La suerte está echada para los seis detenidos por violar en grupo a una chica de 20 años en el barrio porteño de Palermo. Con los “sospechosos” apresados, el camino de la investigación judicial toma la senda de los detalles: el juez nacional Marcos Fernández, con la ayuda del fiscal Eduardo Rosende, en las próximas horas buscará determinar los roles de cada uno de los acusados para definir las imputaciones.
Fuentes judiciales confirmaron a Infobae que Fernández pedirá que se les realicen pericias de ADN a los seis detenidos. Aguarda, además, los resultados de los exámenes toxicológicos sobre los sospechosos. Los investigadores pretenden desentrañar ahora qué rol cumplió cada uno de ellos en el ataque sexual a la víctima.
De momento, la declaración de los testigos ubica a cuatro de ellos en el interior del Volkswagen Gol blanco estacionado en Serrano al 1.300, casi esquina Cabrera, donde ocurrió la violación, y a los otros dos afuera del coche.
Los resultados de la pericia genética a los seis hombres se usarán para comparar con las muestras tomadas del cuerpo de la víctima: eso le permitirá al juez Fernández saber con 99.99% de probabilidad quién abusó sexualmente de la joven.
Por lo pronto, todos los acusados se negaron a declarar. Ángel Pascual Ramos (23), Tomás Domínguez (21), Lautaro Pasotti (24), Ignacio Retondo (22), Alexis Cuzzoni (20) y Franco Lykan (24) probablemente serán imputados abuso sexual agravado.
El delito, contemplado en el artículo 119 del Código Penal, prevé una pena de seis meses a cuatro años de prisión para quien “abusare sexualmente de una persona cuando ésta fuera menor de trece (13) años o cuando mediare violencia, amenaza, abuso coactivo o intimidatorio de una relación de dependencia, de autoridad, o de poder, o aprovechándose de que la víctima por cualquier causa no haya podido consentir libremente la acción”.
O bien, la pena puede ser de seis a 15 años de reclusión cuando “hubiere acceso carnal por vía anal, vaginal u oral o realizare otros actos análogos introduciendo objetos o partes del cuerpo por alguna de las dos primeras vías”.
Dentro del contexto de este delito, todo apunta a que a los abusadores se les imputará el inciso más gravoso, que castiga el ataque cuando “fuere cometido por dos o más personas”, lo que tiene una pena de 8 a 20 años de prisión.
Si por los exámenes de ADN resulta que no hay rastros genéticos de alguno de los imputados en el cuerpo de la víctima, podrían ser acusados como partícipes necesarios. Parece extremadamente improbable que alguno de ellos sea sobreseído. Los investigadores aspiran a que en determinado momento del proceso judicial alguno se quiebre y relate qué pasó. Así las cosas, el futuro es mucho más que oscuro para todos ellos.
Los seis acusados seguirán detenidos hasta que el juez Fernández defina su situación procesal. Para eso, el magistrado tiene 10 días. En ese lapso, debe definir si continúa el proceso con ellos excarcelados o presos. Las chances de que no les dicte prisión preventivas son cercanas a cero.
La víctima, en tanto, declaró el miércoles ante el juez y el fiscal Rosende con la contención del equipo de la Dirección General de Acompañamiento, Orientación y Protección a las Víctimas (DOVIC). Estaba en shock y pudo relatar lo que recordaba de esa noche. Los detalles se omiten en esta nota para evitar revictimizarla y no entorpecer la investigación.
De hecho la fiscalía pidió a los medios “el máximo recaudo al momento de difundir circunstancias relacionadas con la investigación, teniendo en cuenta la reciente difusión de imágenes del hecho, que resultan de alto impacto para la víctima”.
“La fiscalía estimó fundamental requerir a los medios masivos de comunicación y a la ciudadanía la mesura y máxima prudencia correspondientes, a fin de brindar a la damnificada el espacio necesario para transitar lo ocurrido”, comunicó el Ministerio Público Fiscal.
Rosende, a cargo de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional 48, solicitó el miércoles a quienes cuenten con filmaciones en las que se observa el paso de los imputados en los momentos previos el hecho que las remitan vía mail al correo fiscri48-nac@mpf.gov.ar para que puedan ser incorporadas al expediente.
Por las filmaciones a las que ya tuvieron acceso los investigadores, una primera hipótesis es que la víctima conocía al menos a uno de sus abusadores.
El caso
El ataque se descubrió luego de que un comerciante de la cuadra, que queda a pocos metros de la Plaza Serrano, vio que en el interior del VW Gol blanco abusaban de una chica y llamó al 911. Otros vecinos, simultáneamente, enfrentaron a los violadores y rescataron a la joven.
“Cuatro jóvenes estaban con los pantalones bajos, empezaron a insultarnos y nos quisieron agredir. También le pegaron a un vecino que con un teléfono celular quiso registrar lo que estaba pasando, para que exista una prueba de lo que habíamos visto. A ese vecino lo dejaron ensangrentado, tirado en el piso”, contó Natalia, trabajadora de una panadería, y agregó: “Todos abusaron de ella, eran como animales.”
Agentes de la Comisaría Vecinal 14A de la Policía de la Ciudad detuvieron minutos más tarde a los seis sospechosos. Según reportes policiales, Pascual Ramos habría intentado llevarse por la fuerza a la chica instantes antes de que llegaran los patrulleros. Ninguno tenía antecedentes penales, aunque a Ignacio Retondo lo denunciaron en las últimas horas por otro abuso ocurrido cuando era menor.
Debido a la repudio generalizado de la sociedad, por lo aberrante del hecho, desde Change.org crearon una petición para pedir la prisión efectiva de los acusados que se hizo viral. En las primeras horas sumó más de 30 mil firmas y la autora de esta iniciativa, una porteña de 28 años que vive a pocas cuadras de donde se produjo la violación grupal, pidió que “se juzgue con todo el peso de la ley a estos violadores”.
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