
″Una situación de desmejora a lo largo de los últimos diez años“. Así graficaron los principales funcionarios de la Secretaria de Educación los resultados de las Pruebas Aprender 2024, que se conocieron en la mañana de este miércoles con el alarmante dato de que solo el 14,2% de los estudiantes argentinos logró nivel satisfactorio en Matemática. Y aunque la performance en Lengua muestra un desempeño mejor (si bien un 26,2% alcanzó un nivel básico y un 15,8% se posicionó por debajo del básico, la mayoría logró un rendimiento satisfactorio), los especialistas advierten que se necesitarán entre 10 y 15 para revertir la tendencia en la escuela primaria, y aún más tiempo en la secundaria.
“Un impacto en periodos cortos o de mediano plazo, como hay demostraciones en el caso de Brasil, en primaria tendría que ser en torno a los 10, 15 años, para tener un resultado consistente de mejora. En el secundario, me parece que la dificultad es mucho mayor porque, por su propia constitución, es mucho más disperso”, aseguró el secretario de Educación, Carlos Torrendell, ante la consulta de Infobae.
El funcionario del Ministerio de Capital Humano encabezó un encuentro con periodistas del que también participaron la subsecretaría de Información y Evaluación Educativa, María Cortelezzi; la directora nacional de Evaluación de los Aprendizajes y la Enseñanza, Magdalena Benvenuto y la directora nacional de Análisis Estratégico de Datos y Difusión de la Información Educativa, Florencia Sourrouille.
La evaluación, realizada en octubre de 2024, abarcó a 379.050 estudiantes de 5° y 6° año de 11.846 escuelas del país, representando el 70,2% de la matrícula y el 96,6% de los establecimientos educativos. Estos alumnos comenzaron la secundaria en 2019 y 2020, años en los que se esperaba alcanzaran un nivel satisfactorio según los contenidos curriculares.

De acuerdo con los resultados, en Matemática, el 54,6% de los estudiantes se ubicó por debajo del nivel básico, el 31,2% alcanzó el nivel básico, el 14,2% llegó a satisfactorio y solo el 6,3% logró el nivel avanzado. En Lengua, el 15,8% no alcanzó el nivel básico, el 54,6% logró el nivel básico, el 26,2% alcanzó el nivel satisfactorio y apenas el 3,4% se ubicó en el nivel avanzado.
La evolución histórica muestra una leve mejora en Lengua respecto de 2022, pero en Matemática los desempeños bajos no solo persisten, sino que aumentan.
A su vez, las diferencias en el rendimiento académico se amplían según el sector de gestión, el ámbito y el nivel socioeconómico. Los estudiantes de escuelas privadas presentan mayores porcentajes en los niveles satisfactorio y avanzado en comparación con los de gestión estatal. Además, el rendimiento es superior en zonas urbanas respecto de las rurales. La brecha se profundiza en los grupos socioeconómicos más bajos, donde la proporción de estudiantes por debajo del nivel básico es considerablemente mayor tanto en Lengua como en Matemática.
Entre los factores asociados al desempeño, el informe destacó la importancia de la asistencia al nivel inicial, la sobre-edad, los hábitos de estudio, la continuidad de estudios superiores, la cantidad de horas de clase y la estabilidad del director escolar. El acceso y uso de tecnologías, la seguridad digital, la distribución por sexo y edad, la configuración familiar y la asistencia a la educación inicial también formaron parte del relevamiento. Entre otros puntos, se destaca que el 30% de los varones declara participar en apuestas en línea, frente al 10% de las mujeres, y las estudiantes mujeres tienden a cuidar más su privacidad en internet.
El impacto de la pandemia

Durante la presentación de los resultados, las autoridades educativas señalaron que la evaluación se realizó a fines de 2024 y que los estudiantes evaluados iniciaron su trayecto educativo en 2019 o 2020, por lo que los resultados reflejan el impacto de la pandemia y de las políticas educativas de los años previos. En este sentido, remarcaron que la ausencia de escolarización en momentos clave, especialmente al inicio de la secundaria, contribuyó a las dificultades de aprendizaje.
En este punto, Torrendel planteó que el problema central radica en “políticas educativas que no han estado orientadas a la mejora de los aprendizajes, sino a la multiplicación de programas y acciones que no siempre se vinculan con resultados concretos en el aula”. A su vez, propuso un cambio de enfoque hacia políticas centradas en el aprendizaje efectivo de los estudiantes, en lugar de priorizar únicamente la reducción de brechas o la inclusión entendida solo como permanencia escolar.
En cuanto a la enseñanza de la Matemática, el informe y las autoridades reconocieron que se trata de un desafío persistente, con una tendencia negativa que se profundiza desde hace casi una década. Se mencionó que la pandemia agravó la situación, ya que la Matemática, al requerir mayor intensidad de contenidos, resultó más difícil de abordar desde el hogar. En contraste, la comprensión lectora, evaluada en Lengua, puede desarrollarse en diversas asignaturas y contextos, lo que podría explicar la diferencia en los resultados.
Por otro lado, y de acuerdo al informe, la matrícula en los últimos años de la secundaria aumentó en 107.799 estudiantes, lo que indica una mayor retención y una disminución del abandono escolar. A su vez, la participación en la evaluación fue alta en la mayoría de las jurisdicciones, con excepción de Neuquén, que registró una baja participación tanto a nivel de escuelas como de estudiantes.
En la distribución por sexo, se observa una mayor participación de mujeres y una tendencia a mejores resultados en Lengua para las estudiantes mujeres. En Matemática, la brecha de género es menos marcada, pero persiste la diferencia a favor de las mujeres. El informe también aborda el uso de tecnologías y la seguridad digital, donde se identifican diferencias de género en el acceso, el uso y los cuidados adoptados en línea.
El análisis de los hábitos de estudio muestra que, dentro de cada nivel socioeconómico, los estudiantes que dedican más horas al estudio obtienen mejores resultados. Sin embargo, los estudiantes del grupo con más dificultades de recursos no logran igualar los resultados de los estudiantes del grupo de estudiantes más acomodados que estudian poco, lo que evidencia el peso de las condiciones de origen.
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