Antonio Berni, un artista popular contra todos los males de este mundo

Se cumplen 118 años del nacimiento del pintor, grabador y muralista rosarino, creador de personajes inolvidables como Juanito Laguna y Ramona Montiel, capaz de convertir su arte en denuncia

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Antonio Berni, el gran artista argentino que retrató la brutalidad del mundo
Antonio Berni, el gran artista argentino que retrató la brutalidad del mundo

Un día como hoy, en los inicios del siglo pasado, nació Antonio Berni. Fue en la ciudad de Rosario el 14 de mayo de 1905. Su padre, de nombre Napoleón, era un sastre italianio que acababa de llegar a la Argentina y que contrajo matrimonio con Margarita Picco, hija de italianos. Ahora, en la casa donde Berni nació, en la calle España al 200, hay una placa que indica que en ese lugar llegó al mundo este genio. Sin dudas lo era. Y lo sigue siendo, aunque haya muerto hace 41 años.

“Sin temor a polemizar, Berni es el artista más importante de Argentina. Su obra tiene tanto la admiración del sistema de validación, coleccionistas y museos, y es a su vez abrazada por el público”, escribió el periodista especializado en arte Juan Gabriel Batalla, y continuó: “Berni es un pintor popular, profundamente popular, por haber desarrollado una obra directa y empática, socialmente cercana que no necesita ser explicado por especialistas, que solo se siente, y punto”.

Tenía diez años cuando ingresó como aprendiz en el taller de vitrales Buxadera y Cía. Su fundador, un artesano catalán, le enseñó todo lo que pudo hasta que al año, como su padre se volvió a Italia, su mudó a la casa de los abuelos paternos, en Roldán, un pueblo cercano a Rosario. Siguió estudiando, como pudo, y en 1920, con tan solo quince años, expuso sus cuadros por primera vez. Fue en el Salón Mari: 17 óleos de paisajes suburbanos y flores.

"Manifestación" (1934) de Antonio Berni
"Manifestación" (1934) de Antonio Berni

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La siguiente exposición fue en 1923 en la Galería Witcomb de Buenos Aires. Recibió el halago de los críticos de La Nación y La Prensa. Y así, poco a poco, fue construyendo una obra. Pero, ¿qué tenía de especial? Para consagrarse aún faltaba tiempo. Primero tenía que abordar el destino: viajar a Europa. Luego de vincularse con el grupo de Florida —escritores y artistas que se reunían en la Confitería Richmond— partió al viejo continente en 1925.

Gracias a una beca del Jockey Club de Rosario, en noviembre de ese año llegó a Madrid. Poco a poco comenzó a exponer, a mostrar su arte, sus obras. Y a crear, por supuesto. Era una esponja: todas las tendencias que allí veía, que en ese momento revolucionaban el arte, Berni las observa como paciencia y absorvía. Volvió a la Argentina en la Década Infame. Pero la decadencia no ocurría solo acá: Europa espantaba con el nazismo, el fascismo, el franquismo.

"Juanito dormido" (1974) de Antonio Berni
"Juanito dormido" (1974) de Antonio Berni

Por entonces Berni leía a Karl Marx, miraba con entusiasmo las obras de Giorgio de Chirico y de Magritte, y se interesó por el surrealismo, en sus propias palabras, “una visión nueva del arte y del mundo, la corriente que representa a toda una juventud, su estado de ánimo, su situación interna, después de terminada la Primera Guerra Mundial. Era un movimiento dinámico y realmente representativo”. Más tarde, y con una fuerte idea de realismo social, llega su consagración.

Su pintura más conocida es Manifestación (1934), que está en la colección del Malba. En su web se lee: “Manifestación parte de una reelaboración de los postulados del muralismo según la idea de Berni de un Nuevo Realismo, que se propone conectar al arte de vanguardia con la realidad social. Los materiales y la técnica son acordes con la situación de las clases populares expuesta en la obra, mientras que los nuevos recursos que utiliza –fotografías de referencia, encuadres cinematográficos– dan cuenta de una mirada moderna sobre el tema.”

Juanito Laguna y Ramona Montiel son dos de sus personajes creados en la década del cincuenta. “Juanito Laguna surge en el Gran Buenos Aires, cuando comencé a hacer una serie de apuntes en los barrios pobres y al ver ese conjunto de chicos y sentí que todavía yo no lo había personalizado lo suficiente”, contó Berni. “Y si bien es un arquetipo del Gran Buenos Aires podría ser un arquetipo de todos los chicos de la ciudad de Latinoamérica: es un chico pobre, pero no un pobre chico”.

"Pesadilla de los injustos o La conspiración del mundo de Juanito Laguna trastorna el sueño de los injustos"
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En Juanito Laguna, Berni encuentra una forma de dialogar con la realidad, de interpelar esa exterioridad de lor eal pero siempre desde el adentro artístico, con herramientas como el collage. “Juanito no es un vencido por las circunstancias, sino un ser lleno de vida y de esperanzas y que supera su miseria circunstancial porque intuye vivir en un mundo cargado de porvenir”, dijo el artista. Nunca dejó de pintar, y se encargó de viajar junto a su obra para que todo el mundo la conozca.

Hay una que vale la pena mencionar, se titula Pesadilla de los injustos y contiene todas sus marcas características. Son personajes grotescos y siniestros con un sentido político relevante: monstruos que representan la injusticia, la desigualdad, la brutalidad. Esos eran los temas que le interesaba retratar a Antonio Berni. Contra eso también luchaba desde el arte. El día antes de morir (falleció el 13 de octubre de 1981, a los 76 años) dijo: “El arte es una respuesta a la vida”.

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