El centro comercial más solitario de Lima, con 8 pisos de pasillos vacíos y locales cerrados: “Aquí no hay vida, solo muchas historias”

Lo que alguna vez fue el centro comercial más importante de Chorrillos, hoy se ha convertido en un sitio marcado por la calma y el enigma. Ocho pisos vacíos cuentan la historia del deterioro de un centro comercial que, con el paso de los años, ha quedado en el olvido

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En medio de la ciudad, un centro comercial con ocho niveles y una historia de decadencia desafía al tiempo con sus tiendas cerradas y una atmósfera de abandono. Youtube: SantoBrasa

El centro comercial Galaxy Plaza, ubicado en la Av. Defensores del Morro 16, en Chorrillos, fue en su momento un vibrante punto de comercio y encuentro. Hoy, sus ocho pisos muestran escaparates vacíos, escaleras mecánicas inmóviles y áreas de juegos desoladas. Este espacio, que aspiraba a ser un ícono de modernidad en Lima, ahora emana una sensación de abandono, como si el tiempo se hubiera detenido en sus pasillos. Pocos recuerdan aquellos días de agosto, cuando las tiendas estaban llenas de actividad y las familias acudían a disfrutar de un día de compras y entretenimiento. Ahora, la falta de visitantes y el desgaste del tiempo han dejado una huella profusa.

El youtuber SantoBrasa, conocido por sus exploraciones en lugares abandonados, se ha adentrado en este centro comercial desierto donde revela a través de sus videos el contraste entre lo que fue y lo que es hoy. Con su estilo único, ha logrado capturar la esencia de este espacio olvidado, se muestran las imágenes de los vacíos que una vez estuvieron llenos de actividad. A través de sus ojos, los espectadores pueden sentir el abandono que se respira en cada rincón del lugar.

Un lugar de gloria que se convirtió en desolación

Con 8 pisos de estructuras en lo que parecía ser una inversión a futuro, este centro comercial alguna vez fue una de las principales atracciones en la zona. Los grandes anuncios publicitarios de marcas conocidas y la promesa de una experiencia de compras moderna atraerían a los compradores de la capital. Sin embargo, a medida que pasaban los años, el lugar empezó a vaciarse. Los comerciantes abandonaron sus puestos, las tiendas se cerraron y el bullicio de las familias que pasaron por los pasillos desapareció. Hoy, lo único que queda son espacios vacíos y un eco constante de lo que fue.

Lo que alguna vez fue
Lo que alguna vez fue un prometedor punto de encuentro ahora es un lugar desierto. (Captura de pantalla)

Los pisos superiores, que alguna vez albergaron oficinas y comercios, ahora solo muestran puertas cerradas y ventanas sucias. Los ascensores, que en algún momento transportan a cientos de personas de un piso a otro, ahora permanecen inmóviles. La sensación de vacío es tan palpable que se convierte en el principal atractivo para aquellos que, como SantoBrasa, se sienten atraídos por lo oculto y lo olvidado.

“Aquí no hay vida, solo muchas historias”

“Este es el centro comercial más desolado de Lima”, comenta SantoBrasa mientras recorre los pasillos vacíos del lugar. “Aquí no hay vida, solo muchas historias”. Su frase resuena en el vacío de las estructuras, como si las paredes mismas guardaran los ecos de tiempos pasados. Para él, cada rincón del centro comercial tiene una historia que contar, desde los carteles publicitarios que ahora solo muestran los signos del paso del tiempo, hasta las zonas de juegos donde los risueños gritos de los niños alguna vez llenaron el aire.

El abandono de este centro comercial no solo es físico, sino también emocional. Aquello que un día fue un vibrante centro de actividades ha sido reemplazado por la quietud, y la historia que dejó atrás sigue presente, oculta entre las sombras de los locales cerrados. SantoBrasa, con su cámara en mano, convierte este espacio en una cápsula del tiempo que invita a la reflexión sobre la fragilidad de los proyectos comerciales y la rapidez con la que pueden caer en el olvido.

Explorando los rincones desolados de
Explorando los rincones desolados de este centro comercial, el creador de contenido muestra un espacio que en el pasado fue un punto de referencia para los limeños. (Captura de pantalla)

La historia detrás del olvido

Para entender cómo un lugar que alguna vez fue tan prometedor llegó a convertirse en un sitio desolado, es necesario observar el contexto más amplio. El centro comercial fue inaugurado en una época de gran optimismo para el comercio en Lima. Durante los primeros años, fue un destino popular para familias y jóvenes, que se encontraban en sus tiendas y en su patio de comidas el lugar ideal para pasar un día de esparcimiento. Sin embargo, la competencia de otros centros comerciales más modernos y accesibles, junto con la falta de renovación en la infraestructura, hizo que el lugar perdiera su atractivo con el tiempo.

A medida que las tiendas comenzaron a cerrar, los pocos negocios que quedaron en funcionamiento tampoco lograron atraer a los consumidores. Los cambios en las tendencias comerciales y el crecimiento de otras zonas comerciales de la ciudad contribuyeron al abandono progresivo del lugar. La falta de mantenimiento y el deterioro de las instalaciones llevaron al colapso total de la estructura, que hoy en día es solo un reflejo de lo que alguna vez fue un centro de actividad y comercio.

Más información:

¿Cuál es la galería considerada la precursora de los centros comerciales?

En pleno corazón del Centro Histórico de Lima se encuentra Galerías Boza, un conjunto de locales considerado como el antecedente de los centros comerciales en el Perú. Está ubicado en el Jirón de la Unión, a pocos metros de la Plaza San Martín.

En 1956, esta galería comercial abrió sus puertas para recibir a las personas de clases acomodadas, quienes solían visitar tiendas como Joyería Banchero, Disco Centro, Casa Lyon y Ternos Mister.

Frontis de Galerías Boza.
Frontis de Galerías Boza. (www.tripadvisor.com.eg)

¿Cuál es el centro comercial más antiguo del Perú?

Plaza San Miguel, reconocido como el centro comercial más antiguo del país, abrió sus puertas el 15 de octubre de 1976. Su ubicación estratégica, en la intersección de las concurridas avenidas La Marina y Universitaria, lo convierte en un punto de fácil acceso y alta afluencia en Lima.

Durante los años 80, atravesó complicaciones debido al impacto del terrorismo y la hiperinflación que golpearon al país, frenando su crecimiento. No obstante, en la década de 1990, experimentó una transformación con la incorporación del supermercado Wong y la llegada de restaurantes internacionales.

La primera escalera mecánica de Lima se instaló en una galería

En 1956, Galerías Boza fue inaugurada en el corazón del Centro Histórico de Lima, específicamente en el Jirón de la Unión. Poco tiempo después, se instaló una escalera mecánica, considerada la primera de la capital.

Aunque las escaleras mecánicas fueron inventadas a finales del siglo XIX, no llegaron a Lima hasta mediados del siglo XX, cuando fueron instaladas en el recinto comercial. Actualmente, este sistema de transporte vertical aún se encuentra en la galería, pero no está operativo.

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