
“Es la primera vez que hacemos un catálogo virtual e interactivo de esta calidad”, cuenta del otro lado del teléfono Elio Kapszuk, director del área de Arte y Producción de AMIA y curador de la nueva muestra que se titula Ese día. Se trata de 26 fotos que Alejandra López le tomó a sobrevivientes del cruel atentado. Son imágenes austeras, simples, concretas, que logran representar, como sostiene en el texto curatorial, “con abrumadora simplicidad, una suma de complejidades”.
Son “testimonios de un testimonio” y “nacieron para hacer perdurable la voz de las víctimas sobrevivientes”. Agrega Kapszuk que, “como no es posible por temas de salud hacer una inauguración, armamos una sala virtual 360 en la cual ya conviven otras dos muestras”. Efectivamente, en este sitio web se puede recorrer la exposición como si se estuviese allí de forma física. Clickeando sobre cada retrato aparece un texto que explica dónde estaba cada persona en el momento de la explosión.

Mirta Regina Satz, por ejemplo, tenía 25 años y era empleada de la AMIA. “A las 9:53 estaba en el segundo piso del edificio. Mirta estaba sola en la oficina de tesorería. En ese momento, mientras todo el edificio se venía abajo logró correr hacia donde había algunos compañeros y pudieron llegar a una terraza. La destrucción era total. Los edificios de enfrente parecían un castillo de naipes que se habían desplomado”, se lee. Además, se puede ver y escuchar el testimonio audiovisual.
O Samuel Szurman, que tenía 60 años y era empleado en el Centro de Día vecino a la AMIA. “Médico psiquiatra, Samuel estaba atendiendo a una paciente cuando se produjo la explosión. De golpe se le vino el techo encima. Alcanzó a salir rodando y resguardarse bajo el marco de la puerta. Cuando salió del consultorio y vio la AMIA destruida entendió que había sido un atentado. Quedó paralizado ante tamaño horror”, se lee.
O Javier Bedne, que tenía 33 años, era empresario y vecino de la AMIA. “A las 9.53 hs. estaba en Tucumán y Pasteur. Su local sobre la calle Pasteur estaba destrozado por la onda expansiva de la bomba. También el negocio que tenían sus padres a pocos metros. En los minutos posteriores a la explosión, en medio de la conmoción, Javier socorrió a su familia, vecinos y amigos del barrio. La cuadra de toda su vida era un escenario dantesco”.

La fotógrafa Alejandra López explica que como “la pandemia impidió pensar en fotos producidas en exteriores”, “la decisión que tomamos fue que todo estuviera puesto al servicio de la mirada y la actitud de los fotografiados”. Y agrega: “Es muy complejo realizar este tipo de retrato porque uno puede conectar con sentimientos totalmente contradictorios: con el dolor, con el trauma, pero también con la esperanza y la fuerza para seguir adelante”.
Cuando un coche bomba se estrelló contra la sede de Pasteur 633 y asesinó a 85 personas la Argentina cambió para siempre. Algo de esa tragedia se impregnó de forma definitiva. Pero todo adquiere otra profundidad, otra sensibilidad, en cada acción artística que realiza AMIA. En Ese día, dice López, “todos los detalles pequeños cuentan mucho porque es una imagen totalmente despojada. No hay apoyo en el entorno, no hay más narración que la mirada, la pose, el gesto”.

Además de estar contenida en una plataforma digital, la muestra será exhibida en Buenos Aires cuando las circunstancias sanitarias lo permitan. También en el Consulado Argentino en Nueva York durante octubre. Para estas presentaciones, los retratos no serán impresos en papel común, sino en papel artesanal, que fue confeccionado por Alejandro Gravier y Julio Mroue, a partir de hojas de diario y fotocopias de recortes de noticias de los días posteriores al atentado.
“Este papel tiene como base retazos del 18 de julio de 1994: son el soporte de la imagen de hombres y mujeres que también tuvieron que reconstruirse”, advierte Elio Kapszuk. “Ese papel no es perfecto, ni liso, tiene texturas, relieves y muchas marcas que dan cuenta de su origen. Estas marcas de papel se transforman en marca en los retratos, produciendo una operación simbólica, que habla de cómo somos atravesados por lo que nos toca vivir y por cómo elegimos continuar. Eso lo sabe un sobreviviente más que nadie”.
Cada año AMIA emprende diferentes iniciativas artísticas para reclamar justicia. Además de esta muestra interactiva, se realizó un video donde participan La Bomba de Tiempo, destacado grupo argentino, y XXL Irione, uno de los raperos referentes de la escena local. “Porque tenemos memoria exigimos justicia” es el título de la canción donde percusión y rap se unieron para rendir homenaje a las víctimas fatales del atentado.

“No podemos aceptar como natural el hecho de que todavía no se hizo justicia”, aseguró, por su parte, el presidente de la institución, Ariel Eichbaum. “Por eso, todas las acciones que contribuyen a traer al presente el horror cometido hace 27 años, ayudan a renovar el reclamo y el compromiso con el ejercicio de la memoria colectiva, y a luchar contra el olvido”, agregó.
“En lo personal, creo que es ese tipo de experiencia por la cual agradezco tener esta profesión. Fue muy fuerte conocer a todos los fotografiados, interiorizarme de sus historias, escucharlos”, confesó Alejandra López. De eso se trata, al fin de cuentas: de mantener viva la memoria de los que ya no están y de acompañar a las víctimas y a los familiares en este eterno reclamo de justicia.
* Para ingresar a la muestra “Ese día”, click acá.
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