El Banco Central emitió otros $ 55.000 millones como adelantos al Tesoro y presiona más sobre la inflación

Con este giro ya transfirió $ 190.000 millones en lo que va del año. Los fondos que se utilizarán para ayudar a sectores afectados por las restricciones aumentarán la necesidad de emisión de dinero. El BCRA encendió la aspiradora de Leliq a pleno

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Miguel Pesce, presidente del Banco Central
Foto: Maria Amasanti/Bloomberg
Miguel Pesce, presidente del Banco Central Foto: Maria Amasanti/Bloomberg

La “canilla” de emisión de pesos volvió a funcionar a todo ritmo. Esta semana arrancó con los $ 55.000 millones que el BCRA le giró al Tesoro bajo la modalidad de adelantos transitorios, con lo que ya acumula $ 190.000 millones girados por esta vía en lo que va de 2021. La perspectiva es que la cifra crecerá más rápido en los próximos meses, ya que el Gobierno deberá enfrentar un gasto mayor al previsto para hacer frente a la cobertura de sectores afectados por las restricciones para reducir los contagios del Covid-19.

Los adelantos y el giro de utilidades (contables) fueron los principales instrumentos que dispuso el BCRA para financiar al Tesoro durante la pandemia en 2020. Los resultados desde el punto de vista financiero fueron desastrosos: el dólar se disparó a $ 195 en octubre pasado y se produjo un fuerte salto de la inflación, que desde diciembre se mantiene en un promedio de 4% mensual, que da un 60% anualizado.

Las principales consultoras económicas ajustaron sus pronósticos para la marcha de la economía este año. No solo calculan menos rebote que el esperado a causa de las restricciones, sino además un mayor déficit fiscal. Ahora el 4,5% de rojo de las cuentas públicas que figura en el Presupuesto 2021 es percibido como un piso y algunos ya lo estiman en casi 5%. Ese bache sólo se puede cubrir de dos maneras: financiamiento en el mercado local (con un margen acotado) o emisión monetaria. Y el grueso pasará necesariamente por esta segunda posibilidad.

Un tipo de cambio que acelera su marcha y la inflación que es resistente a la baja son datos poco alentadores. Será difícil a este ritmo que los salarios recuperen poder adquisitivo para las elecciones, aún cuando el Gobierno planea postergarlas hasta noviembre

Además al Central se le agrega otro factor de emisión muy poderoso, que es la compra de dólares. Para hacerse de las divisas en el mercado la entidad debe emitir pesos y en lo que va de abril la cuenta ya sube a más de $ 110.000 millones. En mayo y junio será todavía mayor, porque las compras también serían más abultadas.

El detalle es que de los dólares que compra sólo una parte queda como reservas en el Central. En lo que va de este mes, por ejemplo, ya adquirió cerca de USD 1.200 millones, pero las reservas brutas sólo subieron la mitad, unos USD 650 millones. En marzo el balance fue aún peor: sólo “retener” un 5% de los USD 1500 millones que compró.

El peligro es que esos pesos que se vuelcan al mercado terminen al menos parcialmente buscando una alternativa de dolarización. Por eso el titular del BCRA, Miguel Pesce, optó por “curarse en salud” y prendió la aspiradora de pesos a toda máquina. En lo que va del mes colocó Leliq por nada menos que $ 180.000 millones para absorber buena parte de esos pesos excedentes y evitar mayor presión sobre el dólar y la inflación.

Miguel Pesce no quiere riesgos y rápidamente salió a absorber los pesos que tuvo que emitir para financiar al Tesoro y por la compra de dólares. En lo que va de abril ya colocó más de $ 180.000 millones en Leliq

Sin embargo, la perspectiva de mayor expansión monetaria, sumada a una menor demanda de pesos, está generando en abril un importante repunte de la cotización del dólar. Ayer el tipo de cambio libre siguió subiendo aunque levemente y terminó en $ 162. En lo que va de abril ya acumula una suba de 20 pesos o casi el 14% y la brecha cambiaria supera nuevamente el 60%.

Abril termina con un saldo preocupante para las aspiraciones políticas de Alberto Fernández y la necesidad de conseguir un buen resultado en las elecciones legislativas. Sin embargo, un tipo de cambio que acelera su marcha y la inflación que es resistente a la baja son datos poco alentadores. Será difícil a este ritmo que los salarios recuperen poder adquisitivo en los próximos meses, aún cuando el Gobierno planea postergar los comicios hasta noviembre.

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