Impulsadas por el extraordinario momento positivo que atraviesan las valuaciones de las acciones y los bonos de Argentina -en gran medida por la confianza recuperada en el mercado-, las cotizaciones de los dólares alternativos al “cepo” oficial profundizaron su caída, con la baja de la brecha cambiaria a niveles no vistos desde 2019, al final del gobierno de Mauricio Macri.
Esta esperada convergencia entre las cotizaciones del dólar en el mercado formal y en los segmentos paralelos, como el “blue” y las paridades bursátiles, abre otro debate: si este es realmente el nivel de equilibrio del tipo de cambio. Algunos analistas observan que el tipo de cambio real está hoy bajo en comparación con otros períodos recientes.
Desde el Gobierno aseguran que el pilar de la política económica es el equilibrio fiscal y la estabilización de las variables, de las cuales la baja de inflación es el primer objetivo. Por eso, apuntan a medidas estructurales -desregulación de la economía y una eventual reducción de la carga tributaria- y evitan plantear una nueva devaluación, que podría revitalizar la dinámica inflacionaria.
El billete norteamericano, tradicional refugio de ahorros en momentos de transición política, pierde valor día a día respecto de la inflación doméstica y del resto de los activos
Este escenario de “apreciación real del peso” no solo afecta la competitividad cambiaria para el intercambio de bienes y servicios, sino que también limita la acumulación de reservas.
La apuesta oficial se enfoca en eliminar el Impuesto PAIS en diciembre para mejorar esta ecuación y en generar mayores ingresos a partir de exportaciones de minería y energía que, junto con el aporte del agro, dejarán un amplio superávit de divisas en 2025, tal como este año lo hizo el blanqueo de capitales.
El dólar libre se negoció a $1.115 el jueves, su valor nominal más bajo desde el 16 de mayo de este año, con una brecha cambiaria respecto del mayorista cercana al 12%, un piso no visto desde el 30 de septiembre de 2019 y que se acerca a un nivel apto para la unificación del mercado.
Amílcar Collante, economista de CeSur (Centro de Estudios Económicos del Sur) analizó la evolución del tipo de cambio mayorista en noviembre de 2024, que en pocos días llegará a $1.000, y lo comparó con el precio teórico que tuvo en períodos recientes, tanto bajo control de cambios como en un mercado libre, ajustados por la inflación acumulada.
Collante detectó que el dólar mayorista se ubica 9,8% por encima del que dejó la gestión de Sergio Massa al concluir su paso como ministro de Economía, en $905 de hoy ($364,41 el precio real según la Comunicación A3500 del BCRA el 7 de diciembre de 2023); 8,5% por encima del dólar “atrasado” que dejó la segunda presidencia de Cristina Fernández de Kirchner el 10 de diciembre de 2015 (equivalente a $916 a precios de hoy), y 7,3% más caro que los $926 promedio del final de la Convertibilidad (1997-2001), ajustados a valores actuales.
Asimismo, el Índice de Tipo de Cambio Real Multilateral que calcula el Banco Central, actualmente en 82 puntos frente al nivel teórico de equilibrio de 100, refleja una “apreciación” real del peso de unos 18 puntos porcentuales respecto de las monedas de los principales socios comerciales.
Causas y consecuencias de la baja
- Éxito del blanqueo
Un informe de la Consultora 1816 subrayó que “el blanqueo mejoró significativamente las perspectivas de la balanza de pagos por su potencial para el crédito en dólares, lo que genera liquidación de divisas en el spot”. Además, observó que “el programa local se basa en una marcada apreciación del tipo de cambio real, lo que puede generar inquietud si el real brasileño y la soja extienden la debilidad de los últimos meses. Sin embargo, insistimos: todo luce mucho mejor hoy que en agosto, los riesgos son cada vez menores y, por eso, los activos valen más”.
Por su parte, Adcap Grupo Financiero, explicó que “el Régimen de Regularización de Activos y las compras diarias del Banco Central contribuyeron a una mayor abundancia de dólares en el mercado local. Además, el anuncio de una potencial intervención del mercado de contado con liquidación ante un aumento de la brecha buscó absorber el exceso de pesos no demandados que podrían generar las compras”.
“El Banco Central superó los USD 19.000 millones en compras acumuladas desde el inicio de la nueva administración, en un contexto de blanqueo y una liquidación récord del agro. En este escenario, un crawling peg del 2% parece fuera de discusión e incluso podría considerarse bajarlo al 1% para mitigar la ‘inflación inducida’. Además, el cepo -que en algún momento se especulaba levantar a fin de 2024-, ahora cuenta con un consenso que se inclina por mantenerlo hasta las elecciones de medio término”, observó el informe de Adcap.
- Se deteriora el tipo de cambio real
Guillermo Oglietti, subdirector del Celag (Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica), coincidió en que “una característica crítica del esquema económico de Milei es el tipo de cambio real, que se encuentra entre los más bajos de las últimas cuatro décadas. ¿Qué significa esto en términos simples? Que pocas veces en nuestra historia reciente el dólar ha sido tan barato como ahora; la contrapartida es que nuestra economía pocas veces ha sido tan cara en comparación con el resto del mundo-”.
“La economía de Milei optó por una devaluación inicial que sacrificó ingresos en pesos, seguida por una apreciación gradual del tipo de cambio para estabilizar los precios, lo que terminó afectando los ingresos en dólares. Es una estrategia similar a la ‘tablita’ cambiaria de Martínez de Hoz, que puede ser eficaz para bajar la inflación a corto plazo, pero a costa de desmantelar el aparato productivo, lo que siembra la próxima crisis cuando se agoten las divisas se agoten”, advirtió Oglietti.
Un informe de Max Capital destacó que “levantar las restricciones en el mercado paralelo mientras se traslada todo el comercio de cuenta corriente al mercado oficial -eliminando el blend y la restricción cruzada, lo que regresaría todas las importaciones hoy en el contado con liquidación- ofrecería una estimación más precisa del valor real de la moneda, incluso si se sostiene por flujos del blanqueo fiscal o nueva deuda”.
El ‘crawling’ del 2% parece fuera de discusión e incluso podría considerarse bajarlo al 1% para reducir la ‘inflación inducida’ (Adcap)
“Sin embargo, el Gobierno parece especialmente preocupado por esta situación y sostiene que se requieren alrededor de USD 10.000 millones como un primer paso, a pesar de la fortaleza de la moneda en el mercado paralelo, lo que implica una reasignación de recursos dolorosa. Incluso si la moneda se mantiene fuerte, como ocurrió en ciertos períodos pasados, las implicancias sobre la actividad podrían ser significativas, ya que se produce un traslado de recursos desde sectores transables no competitivos hacia sectores competitivos y no transables. En el pasado, esto llevó a un crecimiento lento y a un aumento del desempleo, afectando la popularidad y eventualmente condujo al retorno del populismo, con la inevitable devaluación de la moneda y sell-off subsiguientes”, advirtieron desde Max Capital.
- Atractivo de la tasa en pesos
El Banco Central anunció el 1 de noviembre una disminución en la tasa de política monetaria, que pasó del 40% al 35% de Tasa Nominal Anual (TNA). Este ajuste también se extendió a la tasa de interés de pases activos, que se redujo del 45% al 40% de TNA. La entidad justificó la medida en el actual contexto actual de liquidez y en la disminución registrada en las expectativas de inflación. Sin embargo, a diferencia de lo ocurrido en mayo, el precio del dólar libre y de los bursátiles mantuvo su debilidad.
Para Gustavo Ber, director del Estudio Ber, “en el actual contexto económico-financiero la decisión de ajustar la tasa de interés de política monetaria no altera la calma cambiaria y genera apenas un leve reacomodamiento en los dólares financieros, que, como en otras ocasiones, podría resultar finalmente transitorio dentro de la convergencia en marcha. Esto se debe a que se mantienen las apuestas respecto a una profundización de la desaceleración de la inflación, tal como reflejan las expectativas implícitas en los instrumentos financieros y el sostenido apetito por las Lecap y Boncap”.
Levantar las restricciones en el mercado paralelo regresaría todas las importaciones al mercado oficial y ofrecería una estimación más precisa del valor real de la moneda (Max Capital)
El analista Salvador Di Stefano explicó que “con tasas de interés tan elevadas se produce un efecto de sustitución en el mercado: el emprendedor evita tomar financiamiento y opta por recurrir al capital propio, utilizando sus ahorros. En Argentina, la mayoría de esos ahorros están en dólares billetes. Por lo tanto, enfrentamos una venta masiva de dólares para inyectar en las empresas, como resultado de financiamiento a tasas extremadamente altas”.
“La oferta de dólares, con una demanda casi inexistente, provoca que el precio del dólar tienda a la baja. Si a esto le sumamos que hay una venta masiva de dólares provenientes del blanqueo, para transformarlos en bienes registrables, prácticamente no tenemos piso para el dólar”, sintetizó Di Stefano.