El gesto humilde de Maradona en su primera charla con su ayudante Sebastián Méndez: el detrás de escena de su metodología de trabajo en Gimnasia

El Diez y el Gallego tuvieron su primer cara a cara en el Bosque, antes de la gran presentación. Una relación que se cimenta en la admiración mutua y en la que se apoyan los sueños de permanencia del Lobo en la Superliga

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El abrazo que vieron todos: Maradona y Méndez, en el campo de juego. Lejos de las cámaras se dio una charla frontal y honesta (Foto Baires)
El abrazo que vieron todos: Maradona y Méndez, en el campo de juego. Lejos de las cámaras se dio una charla frontal y honesta (Foto Baires)

En el campo de juego, adelante de los más de 20.000 hinchas de Gimnasia La Plata que vibraron con la presentación del cuerpo técnico, se pudo advertir ese abrazo profundo, una comunión express que denunció la admiración mutua. De un lado, Sebastián Méndez, maradoniano confeso. "Jugué dos veces contra él. Le pegue una patada. Fue a la única persona a la que le pegué y le pedí perdón 1000 veces, porque pegarle a Diego es como pegarle al fútbol argentino entero", supo declarar el Gallego. Del otro, Maradona, el ex capitán de la Selección, que lo veneró con una frase movilizante: "Hay una sola cosa de la que me arrepiento en mi carrera: haberme retirado antes de poder jugar en un equipo con el Gallego Méndez. Es el mejor defensor que vi jugar al fútbol".

Pues bien, ese abrazo ocurrido ayer, ante los ojos y las cámaras, selló la sociedad entre el astro y el aguerrido ex defensor, el head coach y su ayudante, con extensa experiencia como entrenador. No fue el primer contacto entre ambos de cara al cuerpo técnico ensamblado, a partir de la sugerencia de Christian Bragarnik, el agente que los acercó al Lobo, y con la anuencia de Matías Morla, apoderado del ex Argentinos, Boca y Napoli: ya habían hablado telefónicamente tras la confirmación del jueves. Y en la previa a la puesta en escena en el Bosque tuvieron su momento, en el que cerraron la alianza en la que se sostienen los sueños de permanencia de Gimasia, último en la tabla de los promedios, y con apenas un punto en cinco jornadas en la Superliga.

El primer cara a cara con Méndez sucedió tras el contacto bautismal de Maradona con el plantel, después de la charla con Lucas Licht en la que le dijo, tomándole la cara con las manos, "yo los quiero ayudar. Ustedes me ayudaron a mí y yo los quiero ayudar". Fue el disparador del primer llanto de Maradona, de la colección de llantos que se permitió en una jornada de hipersensibilidad, de Doña Tota y Don Chitoro a flor de piel. También lagrimeó el recio lateral izquierdo. Luego del saludo uno por uno, jugadores, auxiliares (todos), llegó el turno de la charla introductoria con el plantel, de una arenga que resultó la raíz de su discurso público: "El que se mata, conmigo juega".

Después en una sala contigua, Maradona y Méndez provocaron la simbiosis entre dos hombres con un carácter fuerte, pero con ganas de unir fuerzas, conocimiento y carisma. El hielo se rompió porque Diego bajó al llano, despojado de cualquier vedetismo, en un gesto de humildad que sacudió al ex zaguero de Vélez, Celta, San Lorenzo y Banfield.

"Yo me voy a recostar en vos, Gallego. La cabeza del grupo sos vos. El día a día es tuyo. Yo me adapto, estoy para escucharte, para que trabajemos juntos en lo que propongas. Sobre todo, para trabajar, porque yo vengo a trabajar mucho, como siempre lo hice", le tendió la mano el Diez.

La estrategia fue parecida a la que el ex capitán de la Selección empleó con Mariano Messera, orientador de la Reserva y DT interino de la Primera tras la renuncia del Indio Ortiz. Durante el primer llamado, Diego lo elogió de un modo que desarmó cualquier tipo de prejuicio del ex enlace. "Vos fuiste 10 como yo, ya no se gambetea como antes, no se tiran caños", le dijo. Y ya en el césped del estadio Juan Carmelo Zerillo, Maradona también le dedicó un abrazo extenso, y lo homenajeó señalándolo ante el público y dibujando con sus manos el dorsal que representa a los habilidosos: el 10.

Volvamos a la charla con Méndez. El Gallego acusó el impacto emotivo. "Yo también vengo a trabajar mucho, Diego. Y no vengo de paso. Estoy orgulloso de tener esta posibilidad y que sea al lado tuyo. Vengo a salvar a Gimnasia y, si conseguimos el objetivo, va a ser un doble premio, porque va a ser de tu mano", devolvió la flecha perfumada. Y el lazo que los une quedó anudado.

El discurso de Diego ante los hinchas. El plantel y el cuerpo técnico lo escucharon con atención y admiración

Lo que se vio en la primera práctica, aseguran los más cercanos a Maradona, fue una muestra de lo que será la metodología de trabajo. Mientras Diego se ocupó del baño de cariño por parte de los fanáticos, Méndez, junto a Adrián González (aquel lateral de gran pegada ex San Lorenzo y San Pablo), al preparador físico Hernán Castex, y al entrenador de arqueros Gastón Romero, se hicieron cargo de las tareas de apertura. Ya metido en su rol de entrenador, cuando se acercó a los trabajos de definición, se puso al frente y el Gallego se hizo a un costado, cediéndole el protagonismo.

Lo mismo ocurrió en el momento de la elongación, en la que los futbolistas armaron una ronda de colchonetas alrededor de la figura del astro. Siguieron los lineamientos del profe, pero escucharon las palabras de Maradona, que continuó accionando el "inflador anímico", concepto que supo acuñar Héctor Veira. He ahí las funciones bien determinadas. El Diez tendrá injerencia en el pizarrón, claro. Pero su misión principal será apuntalar la moral del plantel. "¡Este plantel necesitaba que le hablaran, estaban mudos", le subrayó a sus íntimos una de las claves que, según entiende, servirán para apuntar a la levantada.

El grupo de trabajo de Maradona (o de Maradona-Méndez) terminará de cerrarse hoy, tal como lo señaló el propio Diego. Daniel López Maradona, su sobrino, quien lo acompañó en Dorados, será de la partida. También el ex enganche habló con Víctor Stinfale, titular de Deportivo Riestra, para pedirle por el equipo audiovisual que encabeza Bruno Maffoni; otra de las piezas que lo asistió en Fujarah FC y en su aventura en Sinaloa. Pero al mismo tiempo tuvo una buena charla con el encargado de Gimnasia, por lo que no habría que descartar un sistema "mixto".

¿Y el factor Blas Giunta? El ex mediocampista central no dirige desde marzo, cuando renunció a Almirante Brown, club que milita en la B Metropolitana. Maradona lo llamó para sondearlo y le gustaría que se integre a la nómina que lo respaldará. Ayer insistió con su nombre. Por lo pronto, Diego y Méndez firmaron la conformación de una sociedad con una tinta indeleble: la de la veneración.

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