La Unión Industrial Argentina (UIA) realizó un seminario sobre "Los desafíos del sector industrial en Latinoamérica", con el objetivo de debatir los eventuales escenarios del espacio productivo latinoamericano en el nuevo contexto global". En este seminario se debatió sobre lo casos de México Australia y China, y apareció nuevamente la polémica acerca de una apertura irrestricta de las importaciones para favorecer la competencia.
Uno de los disertantes, el director ejecutivo de la UIA Diego Coatz, manifestó al respecto que "el dólar se atrasó en los últimos meses, pero hay que que trabajar sobre el tipo de cambio a largo plazo, y sobre un horizonte de costos de los productos no transables". Luego puntualizó el "aumento en los costos laborales, de logística, financieros y de la energía", y señaló que "se puede federalizar el crédito con tasas competitivas".
Por su parte del subsecretario de Industria de la Nación, Fernando Grasso, dijo que "es falsa la opción apertura o proteccionismo y se mostró a favor de una integración inteligente, que explore distintos mercados internacionales, con el debido análisis de los casos más sensibles a nivel local".
La sorpresa llegó al tratarse el caso de Australia, uno de los ejemplos del Gobierno para lanzar el Plan Productivo Nacional ideado por el ministro de la Producción Francisco Cabrera para lograr una mayor apertura económica. Allí Coatz manifestó que "antes de plantearse una fuerte apertura de la economía pido escuchar a Perón y trabajar sobre la productividad".
La cita del líder del peronismo no es una casualidad. Luego de la llegada al Gobierno de Cambiemos se ha comenzado a discutir en la Argentina el tema de una mayor apertura para tener una economía más competitiva. El aumento de las importaciones es un problema que preocupa a la oposición.
En su libro La economía política del peronismo (1946-1955) el economista e historiador Roberto Cortés Conde señala que "el peronismo significó un punto de quiebre en la historia argentina, del cual ya no hubo retorno". En uno de sus párrafos relata que "a partir de 1946, con la llegada de Perón al poder, se creó un nuevo marco institucional que redefinió el rol del Estado en la economía, aumentando el poder de intervención que éste había adquirido durante el período de entreguerras y la crisis del 30″.
Perón impulsó un nuevo marco institucional que redefinió el rol del Estado en la economía
En ese aspecto, Cortés Conde destaca que las medidas económicas implementadas, su naturaleza y el proceso de toma de decisiones en que se originaron dieron lugar a un largo conflicto distributivo y a la pérdida de legitimidad del sistema político". Y agrega que "esa fue la política de pleno empleo y mantenimiento de los salarios reales; el proteccionismo explícito en la necesidad de adquirir permisos de importación discrecionalmente otorgados por el gobierno; el subsidio implícito a ciertas industrias, a través del otorgamiento de crédito a tasas de interés nominal menores que la inflación; la modificación de la Carta Orgánica del Banco Central; la consecuentemente posible creación de dinero para cubrir los déficit fiscales y el financiamiento inflacionario; la nacionalización de los depósitos, y la utilización de los fondos del sistema de seguridad social. Todas estas medidas favorecieron a algunos y perjudicaron a otros".
Concluye que "los beneficiados del peronismo formaron una coalición implícita que se opuso a todo cambio que modificara el status quo; algunos perjudicados constituyeron grupos de presión para participar del reparto, pero otros se encontraron con dificultades para organizarse y proponer una alternativa viable. Eso explica por qué, una vez instaurado ese nuevo marco institucional, fue tan difícil cambiarlo.
Además de la referencia a las ideas de Perón, Diego Coatz abordó otros temas, como el papel de China en el comercio internacional, particularmente con la Argentina, y manifestó que "los chinos compiten en forma desleal y necesitamos herramientas para hacerles frente". El debate está abierto y el Gobierno tiene un problema que resolver en el futuro.
La jornada contó también con la participación del subsecretario de Industria de la Nación, Fernando Grasso; el director general adjunto del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), Manuel Molano.