atacada en mercado de Ventanilla acusa a su expareja

“Me quería matar para no tener al bebé”

Desde la cama del hospital, Amelia rompió el silencio y acusó directamente a su expareja. “Que sí me hubiese matado era lo que quería. Matarme. Me quería matar para no tener al bebé”, declaró. Para ella, la motivación detrás del atentado radica en su embarazo. Según testimonio recogido por su familia, el propio Joel Díaz la guió en todo momento mientras permaneció en el mercado, indicándole incluso a cuál cajero acudir para retirar dinero, y se mantuvo en la comunicación hasta el instante del atentado.

Intento de feminicidio en Ventanilla
Intento de feminicidio en Ventanilla - BDP

Una estadística que no da tregua:

El caso de Amelia no constituye un hecho aislado dentro de la crónica de violencia que sufren las mujeres en el país. Según datos del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, entre enero y abril de 2025 se han registrado 58 feminicidios en Perú. Lima Metropolitana lidera este escalofriante conteo, seguida de cerca por el Callao y otros distritos del litoral, incluida Ventanilla.

La mayoría de las víctimas, el 57%, son jóvenes entre 18 y 29 años, categoría en la que también encaja Amelia. Pero la dimensión de la problemática va mucho más allá: en el 70% de los casos, el asesino resulta ser la pareja o expareja de la víctima, y en casi la mitad de las situaciones, como en este caso, los hijos menores de edad presencian los episodios de violencia o quedan desamparados tras el crimen.

Las organizaciones sociales de Ventanilla y la familia de Amelia han solicitado garantías para la sobreviviente, su hijo y los testigos, ante el potencial riesgo de represalias. “Nos hubiera pedido ayuda a nosotros. Hubiera llamado. No ha vuelto a llamar”, lamentó un familiar, cuestionando las acciones y el silencio de Díaz Cieza tras el ataque.

Mientras Amelia permanece críticamente internada y la vida de su bebé pende de un hilo, la comunidad espera que las autoridades actúen a la altura de la gravedad del caso. La situación humanitaria se agrava con el impacto psicológico que el ataque ha dejado en el niño, testigo directo de la violencia ejercida contra su madre.