Sequía versus precios: ¿podrá la Argentina aprovechar el boom en el valor de los granos?

Los precios internacionales de los principales cultivos del país no pararon de crecer desde mediados de 2020 y la soja ya tocó los USD 500 la tonelada, su cotización más alta desde 2014. Pero la escasez de agua pone en juego las cosechas sojera y maicera.

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La sequía es la gran protagonista de la actual campaña agrícola, complicando al cultivo de trigo
La sequía es la gran protagonista de la actual campaña agrícola, complicando al cultivo de trigo

La suba constante de los precios internacionales de los granos, es especial de la soja, durante los últimos seis meses y, sobre todo en los pasados 30 días, hacen prever al Gobierno que el ingreso de dólares será mucho más importante que el proyectado previamente, vital para la economía argentina y también para la rentabilidad de los productores.

Pero al mismo tiempo que los commodities agrícolas comenzaron a escalar, el clima seco se instaló en Argentina, golpeando duramente al trigo y condicionando también el normal desarrollo de los granos gruesos, en especial el maíz y la soja. Con el fenómeno climático de La Niña por delante, los recortes en las estimaciones de producción se hacen casi inevitables en ambos cultivos (los más importantes para el ingreso de dólares) y abren un signo de interrogación sobre el resultado final de la campaña.

Ante esta contraposición de escenarios, Infobae consultó a analistas y especialistas en mercados agropecuarios y en el sector, para poder determinar si los potenciales recortes en las previsiones de cosechas (hasta la fecha 50 millones de toneladas de soja y 48 millones de maíz, según la Bolsa de Comercio de Rosario), podrían dar por tierra con el eventual aprovechamiento de los altos precios internacionales, siempre teniendo en cuenta el dinamismo de estos, por lo que solo se hacen supuestos en base a los valores actuales.

El analista de mercados y del sector agropecuario, Carlos Etchepare, consideró que “aún siendo 5 millones de toneladas las que se pierdan en soja, están más que compensadas” con este nivel de precios. Para el especialista es necesario marcar dos escenarios diferentes: uno con la soja y el maíz restante de la campaña pasada y todavía disponible y otro con la cosecha que está por venir.

En teoría, la suba de precios más que compensa la eventual pérdida de volumen (Carlos Etchepare)

“Los mercados son dinámicos. Hoy lo que tenemos es una fotografía, y en este caso la empezamos a recorrer por lo que queda de la cosecha 2019/20. A la Argentina le queda por comercializar 15 millones de toneladas. Ahí hay un beneficio para el que pueda haber aguantado la soja hasta ahora. Hay que pensar que esa soja se podría haber vendido a USD 210 la tonelada cuando se hablaba hace un año y ahora se está vendiendo a USD 340 o USD 350. En cuanto al ingreso al país, pasó de USD 350 o USD 370 a USD 550 o USD 570 por tonelada”, señaló Etchepare.

Respecto a la presente campaña, “originalmente cuando se hablaba de la cosecha nueva, se hablaba de 50 o 52 millones de toneladas de soja con un precio USD 210 la tonelada para los productores y USD 370 para el país. Hoy el panorama cambió, pero a diferencia de lo anterior estamos hablando de una soja que no está, que se sembró y que potencialmente se va a cosechar. En vez de 50 millones se cosecharán 47 millones, según los datos que tenemos hoy. En teoría, la suba de precios más que compensa la eventual pérdida de volumen”.

Expectativa por el resultado de la actual cosecha gruesa, en medio de un contexto de aumento de los precios internacionales de cereales y soja
Expectativa por el resultado de la actual cosecha gruesa, en medio de un contexto de aumento de los precios internacionales de cereales y soja

Para el presidente de la Cámara Arbitral de la Bolsa de Cereales y de la corredora de granos Kimei Cereales, Javier Buján, es imperativo que llueva. ”De nada te sirve tener una soja de USD 340 en mayo, que es un buen precio, si no tenemos los kilos. Preferimos tener menos precio y más kilos. Si se logra la combinación de los dos, mejor todavía”, señaló.

Para Buján, un daño considerable en los cultivos, sobre todo en el maíz de primera, es un hecho. “La realidad es que establecer hoy ganancias por la suba del mercado es muy arriesgado en virtud de los daños que ya hay, pero que todavía no se pueden cuantificar. Ya hay daños en soja y serios daños en el maíz de primera”.

Desde el lado del comercio, queremos que pare de subir y que llueva. Lo que necesitamos tener son los kilos. Hoy ya hay una pérdida: de 50 millones de toneladas estimadas en soja, estaremos en 48 millones y de maíz no me animo a decir un número porque puede llegar a tener un daño grande”, concluyó Buján.

Lo que necesitamos tener son los kilos; de 50 millones de toneladas estimadas en soja estaremos en 48 millones y de maíz no me animo a decir un número, porque puede llegar a tener un daño muy grande (Javier Buján)

Por último, la economista especializada en agro y mercados, Silvina Campos Carles, dijo que “los informes y lo que nos dicen los productores dan cuenta de que no es tan grave la sequía, que no va a ser un ‘sablazo’ productivo”. En base a eso, Campos Carles indicó que “el maíz y la soja van a dar vuelta la ecuación” y que “la sequía no va a ser un factor que no permita captar los precios actuales”.

Por último, consideró que más allá de los precios, al momento de realizarse la cosecha “va a haber mucha presión para la liquidación y la venta (por parte del Gobierno), como viene sucediendo. Como no tenemos dólares, están todos esperando que entren los de la cosecha. Si eso genera, como pasó con el maíz, distorsiones en el mercado, puede ser que los productores no puedan captar eso”.

Va a haber mucha presión para la liquidación y la venta. Como no tenemos dólares, están todos esperando que entren los de la cosecha. Si eso genera distorsiones en el mercado, puede ser que los productores no puedan captar eso (Silvina Campos Carles)

Como ya se dijo, tanto la campaña pasada como la actual tienen en común escenarios de sequía en vastas áreas del territorio agrícola. Este año estará signado por el fenómeno climático de La Niña, lo que presupone una menor cantidad de agua que el promedio histórico. En este contexto, se está dando la siembra de soja y maíz, donde las cosechadoras “corren” detrás de las lluvias para poder implantar los cultivos.

De vainas y niveles hídricos

Si bien la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) todavía no realizó recortes (se estima una producción de 46,5 millones de toneladas de soja y 48 millones de maíz), si marcó que hay numerosas zonas con déficits hídricos. “Sobre el centro del área agrícola, los cuadros más adelantados de soja de primera inician la formación de vainas bajo reservas hídricas limitantes, siendo el Núcleo Norte y Sur las regiones más afectadas”, marcó en su último informe respecto a la oleaginosa.

En cuanto al maíz planteó que “a pesar de relevarse precipitaciones en el oeste del área agrícola, los niveles hídricos en el país son irregulares. Las reservas hídricas insuficientes en lotes de zonas donde el cultivo transita el período crítico de definición de rendimiento, ponen cota a los rindes potenciales de esta campaña”, mientras que la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) advirtió que hay 400.000 hectáreas de maíz temprano en la zona núcleo en condiciones entre regulares y malas por la falta de agua.

Respecto a las estimaciones de cuántos dólares más pueden entrar con las estimaciones de producción y los precios actuales, un informe de la consultora AZ Group preparado para Infobae, calculó ingresos entre trigo, maíz, soja y sus derivados de USD 35.294 millones para la campaña 2020/21, casi USD 7.000 millones más que en la 2019/20.

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