Los científicos saben desde hace tiempo que la actividad humana afecta a la naturaleza. Aparte de volverse más alertas y pasarse menos tiempo en busca de comida, muchos mamíferos viajan hasta zonas remotas para evitar el contacto con las personas.
"Esto indica que los animales parecen cuidarse de las personas", dijo Kaitlyn Gaynor, ecóloga en la Universidad de California en Berkeley, que encabezó el estudio. "Podemos pensar que no dejamos huellas cuando caminamos por los bosques, pero nuestra mera presencia tiene consecuencias duraderas".
Los estudiosos compararon cuánto tiempo esos animales se pasaron activos de noche bajo diversos tipos de interferencia humana, como caza, caminatas y agricultura. Como promedio, el equipo encontró que la presencia humana causó un incremento de 20% en la actividad nocturna, incluso en animales que no son nocturnos.
Las conclusiones son novedosas porque "nadie más ha compilado toda esa información y la ha analizado de una forma tan robusta", dijo Ana Benítez López, de la Universidad de Radboud, en Holanda, quien revisó el estudio.
Marlee Tucker, ecóloga de la Universidad Goethe en Frankfurt, Alemania, quien no fue parte del estudio, fue sorprendida por el hecho de que cualquier actividad humana es suficiente para que los animales vean a las personas como una amenaza.
“Es preocupante”, dijo. “Incluso cuando la gente piensa que no estamos tratando deliberadamente de impactar a los animales, probablemente lo estamos haciendo sin saberlo”.
Gaynor dijo que los animales que no se adaptan bien a la oscuridad serán afectados. Pero agregó que el cambio de conducta pudiera ayudar a otros animales a reducir el número de encuentros con humanos.
Con información de AP
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