Lola Ponce: “Ahora soy una mamma italiana muy cool"

La argentina que enamoró a Europa y conquistó los Estados Unidos regresa a la televisión como figura de Nickelodeon en Club 57, la nueva ficción de la señal internacional, ambientada en los años 50. Íntima, revela por qué la sedujo el rol de Donna

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El back del Club 57, con diseños de los años 50.
El back del Club 57, con diseños de los años 50.

Para Lola Ponce (36), "la acción es evolución". Mientras culmina el proyecto musical que la unió durante meses al "maestro" Armando Manzanero (83), la compañía Viacom la eligió para interpretar a Donna, la madre ítalo-argentina del actor peninsular Riccardo Frasari, protagonista de Club 57, la nueva ficción internacional de Nickelodeon.

La convocatoria llegó de parte de Otto Rodríguez, quien fuera su director en la novela El talismán (Venevisión y Univisión, 2012), donde compartió elenco –y se enamoró– con quien hoy es su marido, el astro mexicano Aarón Díaz (37), padre de sus dos hijas, Erin (6) y Regina (4).

"¡Soy una afortunada!", dice Lola en referencia a que los estudios de grabación de la ficción infanto-juvenil están a sólo cinco minutos en auto desde su residencia en Venetian Island, Miami.

–¿Qué te sedujo de Donna?

–Más allá de que siempre soñé con ser una Nickelodeon Girl me encantó su perfil, que combina a la mamma italiana con una mujer sensual, cool. Y, por supuesto, me fascinó el glam de la moda de los años dorados… ¡Logré entrar en los vestiditos con cintura de 58 centímetros!

Ni las horas de rodaje ni el cansancio de madre "ocupada y presente" la alejan de la música, su "prioridad profesional". La que, según revela, "llevo en el alma, en el corazón". Ha revolucionado Europa en la piel de Esmeralda, la legendaria gitana del musical Notre-Dame de París. Editó cuatro discos con sello muy propio, que dieron la vuelta al mundo.

"Siempre quise ser yo misma. Trabajo a diario para crear mi mejor versión. Todos somos únicos e irrepetibles, y es ahí donde está la clave de la belleza", dice con respecto a la música.

En la vida reconoce dos grandes modelos a seguir: "Mi madre y mi hermana, las mujeres más fuertes, más preciosas y más brillantes que he conocido". Es entonces cuando la tierra santafesina llama.

Su regreso a la tele como Donna en la ficción Club 57 de la teleserie musical latina realizada por Nickelodeon.
Su regreso a la tele como Donna en la ficción Club 57 de la teleserie musical latina realizada por Nickelodeon.

–¿Qué extrañás de tu Capitán Bermúdez natal?

–¡Todo! La vida me va llevando de un lado al otro. Es lo que me tocó. Hace años que acepté mi destino. Pero gracias a Dios, mi familia me sigue. Y yo a ellos, desde donde esté. De todos modos, me fascina vivir en Miami. Es una ciudad con encanto y naturaleza, a la que disfruto mucho. Aarón y yo decidimos que sería nuestra base en esta vida itinerante entre Los Ángeles, Nueva York e Italia (donde es considerada "una figlia" y llamada por los romanos "la Maradona in gonella").

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–Y es en Miami donde estás ejerciendo el mejor rol de tu vida, el de mamá. ¿Cómo es el vínculo con tus hijas?

–¡Maravilloso! Ellas son mi mejor versión, las que marcan mi verdadera evolución. Su pureza, su identidad ya tan definida, me hacen feliz. Somos grandes compañeras, pero sin alejarme del "ser mamá". Ese límite, ese respeto, es más que necesario para lograr el equilibrio perfecto en la educación.

–¿Les aconsejarías tu misma senda artística?

–Yo comencé este camino a los 17, aunque ya había revelado mi veta a los 4, según me cuentan. No sé qué pasará con ellas, qué elecciones tomarán. Pero ya actuaron en varios comerciales y en casa montamos un estudio, donde toman clases de piano y canto, y hasta graban sus propios clips. Por ADN o por inspiración, lo artístico les resulta muy orgánico. Nunca les exigimos, pero sí les damos las herramientas para que elijan con libertad. El arte debe fluir, debe sentirse, debe amarse. Y yo las veo apasionadas por él.

–Hablando de pasiones, ¿en qué estado está el disco con Manzanero?

–Es un proyecto que fue tomando cada vez más cuerpo y verá la luz muy pronto. Armando es un ser mágico. Estando con él no necesitás hablar: basta con las miradas. Es pureza y emoción. Un hombre maya-style. Grabar con él es un sueño cumplido. Fue Aarón –amigo de su hijo Juan Pablo, también cantautor– quien me lo presentó. Fue química inmediata. Atención… ¡voy a sorprender a muchos con mis boleros reversionados!

Junto a Armando Manzanero con quien trabaja en un disco con los boleros más destacados del mexicano.
Junto a Armando Manzanero con quien trabaja en un disco con los boleros más destacados del mexicano.

Aaron y Lola son considerados en Miami una "pareja perfecta". Varias publicaciones que los pusieron en portada destacan no sólo su talento, sino también la casi perfección de su imagen. Y además de cultivar su espíritu con prácticas milenarias, Ponce revela sus claves para un físico cada vez más espléndido.

"Soy orgánica. En casa cultivamos nuestros propios vegetales, nuestras hortalizas y las frutas de los árboles que plantamos en familia. Cuido al extremo mi alimentación. Rechazo los fritos y rara vez me permito un buen asado", relata. Además, Lola es ferviente promotora de la sustentabilidad: "Trabajo sólo con marcas y firmas comprometidas con el medio ambiente y hasta visto vintage".

–¿Quién se mira más al espejo?

–Yo, claramente. En ese sentido, Aarón es el hombre más despojado del mundo. Cada mañana agradezco despertar junto a él, el hombre más bello que conocí en la vida.

Lola con look años 50
Lola con look años 50

–¿Qué pasa con los celos y la exposición?

–No somos celosos, simplemente porque no damos lugar para que el otro pase un momento incómodo. Somos muy parecidos y basamos nuestra relación en la confianza. Nos amamos demasiado.

–¿Cuál es tu receta de la felicidad?

–Es simple: cada mañana hay que proponerse hacer el bien. Comprometerse con uno mismo a vivir con amor, optimismo y agradecimiento. Mi madre me cuenta que desde niña tuve la felicidad como "obligación". Así lo decía. Y lo soy. Todos debemos ser felices con lo más simple, lo pequeño. La felicidad es actitud frente a la vida.

Por Pablo Procopio.
Fotos: Gentileza Viacom (by Juan Botero).

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