La jugada olvidada: a 32 años del 2 a 1 a Inglaterra, los dos goles de Maradona y "la nuca de Dios"

Julio Olarticoechea protagonizó, a segundos del cierre del partido, una acción dramática. Salvó, sobre la línea del arco de Pumpido, lo que hubiese sido el empate de Inglaterra. El recuerdo y el homenaje a la intervención milagrosa que quedó a la sombra del hipnotismo de Maradona

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Julio Olarticoechea, José Luis Brown y Nery Pumpido, tras la victoria a Inglaterra en cuartos de final del Mundial de México ’86
Julio Olarticoechea, José Luis Brown y Nery Pumpido, tras la victoria a Inglaterra en cuartos de final del Mundial de México ’86

"Argentina-Inglaterra en el 86 es el único partido que tiene dos goles con nombres: el de 'la mano de Dios' y el 'Barrilete Cósmico', ambos de Maradona", definió Andrés Burgo, periodista y autor del libro El Partido, un documento que desmenuza y relata los hechos de un partido icónico desde los personajes satelitales, los "sherpas" que construyeron el mito maradoniano.

El 22 de junio de 1986 pasó eso: el 2 a 1 a Inglaterra con dos goles legendarios y contradictorios. Al minuto 51, el gol ilegítimo, el puño izquierdo del 10 argentino superó la estirada de Peter Shilton. Tres minutos después, la obra maestra: seis ingleses en el camino, 10,6 segundos de emoción, la épica del relato de Victor Hugo Morales, la jugada de todos los tiempos, el gol del siglo o el mejor gol de la historia de los Mundiales. Maradona condensó en un mismo período histórico toda su filosofía. El contexto era idílico: contra Inglaterra, con las cicatrices abiertas de la Guerra de las Malvinas, en los cuartos de final de una Copa del Mundo.

Argentina ganaba 2 a 0 a los diez minutos del segundo tiempo. El partido parecía reservarle la gloria a Maradona con un marcador inmaculado. Faltando quince minutos, Bobby Robson, técnico inglés, decidió el ingreso de John Barnes por Trevor Steven. El número 19 se ubicó por izquierda. Carlos Bilardo respondió al minuto siguiente con la inclusión de Carlos Tapia por Jorge Burruchaga.

Barnes se escapó de Ricardo Giusti y de Héctor Enrique. Lanzó un centro de zurda que conectó Gary Lineker en el corazón del área. Era el 2 a 1 a falta de diez minutos para la finalización del partido. El descuento amedrentó a alma de los argentinos y envalentonó el espíritu inglés. Al minuto '87, Maradona conducía por la derecha con un ritmo y una voracidad diferente. Hodge se la robó desde atrás. Hoddle la controló y Beardsley la condujo hasta mitad de cancha. El pase fue profundo y lo encontró abierto a Barnes. Enrique reculó. Barnes lo encaró. Un desaire, un toque hacia afuera y un lanzamiento rápido de zurda.

La salida a la cancha con los jugadores argentinos ordenados por cábala: Olarticoechea salía anteúltimo, por delante de Burruchaga
La salida a la cancha con los jugadores argentinos ordenados por cábala: Olarticoechea salía anteúltimo, por delante de Burruchaga

El centro fue llovido y paralelo a la línea. Sobró a Pumpido y cayó dentro del área chica, a medio metro del segundo palo. Lineker fue en busca de esa pelota: se lanzó de palomita para convertir de cabeza. Increíblemente apareció un salvador, "el otro héroe". Julio Olarticoechea y el "nucazo de Dios". En una jugada dramática y técnicamente compleja, el Vasco se arrojó y inexplicablemente la desvió con la parte de atrás de su cabeza. Los dos jugadores terminaron adentro del arco, sin saber exactamente qué pasó.

Olarticoechea todavía no sabe cómo la sacó. "Fue una jugada parecida al primer gol, yo sabía que Barnes encaraba y sacaba el centro, entonces seguí y cuando llegó la bola atiné a zambullirme, con Lineker encima, hice un movimiento apenitas con la nunca, y eso que no tengo mucho cogote. Fue muy difícil, porque era en contra de la jugada. Caímos los dos adentro del arco, sentí que me pegó la pelota, pero no sabía si había entrado o no. Después, jodiendo, la bauticé 'la nuca de Dios', para darme manija. Si metía el gol en contra, todavía me lo estaría reprochando, hubiera vivido amargado hasta ahora. Si me pasó con un penal errado a los 12 años, imaginate un gol en contra en un Mundial", le reconoció a El Gráfico, años después.

El 22 de junio de 1986 se jugó uno de los partidos más legendarios de la historia de los Mundiales
El 22 de junio de 1986 se jugó uno de los partidos más legendarios de la historia de los Mundiales

En un documental sobre México '86, el propio Lineker elevó la jugada a una intervención extraordinaria. Olarticoechea contó, orgulloso, que el célebre delantero inglés lo nombró al contar cómo le negaron lo que para él, dice, era un gol hecho. No lo fue. El defensor argentino cambió la suerte del partido y un casi gol por un corner en contra. "Siempre digo lo mismo: un jugador puede ser de selección o no por un detalle, en este caso de concentración. Si no hubiera estado concentrado, no llegaba a cerrar. Muchas veces uno ve jugadores buenos y se pregunta: '¿por qué no están en la Selección?' Y… algún detalle deben tener, yo creo que hay jugadores que se desconcentran y eso, los técnicos lo ven. Te olvidás de cerrar en un Mundial y marchaste", consideró.

Detrás de las marquesinas de Diego Armando Maradona y de sus goles, se esconde la jugada que cerró la victoria y el pase a semifinales. A segundos del final del partido, en la angustia de un instante que duró más de lo que debería, la "nuca de Dios".

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