Corrupción en Brasil: por qué Lula da Silva estuvo 19 meses tras las rejas

El ex presidente y líder del Partido de los Trabajadores tiene dos condenas por aceptar sobornos que no están firmes

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Lula da Silva, el ex mandatario de Brasil fue encarcelado en abril de 2018 (Theo Marques/Soylocoporti/ FrameFoto)
Lula da Silva, el ex mandatario de Brasil fue encarcelado en abril de 2018 (Theo Marques/Soylocoporti/ FrameFoto)

El ex presidente Luis Inacio Lula da Silva quedó este viernes en libertad luego de un fallo de la Corte Suprema que beneficiaba a aquellos sentenciados a prisión sin condena firme. En ese marco, el líder del Partido de los Trabajadores consiguió el beneficio y consiguió salir de prisión donde permaneció 580 días. Lula había sido condenado y detenido en el marco de la enorme trama de corrupción política conocida como Lava Jato donde el ahora opositor posee siete causas en su contra.

La sentencia de primera instancia había sido dictada por el juez Sérgio Moro -emblema de la causa y actual ministro de Justicia de Jair Bolsonaro-, quien condenó al ex mandatario a nueve años y medio de cárcel por recibir sobornos de la constructora OAS a cambio de contratos millonarios, y quien emitió la orden de detención contra el ex jefe de Estado.

Esa compañía entregó a Lula el mejor departamento del edificio Solaris en Guarujá: un lujoso tríplex de 215 metros cuadrados.

El edificio fue construido por OAS, cuyo presidente, Léo Pinheiro, fue condenado a 16 años de prisión también en la causa Lava Jato. Pinheiro aparece en fotos junto con Lula en el momento que le entrega las llaves del apartamento.

El Instituto Lula admitió la presencia del ex presidente en el inmueble, pero el líder del Partido de los Trabajadores (PT) niega las acusaciones en su contra.

Solaris está ubicado en la avenida General Monteiro de Barros 638, en la Playa de las Asturias; y el departamento de Lula es similar al que muestra la fotografía de promoción del complejo en su sitio oficial.

El ex presidente Lula Da Silva liberado de prisión en Curitiba (Reuters)
El ex presidente Lula Da Silva liberado de prisión en Curitiba (Reuters)

El edificio posee lugares de uso común para sus propietarios. Solariums, cocheras para dos automóviles para cada una de las unidades y seguridad durante las 24 horas. El sitio incluye un playground (parque), donde los más pequeños disfrutan de los juegos comunes y de la presencia de niñeros.

El primer piso del tríplex de Lula contiene un amplio living comedor, un balcón con vista al mar, cocina y habitación para el servicio doméstico.

Al momento de la entrega de las llaves, el ex presidente fue con su esposa Marisa Letícia, quien falleció el 3 de febrero de 2017.

El juez Moro concluyó que el ex mandatario recibió sobornos de la empresa constructora OAS y que entre las ventajas recibidas figura este lujoso apartamento en el litoral del estado de San Pablo. A cambio de estos "favores", Lula habría facilitado contratos millonarios a esa compañía con Petrobras, según se desprende de la investigación.

Pese a que en primera instancia recibió nueve años y medio de condena, un tribunal de Porto Alegre elevó la pena a 12 años.

La defensa de Lula apeló el fallo y presentó dos recursos de habeas corpus. El 26 de marzo de 2018 un tribunal rechazó por unanimidad el pedido de los abogados del ex presidente. Días después, el Supremo Tribunal Federal de Brasil siguió el mismo camino y también rechazó el habeas corpus, a través del cual la defensa buscaba evitar la detención de Lula.

Esa medida habilitó al juez Moro a solicitar su detención. Cuando se presumía que el líder del Partido de los Trabajadores (PT) iba a tener tiempo hasta el próximo martes, el tribunal de apelaciones de Porto Alegre autorizó la orden del magistrado.

De esa manera, Moro ordenó la prisión de Lula y le dio hasta las 17 horas para entregarse a la policía.

Pero el ex mandatario tiene más causas abiertas. Ya fue imputado en otros seis casos, en su gran mayoría por corrupción y vinculados con el Lava Jato, la operación que destapó una gigantesca red que desviaba recursos de Petrobras, la mayor empresa de Brasil.

Hoy, tras 580 días en una celda de la Policía Federal en Curitiba, quedó en libertad.

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