El Banco Central convalidó una tasa de referencia superior al 74% anual: es la más alta desde la crisis de 2002

La entidad colocó LELIQ por $192.120 millones y concretó una absorción monetaria de más de $17.000 millones. Los rendimientos son los más altos desde el colapso de la convertibilidad y el "corralito"

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La sede del Banco Central, en la City porteña
La sede del Banco Central, en la City porteña

La autoridad monetaria debió convalidar un nivel de 74,069% anual en promedio en la tasa de interés que paga por la renovación de las Letras de Liquidez (LELIQ) a siete días, contra un promedio del 73,93% del martes. El miércoles no hubo mercados por el feriado nacional.

El monto total adjudicado a través de dos licitaciones fue de 192.120 millones de pesos. Frente a vencimientos en el día por $172.399 millones, concretó una absorción monetaria de unos $17.161 millones, descontado el pago de intereses por 2.560 millones de pesos.

El stock de LELIQ aumentó a $963.084 millones, equivalentes a USD 21.497,4 millones, un 30% de las reservas del BCRA, en 71.655 millones de dólares.

"El BCRA reconoció que la inflación se encuentra en niveles elevados y que es necesario endurecer la política monetaria para reforzar el proceso de desinflación futura", explicó José María Segura, economista jefe de PwC Argentina.

La entidad monetaria eliminó el ajuste mensual de la zona de "no intervención", que a partir de abril quedó fija hasta diciembre, al mismo tiempo que, si el tipo de cambio estuviese por debajo del límite inferior de la banda, no intervendría en el mercado cambiario.

Además, desde la semana pasada el BCRA podrá intervenir con ventas por debajo del "techo" de $51,448 establecido para la banda de flotación.

En 74% anual, la tasa de LELIQ es la más alta desde el 108% de las LEBAC en julio de 2002, hace casi 17 años

"Dada la elevada volatilidad en el tipo de cambio, y teniendo en cuenta el efecto que dicha variable tiene en la formación de precios en Argentina, a fin de mantener el objetivo de absorción monetaria establecido debió volver a subir la tasa de interés de referencia", añadió Segura.

Para Nery Persichini, gerente de Inversiones de GMA Capital, "las medidas del BCRA endurecen aún más su postura monetaria. El objetivo oficial es abatir la inflación, aunque la meta tácita es ponerle un techo al tipo de cambio, el principal mecanismo de transmisión a precios en la economía argentina debido a su enraizada y profunda naturaleza bimonetaria".

LAS TASAS MÁS ALTAS DESDE LA CRISIS DE 2002

Las tasas de interés de referencia regresaron al nivel más alto desde la crisis de 2002. Una diferencia con aquel traumático período por el colapso de la convertibilidad fue que la suba de tasas del Central obedeció a la necesidad de absorber liquidez por la emisión de pesos producto de la compra de dólares al público que realizaba la entidad monetaria.

Es que luego de alcanzar un récord próximo a los 4 pesos a fines de junio de 2002, el precio del billete verde empezó a retroceder a $3,70 en julio y a $3,60 en agosto, baja que motivó la venta de divisas en manos de ahorristas y empresas, que fueron captadas por el BCRA para engrosar las reservas, que estaban en un piso de USD 8.800 millones a mediados de agosto, sin apoyo del FMI y en pleno default de la deuda.

En menos de tres meses la tasa de política monetaria subió 30 puntos porcentuales

Aquel año, las tasas de LEBAC alcanzaron el 108% anual en el promedio del mes de julio, según el Informe Monetario de la entidad. Dichas Letras se colocaban a un plazo incluso más extendido que el de las actuales LELIQ: a 14 días.

En agosto de 2002 el costo promedio de las LEBAC disminuyó a 66% anual: mientras dos terceras partes de las suscripciones de Letras se realizaron a 14 días, una tercera parte se pactó a 28 y 91 días. Para octubre de 2002 la tasa de LEBAC había cedido a 49% anual, la mitad que en julio, apenas tres meses antes.

De todos modos, pocos son los puntos en común entre 2019 y 2002. Durante la presidencia de Eduardo Duhalde, Argentina atravesó una caída del PBI de 10,9%, con una pobreza de 54% y un desempleo récord de 22% de la población activa. Esa recesión histórica permitió devaluar un 67% el peso argentino con una inflación de "apenas" 41% anual.

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