Maru Botana, una cocinera y conductora exitosa con un corazón comprometido

Maru Botana es esa rubia sonriente que alguna vez estudió Administración de Empresas pero a la que todos conocemos de verla cocinando en la tele. Desde sus primeros pasos en la señal Utilísima hasta su posterior evolución en pantallas como El Trece, Telefe o América su carrera no ha cesado de ascender.

Se hizo famosa por su gran familia, por andar en patines por el estudio y también por ponerse a contar anécdotas divertidas que la hacían olvidarse de dar las recetas que cocinaba.

Aunque todos la distinguen por su energía inagotable, pocos conocen su vida solidaria. Hace tiempo que se preocupa en sus programas por la nutrición de los niños y lucha contra el desperdicio de comida.

"Creo que hay que tomar conciencia de la importancia de la alimentación. Muchas veces las madres estamos a full porque trabajamos mucho y nos olvidamos de la cocina. Y ahí es cuando empezás a liberarte de ella con menús fáciles que no tienen los nutrientes que un chico debe recibir", señala. "Para mí lo básico es tener un menú semanal con buenas proteínas; que los chicos coman carne, que coman pescado y pollo", acentúa.

Maru considera que en la Argentina se tira mucha comida y ha tomado nota de ese hecho a la hora de generar conciencia: "Yo todo el tiempo enseño eso: a cocinar con las cosas que tenés. A reciclar, a no comprar de más. Yo prefiero no ir a los supermercados porque me tiento y compro cosas que no necesito. Para eso sirve el plan semanal. Me gusta enseñar a la gente a comprar, a economizar, a organizar un buen menú, con todo lo que se tiene que comer", sostiene.

Desde 2011 Botana concurre a un colegio parroquial ubicado en la localidad bonaerense de Tigre para enseñar cocina a un grupo de alumnos. Ella cree que puede brindarles una mano a través del conocimiento, ya sea como instrumento para colaborar en sus hogares o como un saber para abrirse paso en la vida laboral.

Cuenta que ese paso se fue dando de manera natural e irreversible: "Para mí la solidaridad es un camino de ida. Cuando te metés en ella ya no hay vuelta atrás. Te empieza a salir del alma. Yo vivo y siento a diario eso de que quien ayuda recibe mucho más de lo que da".

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