
La elección de “slop” como palabra del año 2025 por parte de Merriam-Webster y The Economist sintetiza el hartazgo global ante la proliferación de contenido digital de baja calidad generado por inteligencia artificial. Este término, que originalmente designaba barro o desperdicio, se consolidó como el emblema de una era marcada por la saturación de materiales insustanciales en internet, donde la cantidad supera a la calidad y la creatividad humana parece desplazada por la producción masiva automatizada.
En su anuncio, Merriam-Webster definió “slop” como “contenido digital de baja calidad producido usualmente en cantidad por medios de inteligencia artificial”. El presidente de la editorial, Greg Barlow, explicó a The Associated Press que la elección refleja el creciente reconocimiento de los usuarios ante la avalancha de materiales falsos o mediocres en la red.

Según Barlow, el aumento en las búsquedas del término evidencia una mayor conciencia sobre la presencia de “contenido basura” en plataformas sociales, motores de búsqueda y sitios web. El propio diccionario subrayó en su blog que, en 2025, “slop” marcó un tono menos temeroso y más irónico frente a los riesgos de la IA: “La palabra envía un pequeño mensaje a la inteligencia artificial: cuando se trata de reemplazar la creatividad humana, a veces no pareces tan superinteligente”.
El fenómeno no pasó desapercibido para otros medios de referencia. The Economist también seleccionó “slop” como palabra del año, argumentando que el término resume el caos digital y la saturación de materiales irrelevantes que definen la experiencia contemporánea en internet. El medio británico destacó que “slop” no es un tecnicismo ni una moda efímera, sino una palabra directa que “no intenta impresionar ni le importa si ofende”.
Según The Economist, la expansión del slop digital se debe en gran parte al auge de la inteligencia artificial generativa, con plataformas como Sora de OpenAI capaces de crear videos artificiales en segundos, lo que multiplicó la presencia de materiales falsos y superficiales en redes sociales y buscadores.
La historia de “slop” ilustra la evolución del lenguaje ante los desafíos tecnológicos. Según el Oxford English Dictionary citado por The Economist, el término surgió en el siglo XV para referirse a barro o restos de comida poco nutritivos, tradicionalmente destinados a alimentar a los cerdos.
Con el tiempo, su significado se amplió para abarcar cualquier tipo de desperdicio o basura, hasta adquirir en la actualidad una connotación digital: “contenido basura que inunda la red”, como textos automáticos, videos falsos y publicaciones sin valor real.

El impacto de la IA en la propagación del slop es innegable. The Economist describe cómo los llamados slop merchants —creadores y distribuidores de este tipo de materiales— saturan internet con textos y videos irrelevantes. Ejemplos abundan: resultados de búsqueda en Google plagados de páginas generadas por IA, hilos en X (antes Twitter) gestionados por cuentas automatizadas en países como Pakistán, Nigeria o Tailandia, e Instagram inundado de clips con voces sintéticas y escenas fabricadas.
Además, la IA comenzó a alimentarse de su propio slop: “Los modelos de IA ahora se entrenan con salidas de IA. El aprendizaje automático se alimenta de sus propios restos, como una serpiente que devora su propia cola regurgitada”, según The Economist.
La magnitud del fenómeno llevó a la aparición de plataformas como Slop Evader, diseñadas para evitar la exposición a contenido generado por inteligencia artificial posterior a 2022. Mientras tanto, la discusión sobre los límites y matices del término sigue abierta. El investigador independiente Simon Willison documentó el auge de “AI slop” en mayo de 2024, comparándolo con la evolución de “spam” para el correo electrónico no deseado.
Willison señaló en su blog que “no todo el contenido generado por IA es slop”, pero que el término resulta adecuado para describir materiales generados sin esmero y distribuidos sin que nadie los solicite.
Por su parte, el ex CEO de Evernote, Phil Libin, declaró a Axios en abril que la diferencia radica en la intención: “Cuando la IA se usa para producir cosas mediocres con menos esfuerzo del que habría requerido sin IA, es slop. Cuando se utiliza para mejorar algo más allá de lo que podría haberse hecho sin IA, es una mejora positiva”.
La elección de “slop” como palabra del año se inscribe en una tendencia más amplia de los diccionarios a registrar el impacto de la inteligencia artificial en el lenguaje. En años recientes, el Cambridge Dictionary eligió “hallucinate” como palabra de 2023, aludiendo a la capacidad de los modelos de IA para generar información falsa pero verosímil, mientras que la Oxford University Press optó por “rage bait” en 2025, en referencia a contenidos diseñados para provocar indignación y aumentar la interacción.
“Slop” se consolida como el término que mejor captura la sensación de vivir en un entorno digital saturado de materiales generados sin esmero, donde la cantidad prima sobre la calidad y la autenticidad.
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