"La economía Phi, basada en el número dorado o la proporción dorada, puede usarse para equilibrar los flujos económicos", aseguró Alejandro Sewrjugin, emprendedor y graduado de la facultad de Ciencias Económicas, en diálogo con Infobae, durante el Social Media Day.
Sewrjugin destacó que el número Phi, que deriva de la sucesión de Fibonacci, podría emplearse para replicar los beneficios de un sistema económico basado en el blockchain y el bitcoin. De ese modo, se podría combatir la escasez que reina en la actualidad, en la que el 1% concentra el 50% de la riqueza del mundo, según datos de la organización Oxfam.
"El blockchain nos humaniza porque nos permite hacer conexiones y transferencias de persona a persona, elimina la intermediación", dijo el experto, en el marco del evento de medios y comunicación digital que se llevó a cabo en La Usina del Arte.
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El blockchain o cadena de bloques, tal como se traduce en castellano, es un registro contable digital donde se almacenan diferentes movimientos o transacciones que se hacen en la web.
La información se reúne en bloques que se van uniendo entre sí, de forma encriptada y cronológica. Estos datos se distribuyen en diferentes dispositivos, en varias partes del mundo, y cualquier persona puede acceder a la red para visualizar esa cadena.
Este sistema se utiliza para legitimar el uso del bitcoin, pero también se puede emplear para la creación de aplicaciones y plataformas de todo tipo.
Durante el encuentro, Sewrjugin compartió varios ejemplos de sistemas basados en blockchain, como Uber, la red social Synereo o HealthCoin, que tiene como objetivo prevenir el crecimiento de la diabetes.
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En referencia al bitcoin y otras criptomonedas destacó que "al generarse en el momento y de manera descentralizada, no hay espacio para la desigualdad o la corrupción, porque el dinero se crea en el momento en que se genera el valor", detalló el especialista.
"El gran problema de la desigualdad y la pobreza es que la moneda no tiene sentido, la moneda no se emite con un propósito claro", dijo, haciendo alusión a los grandes problemas de escasez e inflación que hoy (y hace siglos) afectan a la economía mundial, que está atada a las monedas tradicionales que emiten los estados.
El concepto detrás del blockchain es que "los humanos se conecten entre sí" y supervisen, de manera grupal y mancomunada, el sistema en todos sus aspectos. Lo que se propone es construir un nuevo entramado social, basado en una economía colaborativa.
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"El blockchain es el sistema operativo de la ciudad, las instituciones pueden estar descentralizadas, podemos administrarlas a través de algoritmos inteligentes, como el número Phi para la economía, y de otros algoritmos que generemos para votar, hacer leyes, la salud", remarcó Sewrjugin.
¿Pero cómo se aplica la sucesión Fibonacci y el número Phi en esta propuesta? Fibonacci es una sucesión que comienza con 0 y 1 y de allí cada término resulta de la suma de los dos anteriores (0,1,1,2,3,5,8,13, etc).
El matemático italiano Leonardo de Pisa, conocido como Fibonacci, identificó que esa proporción se encontraba presente en varios elementos de la naturaleza, como en los girasoles, las ramas de los árboles y en la caparazón de ciertos moluscos. De ahí que se lo considera un número divino.
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De esa sucesión deriva el número áureo o Phi (1,61803398874989…) que sirve para expresar la relación entre dos segmentos de una recta. Y esa cifra es (casi) la misma que se obtiene al dividir cualquiera de los números de la sucesión de Fibonacci entre su antecesor (ejemplo: 5/3= 1.666 ; 13/8=1.625)
Según el astrónomo Kepler, si se van dividiendo números consecutivos de Fibonacci, cada vez mayores, uno se va a aproximando al número Phi.
Esta proporción, que se suele emplear en la computación, matemática y economía, podría utilizarse para replicar (y magnificar) beneficios en una nueva estructura solidaria.
"Cuando el innovador de más arriba genere ingresos va a impulsar los ingresos básicos universales en esa misma medida, siguiendo el algoritmo Phi. Ese ingreso básico universal se va a mover hacia arriba, junto con el innovador", concluyó.
¿Será posible construir una aldea global con estas características o todo quedará en una mera utopía? Para Sewrjugin ésta no sólo es una solución posible sino casi inevitable para terminar con la inequidad que, lejos de desaparecer, sigue creciendo.
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