Tras el deslumbrante auge de la inteligencia artificial (IA) con herramientas como ChatGPT, desarrollada por OpenAI, el multimillonario Elon Musk no ha querido quedarse atrás en la carrera tecnológica.
A pocos meses de haberse sumergido nuevamente en el desarrollo de IA, Musk ha presentado al mundo su última iniciativa: xAI, un proyecto ambicioso que promete “conocer la verdad del universo”. En esta cruzada, xAI no es solo otra IA generativa; es, según su creador, una pieza clave para el futuro del conocimiento humano.
Para materializar este objetivo, Musk ha lanzado un superordenador llamado “Colossus”, diseñado específicamente para entrenar el modelo de lenguaje Grok, que ya es usado en X, antes Twitter.
Conoce la supercomputadora de Elon Musk
Colossus se presenta como una de las máquinas más poderosas jamás creadas. Este superordenador cuenta con 100.000 unidades de procesamiento gráfico (GPU) Nvidia H100, lo que lo sitúa en la cúspide de la potencia de procesamiento en el mundo de la IA.
Estas GPU están diseñadas para acelerar tareas de aprendizaje automático, lo que permite que los modelos de lenguaje, como el desarrollado por xAI, procesen grandes volúmenes de datos y aprendan de manera más rápida y eficiente.
Pero eso no es todo. Musk anunció que el sistema no se quedará ahí, porque planea añadir 50.000 chips Nvidia H200, que según sus cálculos, ofrecen el doble de rendimiento en aceleración de IA que las H100.
Este despliegue de hardware coloca a Colossus en una posición de liderazgo frente a otros sistemas de IA, porque las GPU H100 son altamente demandadas en la industria por su capacidad para manejar las tareas más complejas de procesamiento de datos.
Cuánto ha invertido Elon Musk en potenciar su IA
Las estimaciones de precio para estas unidades oscilan entre los 20.000 y los 90.000 dólares por GPU, lo que implica que solo en la primera fase de su proyecto, Musk ha desembolsado al menos 2.000 millones de dólares.
Sin embargo, esto solo representa una fracción del coste total, todavía es necesario considerar otros elementos como centros de datos, infraestructura de enfriamiento y el personal especializado.
Cómo este superordenador impacta en el desarrollo de IA
La magnitud de Colossus no solo radica en su capacidad de procesamiento, sino también en lo que permitirá conseguir con Grok, el modelo de lenguaje que Musk pretende convertir en el más avanzado del mundo.
Grok-2, la versión anterior del modelo, ya utilizaba 15.000 GPU H100, lo que lo posicionaba entre los más potentes. Ahora, con Colossus, Grok-3 promete ser hasta siete veces más poderoso, un avance que Musk espera ver materializado en los próximos meses.
Según Musk, el nuevo modelo podría estar disponible para diciembre de este año, como mencionó en una reciente conversación en el podcast del psicólogo Jordan Peterson.
Esta nueva versión de Grok promete revolucionar el sector de la IA, aumentando considerablemente la capacidad de procesamiento del lenguaje natural y mejorando la precisión y eficiencia de las respuestas generadas.
Cuáles son las preocupaciones que genera las innovaciones de Elon Musk
Aunque la tecnología detrás de Colossus y GROK puede marcar un precedente en el desarrollo de IA, también plantea serias preocupaciones, como que la energía requerida para mantener en funcionamiento un sistema de esta magnitud puede llegar a ser descomunal.
Musk estima que Colossus consumirá alrededor de 150 megavatios de energía, suficiente para alimentar una pequeña ciudad. Además, el superordenador necesitará un millón de galones de agua al día para su enfriamiento, lo que evidencia los costos ambientales que acompañan a esta ambiciosa iniciativa.
Asimismo, el desarrollo de Colossus trae consigo preguntas complejas sobre el impacto de la IA en el medio ambiente. A medida que los superordenadores se vuelven más potentes, aumenta su consumo energético, lo que tiene consecuencias directas sobre el cambio climático.
La huella de carbono de Colossus y su enorme demanda de recursos hídricos han generado críticas por parte de activistas ambientales, quienes argumentan que estos proyectos deberían ser más sostenibles.