Dólar y salarios contenidos: lo que deberá hacer el Gobierno para cumplir su pauta de 32% de inflación para este año

Es el punto de partida del proyecto de Presupuesto 2021 para luego descenderá en forma sostenida. Los analistas consideran que el objetivo es cumplible, pero advierten por las exigencias para lograrlo

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El ministro de Economía, Martín Guzmán, esbozó las primeras proyecciones macro de su gestión en la presentación del Presupuesto 2021 a periodistas (Télam)
El ministro de Economía, Martín Guzmán, esbozó las primeras proyecciones macro de su gestión en la presentación del Presupuesto 2021 a periodistas (Télam)

El anuncio del Presupuesto 2021 trajo las primeras proyecciones oficiales de indicadores macroeconómicos desde que asumió Alberto Fernández. Y el más sensible de ellos, la inflación, ya tiene números. El Gobierno espera una tasa interanual de 32% para el próximo diciembre y una nueva desaceleración a 29% para el año siguiente. En agosto, el Indec informó un 40,7% y 18,9% en los primeros 8 meses. Por lo tanto, para cumplir con su estimación para el corriente año el Indice de Precios al Consumidor (IPC) no debería superar el 2,6% de promedio aumulativo en los cuatro meses que quedan del complejísimo 2020.

En ese escenario, los analistas no ven que bajar desde el 40,7% en agosto al 32% en diciembre sea algo imposible. De hecho, la medición interanual ayuda porque debe compararse contra el 53,8% diciembre del 2019, en pleno desborde. Ajustarse a esa pauta sería un gran paso para ganar credibilidad sobre el resto de su gestión, ya superado el escollo de la negociación de la deuda y el riesgo de default.

Ajustarse a la pauta para el cierre de 2020, en comparación con 53,8% del año anterior, sería un gran paso para ganar credibilidad sobre el resto de la gestión de Gobierno, ya superado el escollo de la negociación de la deuda y el riesgo de default

Por ello, la clave no pasa por llegar a ese número inflacionario sino por lo que el Gobierno deberá hacer para lograrlo. Economistas consultados por Infobae coinciden que para conservar una inflación promedio mensual de 2,6% en los cuatro meses que restan del año, habrá que tomar algunas decisiones incómodas: contener el tipo de cambio, las tarifas, los precios regulados y, en particular, los salarios estatales. Junto con eso, los analistas también ponen un ojo en la evolución de la pandemia y sus restricciones. La reactivación tan deseada, de concretarse, empujará los precios hacia arriba.

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La consultora LCG estima 35% de inflación para 2020, apenas 3 puntos porcentuales por encima de la proyección oficial. Su director, Guido Lorenzo, destaca que al 2,7% del IPC de agosto hay que verlo junto con 3% de inflación núcleo y 3,5% de alza en alimentos. Para el resto del año, ve el promedio mensual más cerca del 3% que del número mágico de 2,6% y destaca que la clave estará en las tarifas, que será “el ancla” para contener la suba del índice general de precios al consumidor.

Las tarifas serán el ancla para contener la suba del índice general de precios al consumidor, aunque un punto inconsistente es que ni hay plan anti-inflacionario, ni herramientas orientadas en ese sentido (Guido Lorenzo)

“Un punto inconsistente es que no hay plan anti-inflacionario explícito ni herramientas orientadas en ese sentido. El mensaje del Presupuesto dice que la inflación va a bajar, pero a la vez aumenta 2,7% del producto el gasto de capital en desmedro de la partida para subsidios. Ya se ajustaron las jubilaciones y los salarios públicos”, observó Lorenzo.

Pronostica el economista que ese diseño del Presupuesto “llevará a una tensión entre el gasto en subsidios y en obra pública”, con impacto en los precios, porque menos subsidios implica aumento de tarifas.

El 32% puede parecer un poco subestimado pero el 29% para 2021 puede ser preocupante. No se puede extrapolar el escenario de este año al próximo”, apuntando a que algunas situaciones toleradas por la pandemia, no se extenderán al año próximo.

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Para el analista Martín Vauthier, director de la consultora EcoGo, la inflación va a estar determinada por dos factores:

1. Previsiblemente, está en el dólar. “Si la brecha cambiaria se agranda, la inflación va a ir hacia arriba. Si el Banco Central restringe el cepo, las cotizaciones alternativas a la oficial aumentan y se transforman en valor de referencia. Eso trae el riesgo de que la suba del dólar se filtre en los precios. La brecha cambiaria impacta también a través de las expectativas. A la vez, desalienta la inversiones y la exportación y alienta la salida de divisas por las importaciones”, señaló.

2. La puja distributiva, enmarcada en la anormalidad de la pandemia. Hubo muchos sectores que tuvieron baja nominal de salarios o que no tuvieron negociación paritaria. De alguna manera, eso atemperó la inflación durante los últimos meses. Hacia adelante, habrá que ver que capacidad muestra la política para contenerlos”, señaló, marcando una situación que es difícil que se extienda al año próximo. El episodio reciente con la Policía Bonaerense encendió una alarma en este sentido.

El deterioro en las expectativas, la mayor incertidumbre, la respuesta del mercado que hizo caer los precios de bonos y el Banco Central vendiendo reservas, son señales que van en sentido contrario (Martín Vauthier)

Con tantos frentes abiertos, ¿es viable que la inflación caiga a 29% dentro de 16 meses? “Es un número cumplible, pero hace falta dar algunos pasos para lograrlo”, explicó el economista, cuya opinión varió por las restricciones cambiarias anunciadas esta semana. “Antes de las medidas, era más viable alcanzar esa baja en la inflación. Pero ahora, con el deterioro en las expectativas, la mayor incertidumbre, la respuesta del mercado que hizo caer los precios de bonos y el Banco Central vendiendo reservas, las señales van en sentido contrario”, apuntó Vauthier.

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Otras voces suman escepticismo. “Por el momento yo no diría que la inflación del 29% prevista en el Presupuesto sea un rasgo de optimismo, yo diría que es más bien una forma para contar con recursos discrecionales si es que la inflación finalmente es del 40 o 45%.” dijo en declaraciones a FM Milenium Jorge Vasconcelos, economista del Ieral, de la Fundación Mediterránea, quien recordó el hábito del ex ministro de Economía, Roberto Lavagna: tendía a subestimar la inflación del año siguiente con lo cual el gobierno se hacía de recursos no presupuestados que podía distribuir con discrecionalidad.

Con el número del 29%, se pregunta si eso “implica una pauta estricta para el gasto público” y si el anuncio de ese número hará o no que los gremios estatales acepten esa pauta para la paritaria.

¿El número del 29% implica una pauta estricta para el gasto público y hará o no que los gremios estatales acepten esa pauta para la paritaria? (Jorge Vasconcelos)

Para Vasconcelos, un 29% “no es realista por el nivel de emisión monetaria que tenemos", que si bien en 2021 va a ser menor que en 2020, se va a ver impulsada por los intereses de la deuda del BCRA. “Era una cifra poco significativa a principios de 2020, es una cifra cada vez más importante y puede estar cerca de los 3 puntos del PBI en 2021 por causa del déficit cuasi fiscal. Con esa emisión monetaria, habría que hacer magia para tener una inflación inferior al 40%,” explicó.

De este modo, se acumulan las exigencias para llegar al 32%. Lo central es evitar que el tipo de cambio se descontrole, pero también habrá que seguir de cerca otras variables como los salarios del sector público o la emisión, que el ministro de Economía, Martín Guzmán, estimó en un billón de pesos para 2021, lo que alcanzará para cubrir el 60% del déficit fiscal.

En cuanto a las tarifas, Guzmán ya advirtió que no habrá cambios hasta fin de año. Pero en 2021, se actualizarán de acuerdo a la inflación. “En 2020 hubo congelamiento nominal de las tarifas, en 2021 lo que habrá es un congelamiento real”, dijo el ministro al presentar el Presupuesto.

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Consumo reprimido por la movilidad

Por último, hay otro factor a tener en cuenta que es la propia reactivación. Si la pandemia cede, o al menos ceden las restricciones para enfrentarla, habrá un mayor movimiento económico que también tiene impacto en los precios.

Un informe de BBVA Research señala que “existe una relación directa entre movilidad e inflación”, por lo que se infiere que a medida que se flexibilice la cuarentena, se activará el consumo reprimido y ello impulsará la suba de precios.

A medida que se flexibilice la cuarentena, se activará el consumo reprimido y ello impulsará la suba de precios (BBVA Research)

“Reconstruimos los índices de movilidad de Google a partir de la incidencia de cada región del IPC. Se observa que la inflación núcleo muestra una relación directa con la variación de la movilidad general, comportamiento que se replica cuando se mira la variación de movilidad respecto de la variación de los precios por regiones”, afirma el estudio de BBVA Research.

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