Lo que debía ser una celebración llena de alegría y compañerismo terminó en una pesadilla para una estudiante de 17 años del colegio Francisco Bolognesi de San Juan de Lurigancho.
Durante la inauguración de las Olimpiadas Escolares, una adolescente sufrió quemaduras de tercer grado en el rostro, cuello, orejas y brazos debido a la imprudente acción de su profesor de educación física, quien arrojó un líquido inflamable mientras la menor intentaba encender la caldera principal del evento.
La madre de la joven, profundamente afectada, narró el dramático momento que vivió su hija y exige que se le haga justicia para que el docente y la institución se hagan responsables de lo ocurrido.
“Mi hija fue elegida para llevar la antorcha y encender la caldera como parte de la ceremonia. Cuando llegó al pebetero, la llama no se avivó, y de repente el profesor Henry David González apareció con una botella de un líquido inflamable y lo lanzó directamente. El combustible salpicó su rostro y el fuego la envolvió”, relató entre lágrimas.
No hubo primeros auxilios
Y es que, la escena fue aterradora. La adolescente cayó al suelo envuelta en llamas, mientras sus compañeros y profesores entraron en pánico. Sin acceso inmediato a agua, algunos docentes usaron tierra para sofocar el fuego que consumía parte del cuerpo de la menor. “Fue una acción totalmente irresponsable. ¿Cómo es posible que usen ese tipo de combustible cerca de los estudiantes?”, cuestionó la madre indignada.
Ante ello, la joven fue trasladada de emergencia al hospital, donde ha sido sometida a cinco cirugías hasta el momento. Los médicos le diagnosticaron quemaduras de tercer grado que requerirán varios años de tratamientos y terapias especializadas para recuperar la movilidad y minimizar las cicatrices.
“Mi hija está postrada en una cama y va a necesitar años de terapia física y psicológica. Su vida cambió para siempre por una negligencia”, expresó con impotencia. La madre de la estudiante exige que tanto el profesor como la institución educativa asuman la responsabilidad total por los daños ocasionados. “El colegio no puede lavarse las manos. Exijo justicia para mi hija y que respondan por todos los gastos médicos y terapias que necesitará. No quiero que esto quede impune”.
Este trágico accidente recordó un incidente similar ocurrido en abril pasado, cuando dos niños de inicial sufrieron graves quemaduras durante una sesión de fotos, después de que una asistente intentara avivar una fogata con combustible inflamable.
La familia ahora enfrenta una dura batalla legal y emocional para garantizar que la joven reciba la atención necesaria y que los responsables sean sancionados. Mientras tanto, la madre de la adolescente mantiene la esperanza de que su hija pueda superar esta tragedia y recuperar su vida. “Ella es una luchadora y estoy segura de que saldrá adelante. Solo espero que esto no le pase a ningún otro niño nunca más”, concluyó con firmeza.
Canales de ayuda
A diario, las mujeres se enfrentan al riesgo de ser víctimas, posibles víctimas o testigos de actos violentos. Estos actos pueden manifestarse de diversas formas, desde la violencia física y psicológica. Ante cualquier situación, es fundamental buscar ayuda y denunciar. Existen diversos canales de apoyo disponibles para las víctimas y sus familias.
La Línea 100 ofrece orientación para personas afectadas por violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar, con atención en quechua, aimara y castellano. El Chat 100 proporciona un servicio personalizado por internet, a cargo de profesionales especializados que brindan información y orientación psicológica para identificar situaciones de riesgo.
Los Centros de Emergencia Mujer (CEM) son espacios que ofrecen servicios gratuitos para víctimas de violencia y sus familias. En estos centros, las personas afectadas pueden acceder a atención legal, psicológica y social.
Por otro lado, puedes denunciar actos de corrupción contra las autoridades a través de la página del Mininter para que continúen con las investigaciones.