El trabajo infantil es mayor en zonas donde hubo aspersión aérea con glifosato

Un estudio publicado por la revista Journal of Education in Emergencies dio a conocer que la fumigación aérea de cultivos de coca está asociada al trabajo infantil en zonas rurales.

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Colombia realiza fimigaciones aéreas con herbicidas para erradicar cultivos ilícitos desde 1982.
Colombia realiza fimigaciones aéreas con herbicidas para erradicar cultivos ilícitos desde 1982.

La revista Journal of Education in Emergencies abordó, en su más reciente edición, el tema de la educación y la guerra contra las drogas, y examinó las formas en que los estudiantes, educadores, familias, comunidades, organizaciones no gubernamentales y estados negocian en medio de esta “crisis sostenida, multisitio y multifacética”.

En la publicación, se hizo referencia al artículo de la senadora Claudia Rodríguez, “The Effects of Aerial Spraying of Coca Crops on Child Labor, School Attendance, and Educational Lag in Colombia, 2008-2012”, en el que se explica que las fumigaciones con glifosato están estrechamente relacionadas con el trabajo infantil:

“Desde 1999, una de las principales estrategias que ha utilizado el Gobierno colombiano para mitigar el cultivo de coca es rociar los cultivos con herbicida, que se lleva a cabo desde aviones. Este trabajo evalúa las consecuencias de esta estrategia para los hogares rurales en las áreas donde se cultiva coca, específicamente los efectos de la fumigación aérea sobre el trabajo infantil y la educación”.

A partir de ello, según la autora, se emitieron resultados que mostraron que “la fumigación aérea se asoció con un aumento de un punto porcentual en la probabilidad de que los niños de 12 a 17 años trabajaran en lugar de ir a la escuela.”

Rodríguez también aseguró que, “la fumigación de cultivos se asoció además con un aumento de 0,15 puntos porcentuales en la probabilidad de que los hermanos mayores de las familias que viven en un área de cultivo de coca se retrasen en la escuela, y un aumento de cinco puntos porcentuales en la probabilidad de que los hermanos menores abandonen la escuela.

Basado en lo expuesto por Rodríguez, la editorial de la publicación estadounidense a la que fueron invitadas María José Bermeo, catedrática en Educación de la Universidad de los Andes y Diana Rodríguez-Gómez, profesora en el Departamento de Estudios de Políticas Educacionales de la Universidad de Wisconsin, señaló:

“Estos efectos en la educación no se tienen en cuenta en los llamamientos para la reanudación de la fumigación aérea, ni se toman medidas para mantener el derecho a la educación y que no se convierta en un daño colateral de esta guerra”.

Según el DANE, en 2019 el 22% de la población de 5 a 17 años, trabajaban en Colombia. (AP Photo/Eduardo Verdugo)
Según el DANE, en 2019 el 22% de la población de 5 a 17 años, trabajaban en Colombia. (AP Photo/Eduardo Verdugo)

Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) el 10,2% de los niños en Colombia entre las edades de 5 y 17 años estaban trabajando en 2012. La revista aseguró que la razón principal del trabajo infantil es la pobreza, lo que tiene más relevancia en el contexto de los hogares cocaleros.

“Las regiones donde se cultiva coca tienen mayores índices de necesidades básicas insatisfechas, menor acceso a servicios públicos como electricidad y carreteras y una presencia limitada de instituciones estatales. Esto se convierte en especialmente relevante en un contexto de violencia y guerra, ya que los niños que trabajan en las economías tienen más probabilidades de ganarse la vida al margen de la ley en el futuro. Por tanto, es fundamental estudiar las consecuencias de la guerra contra las drogas”, aseguró la publicación.

Según la revista, en las zonas rurales las comunidades experimentan ciertos factores como la poca conexión con las ciudades grandes y la ausencia gubernamental, lo que a su vez provoca el aumento del trabajo infantil.

“Una encuesta realizada en 2018 a 6.350 familias que viven en cultivos de coca, encontró una tasa de analfabetismo del 36%, mientras que el promedio en el país fue del 5%. Además, la decisión de ir a la escuela se vuelve más compleja cuando unirse a las fuerzas armadas se considera un alternativa a asistir a la escuela”, aseguró la publicación.

Según el DANE, las cifras de educación infantil en 2019 registraron que un 22,2% de los niños entre los 5 y 17 años estaban trabajando y que esta situación se acentuaba en las poblaciones rurales. El total nacional de la población de 5 a 17 años que trabajó fue 586 mil personas. En las cabeceras se reportaron 278 mil personas y en los centros poblados y rural disperso la población reportada fue 308 mil personas.

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