El histórico sitio de Puebla que será intervenido por INAH y el gobierno estatal

Como parte del programa Recuperación de espacios comunes en el estado de Puebla, se realiza la evaluación del lugar para poder reabrirlo al público

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En la foto se puede apreciar cómo lucían antes las instalaciones y cómo lucen actualmente 
Foto: INAH
En la foto se puede apreciar cómo lucían antes las instalaciones y cómo lucen actualmente Foto: INAH

Como parte del programa Recuperación de espacios comunes, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) intervendrá junto al gobierno de Miguel Barbosa Huerta un sitio histórico de la ciudad de Puebla: los Lavaderos de Almoloya,

El principal objetivo de esta intervención en este tipo de lugares emblemáticos, según se indicó en un boletín de INAH, es el de devolverle a los ciudadanos la historia del estado.

Estos lavaderos fueron construidos entre finales del siglo XVIII y principios del XIX, contaban con 96 espacios de lavado, además de que eran espacios de lavado público, también eran lugares donde se llevaba a cabo la convivencia de poblanos y de intercambios culturales, en donde la vida cotidiana forjó en ese entonces una parte de la historia de las ciudades. Están ubicados en el Barrio de El Alto, Puebla y el INAH fungirá en este proyecto como asesor.

La zona completa está compuesta por dos sectores:

a. Subestructura: que son dos canales paralelos los cuales recogían el agua proveniente de las faldas del Cerro de Guadalupe y Loreto, y desfogaban en el río San Francisco.

b. Superestructura: que consta de dos crujías abovedadas las cuales cubren los lavaderos y que fueron construidas sobre las acequitas, las cuales son canales pequeños que conducen el agua, eran utilizadas especialmente para el riego.

Así lucen actualmente las instalaciones, mismas que se encuentran cerradas para el público en general
Foto: INAH
Así lucen actualmente las instalaciones, mismas que se encuentran cerradas para el público en general Foto: INAH

Los canales presentan algunos daños que alteran el equilibrio normal de las bóvedas y los muros en los cuales se apoyan, mismos que fueron demolidos para poder construir una escalera de acceso peatonal y lo que ocasionó que algunas zonas de esos lugares corran el riesgo de que se inunden o colapsen en cualquier momento.

Por solicitud del Centro INAH Puebla, el lugar actualmente se encuentra cerrado el acceso al público y se evalúan las partes en riesgos. Los especialistas de la institución van a continuar con el análisis de las crujías donde se ubican los lavaderos.

El arquitecto Manuel Villarruel Vázquez, nuevo director del Centro INAH Puebla, comentó que se trata de estructuras bien edificadas que presentan problemas de humedad con sales que están dañando las construcciones y que requieren atención a la brevedad.

Además adelantó que se está preparando el diagnóstico completo del inmueble y se estarán compartiendo los resultados con el Gobierno del Estado de Puebla, para que por medio de sus áreas técnicas se encarguen del dictamen obtenido y se desarrolle un nuevo proyecto para la restauración integral del patrimonio en cuestión.

Señaló que podrían surgir nuevas propuestas de la intervención de otros sectores, pues no se cierra a aceptar otros proyectos -incluso más detallados- para generar convenios de trabajo colaborativo.

“Hago un reconocimiento al gobernador Barbosa por este rescate histórico y reconozco su ofrecimiento para gestionar recursos especiales con miras a la restauración, excavaciones arqueológicas y conservación de estos importantes espacios de la historia de la ciudad de Puebla”, puntualizó el director, según el comunicado emitido por el INAH.

Su creación se dio durante la época donde todavía no había drenaje de para tratar aguas negras y las letrinas se encontraban separadas de los causes de agua natural, permitiendo así reutilizar el agua de lavado para el uso doméstico o para el consumo de animales.

Manuel Vázquez concluyó la reunión con el siguiente comentario: “Este sitio es ejemplo de los espacios del día a día, donde sucedía la vida comunitaria y eran sumamente necesarios para el desarrollo de las funciones de las familias y de una ciudad que estaba en completo crecimiento”.

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