El dinero en la pareja: tips para organizar la economía doméstica

Los especialistas explican cómo convivir financieramente y no morir en el intento

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El dinero en la pareja (Shutterstock)
El dinero en la pareja (Shutterstock)

POR Malen Lesser

Organizar la economía en pareja no es tarea fácil, más aún en tiempos de crisis e inflación. Sin duda, el manejo del dinero y cómo cada uno dispone de él es terreno fértil para discusiones, roces y desacuerdos. Y aunque los esquemas posibles son varios (economías fusionadas, un solo administrador a cargo, una caja en común y cuentas independientes, etcétera), muchas veces los reclamos y recriminaciones parecen inherentes a todos ellos. ¡A no desesperar! Para algo están los expertos en economía.

El autor de 113 Secretos para ganarle a la Crisis (Editorial Planeta), también economista y presidente del Consejo Económico y Social de la Cuidad de Buenos Aires, Matías Tombolini, asegura que las decisiones económicas que se toman en pareja son más de las que nosotros creemos y por eso vale la pena el desafío de hacerse cargo.

"El nivel de acuerdo muchas veces es mayor del que suponemos, pero preferimos no hablar, no poner las cartas sobre la mesa, no sentarnos a hacer números y ese es el primer error. El diálogo es el puntapié inicial de desentrañar este asunto", destaca el especialista.

"Si uno quiere tener una convivencia financiera razonable, debe apuntar a que los números están claros para todos. Porque si es así, se podrán tomar mejores decisiones con los elementos que tenemos, el presupuesto del que disponemos y lo que queremos hacer con él. Entonces, hacerse cargo y asegurarse de que contamos con la información necesaria para planificar la economía es la base de todo", detalla.

Pagos y vencimientos
¿Quién no olvidó pagar una factura alguna vez? ¿O cubrir el débito de un servicio? Pasa en las mejores familias. Por eso, la planificación es el segundo paso clave.

"Ese sentarse a hacer números, con la información real, esto es el resumen de la tarjeta aunque no nos guste mirarlo, o no siempre se quiera chequear en familia, el detalle de los gastos del resumen bancario, las facturas, es lo que va a permitir a la pareja dialogar acerca del mejor modo para vivir lo más felices posibles según el presupuesto de cada uno. Para eso hay que tener claro ingresos y egresos. También hay habilidades, horarios, todas las variables que hacen que uno pueda encargarse de una cosa y el otro de otra, es un trabajo en equipo, compartir información es vital", señala Tombolini.

Nicolás Litvinoff, economista y director de Estudinero.net, apunta que es fundamental implementar un método de planificación y pagos que nos haga felices. "A nadie le gusta vivir pendiente del dinero, pero hoy día con la tecnología, las apps, las facilidades que existen por parte de las empresas y las soluciones financieras de los bancos, vale la pena detenerse a encontrar una a la medida de nuestras necesidades. Que haga que ciertas cuestiones queden automatizadas".

Tombolini subraya que "el sentarse a hacer los números debería realizarse desde una mirada constructiva, y no desde el control psicológico, algo que culturalmente ha ejercido por años el hombre sobre la mujer, por las cuestiones de género que se vienen deconstruyendo".

Feminismo, deconstrucción de modelos patriarcales y finanzas
En esta línea, el autor de 113 Secretos… dispara:

"La disparidad en la actividad laboral y la brecha salarial que hay entre hombres y mujeres es un factor ineludible a la hora de pensar la economía doméstica". Más allá de las expectativas de cada miembro de la pareja, lo cierto es que hace siglos que el panorama laboral es muy distinto para el género femenino que para el masculino.

"La no participación del varón en tareas domésticas repercute en que las mujeres relegan posibilidades de empleo, de formación, de desarrollo personal y hasta de participación política en sus comunidades. Es decir, no compiten del mismo modo que los varones, entonces hay que trabajar para que esta situación injusta sea más pareja; el nombre lo dice, de lo contrario, no se pueden exigir por ahora que el aporte sea parejo. Con esto quiero decir que si un hombre gana 40 mil pesos y pone el 80 por ciento del sueldo en gastos comunes, hay que contemplar que ese sea el porcentaje que ponga la mujer, por poner un ejemplo, pero no en pesos, porque ella seguramente gana menos. Son cuestiones que si no se tienen en cuenta, el rol femenino queda presionado, su trabajo doméstico no es remunerado y queda invisible, porque lo cierto es que el 74 por ciento de los trabajos domésticos actualmente en Argentina los realizan las mujeres (lo que se traduce en una jornada de hasta 4 horas), y a la vez se le exige laboralmente lo que no puede obtener, porque no le puede dedicar el tiempo que quisiera ni obtiene la misma ganancia que un hombre en el mismo cargo. De esto también tenemos que hacernos cargo", enfatiza.

"Si bien el feminismo y los sesgos culturales que se propone movilizar son materia liderada por mujeres, los varones tenemos un rol clave que es acompañar esto, para transformar también la vida de las mujeres en materia económica y que todo sea más equitativo para todos. Balancear algo que hace siglos es desparejo es un trabajo de todos como sociedad, hombres y mujeres".

Se dan también los casos en los que la mujer gana más y existe una disminución de la autoestima masculina. Estas estructuras están en plena metamorfosis.

Por supuesto, a estos sesgos culturales hay que sumarles los personales. La falta de generosidad, los sentimientos de carencia, los prejuicios no elaborados de familias de origen complican la cuestión y requieren profundizar psicológica e individualmente.

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Crisis y después
En tiempos de turbulencia económica, la información disponible para tomar decisiones es menos clara, es fluctuante y ni siquiera podemos prever los precios de los alimentos de manera cotidiana a causa de la inflación, un problema endémico en Argentina: "desde 1943 a la fecha, es uno de los tres países con más inflación acumulada del mundo", detalla Tombolini.

Habrá que agudizar, entonces, las estrategias económicas del hogar. "Para decidir, hace falta información. Solemos manejarnos sólo con la que nos brinda la publicidad. Y no con información generada por nosotros mismos. Mi consejo es: navega internet, hacete curioso, averigua, no te quedes con lo que baja la publicidad de primera mano. Y pongo un ejemplo. Compramos el detergente porque aunque sale un 80 por ciento más, rinde el triple. Bien, es una buena decisión de compra. Pero después eso no se traduce en el uso. Porque lo uso como un detergente común y administro mal la cantidad. Entonces simplemente salió caro", puntualiza el experto.

Expectativas
La toma de decisiones consciente, en base a información planificada, hace que la expectativa sea real y no lleve a la frustración y el enojo. "Si nos propusimos ahorrar 5 mil pesos por mes y un miembro de la pareja espera irse de vacaciones con ello, pero lo cierto es que a lo largo del año se complica y no se logra, en caso de no estar comunicado a tiempo, en diciembre va a ser fuente de reproches. Los requerimientos de nuestro presupuesto deben estar alineados con las expectativas. Esto es: si gano 40 mil y mi pareja me dice que estamos ahorrando 5 mil pesos por mes y yo espero irme de vacaciones con eso, pero nunca me aclararon que el gasto fue mayor o no se pudo lograr el ahorro en todos los meses, entonces no condice con la expectativa que había y a fin de año el enojo es muy grande. Muchas veces ocurre que si consultamos a las personas por sus ingresos, saben perfectamente cuánto cobran, pero si lo hacemos con respecto a sus egresos, no lo tienen tan claro y posiblemente la respuesta sea bastante más vaga. Ese es el balance a ajustar", dice el economista.

Aprendizaje
Por su parte, Litvinoff apunta que si uno está dispuesto a involucrarse, debe mirar el presupuesto planificado y lo que se terminó gastando. Detectar las decisiones que se toman por impulso, qué factores psicológicos lo disparan, como hacer para evitarlos e ir aprendiendo de los errores. "Lo ideal es poner fechas para reuniones mensuales, dedicarle un tiempo a planificar, decidir, informarse y luego, aceitar mecanismos para llevar adelante económicamente el hogar". En resumen, el manejo del dinero debe ser el fruto de una comunicación sincera. En el marco de los múltiples cambios estructurales se perfila como uno de los desafíos a encarar individual y socialmente.

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