"La revolución de los robots ya ha comenzado". Así se presenta el Robot World 2017 promocionado por la compañía de tecnología Softbank que alberga Tokio, capital ícono de la cultura de innovación. Durante dos días (del 21 al 22 de noviembre) se develerán soluciones en materia de movilidad, transporte, construcción, limpieza, asociados en gran medida a la voluntad, idoneidad e inteligencia de Pepper, un robot humanoide de 120 centímetros desarrollado para confraternizar con la humanidad.
Del mega evento de robótica se desprenden situaciones futuristas: máquina que limpian grandes superficies, un servicio de clientes en versión Pepper para la ayuda y el cuidado de ancianos, una excavadora manipulada por control remoto, un montacargas autónomo útil para aeropuertos, depósitos o fábricas, un robot pianista, un tutor de inglés para estudiantes de primaria que funciona, a su vez, como reloj, alarma, diccionario y radio. Entre prototipos orientados a optimizar el rendimiento laboral y productivo, una invención recogida del animé, la fantasía y la ciencia ficción se destaca en la exposición.
El J-Deite Quarter es un robot y es un auto. Su altura se reduce cuando finaliza la transformación. Pasa de sus 1,3 metros de alto en versión robot a sus 1,3 metros de largo sobre sus cuatro ruedas. Puede moverse de tres maneras: bípeda -como un humano-, con las ruedas traseras en modo parado y en función de automóvil convencional. Todas las operaciones, incluido el comportamiento de transformación, están controladas por V-Sido OS. Se lanzó en 2014 y denuncia un peso de 35 kilogramos. Y aunque se considere el invento más transgresor de la muestra, es apenas una muestra del potencial de la compañía Brave Robotics.
El J-Deite es, en realidad, un proyecto de fronteras rupturistas: el Quarter evolucionará al Ride con pronósticos de lanzamiento a fin de año y el Ride inspirará al King, la obra máxima del concepto "transformers reales" acuñado por la firma. Brave Robotics y Asratec fundaron el desarrollo del J-Deite Ride con promesas de maniobras tripuladas desde dentro de la cabina, aunque sin confirmación de poder permanecer en el habitáculo durante el proceso de transformación que demandará diez segundos. El transformer japonés medirá 3,5 metros de alto en modo robot y 3,8 de largo en formato automóvil, dispondrá de 30 articulaciones, dos puertas y configuración biplaza.
En octubre anunciaron su objetivo más audaz: la construcción del J-Deite King, un robot gigante transformable de cinco metros de longitud. El pronóstico de presentación oficial se detiene en 2020. Kenji Ishida, CEO de la firma de tecnología, cree que un robot humanoide común no es un verdadero robot. Para él, "un robot que puede transformarse e incorporarse es un verdadero robot". Por eso, resume sus fundamentos en el concepto "No transform, no robots", la traducción aproximada a "Sin transformar, no hay robots". Su expectativa es llegar a comercializar el producto, fundamentalmente a parques temáticos por fuera del escenario local donde cree que alcanzará una mayor penetración.
El proyecto J-Deite es, según el discurso oficial de la compañía, una investigación de tecnologías para los robots de la próxima generación. Su inspiración emerge, sin embargo, de la imaginación, de la fantasía, de los dibujos animados japoneses, de la saga Transformers y de la audacia de Kenji Ishida, quien sueña con inventar un auto transformable de cinco metros capaz de pararse y convertirse en un robot que camina y corre. Él dice que "está esperando un mundo que la humanidad nunca ha visto".
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