Barcelona se llevó un triunfo de oro en su excursión por el Estadio Santiago Bernabéu después de vencer por 1-0 en el clásico al Real Madrid por el cruce de ida de las semifinales de la Copa del Rey. El elenco de Xavi Hernández cedió la iniciativa ante un rival que cerró el tiempo reglamentario sin remates al arco en medio de un encuentro con una atmósfera enrarecida en la capital española.
El escándalo que salpica al Blaugrana con los arbitrajes fue uno de los temas que marcó la agenda en la previa al duelo más importante del fútbol de ese país. Una inspeción de Hacienda provocó la apertura de una investigación por un presunto delito de corrupción, ya que la empresa DASNIL 95 SL recibió más de 4,7 millones de euros (USD 5 millones) por servicios prestados a la institución. Esta empresa tenía como único socio a José María Enríquez Negreira, quien ocupaba en ese entonces la vicepresidencia del Comité Técnico de Árbitros (CTA).
A pesar del descargo de la entidad, los documentos que exhibían esta situación irregular fueron minando la credibilidad de los colegiados, hasta un punto en el que distintas personas se congregaron en las adyacencias del reducto para realizar una manifestación antes del inicio del compromiso. Los hinchas de la Casa Blanca grabaron el preciso instante en que los asistentes comenzaron a arrojar distintos panfletos con la cara de Joan Laporta, presidente del Barcelona, bajo la consigna “corrupción en la federación”.
Esta marcha se dio en el marco de las recientes declaraciones de Luis Medina Cantalejo, presidente del CTA, quien afirmó que “no hay ninguna evidencia, ni prueba que pueda decir que un árbitro es deshonesto” y pidió un esclarecimiento rápido de este suceso: “Quien tiene mayor interés en que esto se aclare y que si hay culpables se les castigue con el máximo rigor somos los árbitros”.
El pitazo inicial de José Luis Munuera Montero puso en escena el aspecto futbolístico de un partido que se destrabó por el gol en contra de Éder Militão. Los Culés mostraron serias dificultades para cruzar la mitad de la cancha por la presión alta del rival, aunque fueron más certeros en la valla contraria. Esto no impidió cerrar los 90 minutos con una estadística lapidaria, que pinta de cuerpo entero cómo fue el partido de la visita.
Barcelona finalizó con un 35,6% de tenencia de pelota, el peor dato de posesión en un partido oficial desde que Pep Guardiola había llegado al club azulgrana en 2008. Desde ese momento, pasaron 861 partidos oficiales disputados hasta la fecha señalada. “Nos han llevado mucho a nuestro campo, nos han sometido con el balón. No es el porcentaje de posesión que buscamos. Necesitamos el juego con balón porque sino no controlaremos los partidos. No estoy satisfecho con el juego”, criticó Xavi en conferencia de prensa.
“El plan era tener posesiones largas, ganar duelos y jugar en el campo del Madrid. Dominar con pelota. Nuestro primer objetivo es defender con la pelota y hoy no hemos podido. No hemos estado pulcros con la pelota, también nos ha faltado pausa. Hoy no podemos presumir del cómo”, agregó.
A continuación, destacó el aspecto defensivo, ya que el Merengue cerró sin disparos al arco como local por primera vez en más de 15 años: “Hemos estado extraordinarios defendiendo sin pelota. Defender es parte del juego, por eso la victoria es muy importante, nos llevamos una victoria tremenda. Hoy hemos minimizado al Madrid. Hoy sólo han tenido una ocasión de Rodrygo”.
Sin embargo, lanzó una llamativa afirmación sobre la eliminatoria que culminará el miércoles 5 de abril en el Camp Nou: “Este 0-1 cambia poco; es un 1-0, pero veo al Madrid fuerte, muy fuerte físicamente. Sigo viendo favorito al Madrid”.
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