Habló el funebrero sospechado de esconder y cremar el cadáver de Erica Soriano: "A lo único que le temo es a mi conciencia"

En el cementerio de Lanús hablan bien de Leonardo de Simone, lo elogian.

"Es vivo, rápido", dice un histórico del negocio de los sepelios, con lazos viejos con la necrópolis municipal.

-¿En qué sentido rápido?

-Fácil, papá: para ser funebrero hay que ser rápido. Si no, no agarrás ningún muerto.

Hoy, Leonardo de Simone tiene las sensaciones típicas de alguien que sale mencionado en el diario en una situación muy poco agradable, alrededor de títulos con términos como "mafia de los cementerios", "mafia de los crematorios." La condena a 22 años de cárcel a Daniel Lagostena por el asesinato de Érica Soriano, dictada por el Tribunal N°8 de Lomas de Zamora trajo su nombre de vuelta.

De Simone regentea hace 15 años la cochería La Paz en Lanús Oeste, en un inmueble que fue originalmente propiedad de Héctor Lagostena, padre de Daniel. El lugar fue allanado a comienzos de la investigación en 2010, sus registros fueron requisados, sin nada firme para imputarlo. Pero los rumores en su contra persistían de cara al cuerpo de Érica que jamás fue encontrado, que se habría encargado de ocultarlo y cremarlo como un favor a su locador y su hijo, que hasta habría costeado la defensa de Lagostena.

Un investigador del caso dice, como invitando a sumar dos más dos: "Daniel pedía plata o trabajo en editoriales por dar entrevistas y mientras tanto tenía un abogado particular. ¿A vos qué te parece?" De Simone compró la casa de los Lagostena tiempo después de la muerte del patriarca Héctor en 2015 en un precio negociado de 220 mil dólares, allí vive hoy con su mujer y su perro rotweiller que le da seguridad, algunos autos; De Simone se reconoce fierrero, tal como su mujer.

Lagostena habló de él en su declaración en el juicio, dijo conocerlo, que tenían, según la transcripción de la sentencia dictada por el TOC N°8 "una relación mucho más próxima a partir de los últimos meses" ya que reconoció haber estado haciendo refacciones desde noviembre de 2015 hasta febrero de 2016 en la ex casa familiar, aunque Lagostena luego reconoció que no pasaban de un mero hola y chau. De Simone también declaró como testigo propuesto por la defensa, aseguró que conocía poco y nada a Lagostena.

Hoy, todo se ve un poco más complicado que declarar como testigo. El TOC N°8 pidió la extracción de testimonios para De Simone en su sentencia a Lagostena para que sean remitidos a la UFI N°3 de Lomas de Zamora a cargo del fiscal Guillermo Morlacchi "a fin de profundizar la investigación e identificar a quienes participaron en el ocultamiento del cuerpo sin vida" de Érica Soriano, tras un pedido del querellante de la familia de la víctima, el abogado Marcelo Mazzeo.

El funebrero no está solo en la lista: lo acompañan las hermanas de Lagostena entre casi una decena de nombres. Hay pruebas que supuestamente lo incriminan: una declaración de la ex novia de otro funebrero de Lanús, una escucha telefónica con términos poco claros, donde De Simone le dice tener "cuenta corriente" con el cementerio de Lanús al padre del condenado por matar a Soriano. "Desde el comienzo y descubrimos el tema de la cochería que sospechamos de él, que podría hacer lo que quería en el crematorio de Lanús, cremar cuerpos sin papeles. Como familia sostenemos que es quien habría ayudado a Daniel a desaparecer el cuerpo", dice Brenda, hermana de Érica, que duda de la compraventa de la casa de los Lagostena: "Se la dejaron casi regalada."

De vuelta en Lanús Oeste, en una estación de servicio, De Simone se encuentra con Infobae. 

"Entré en el negocio fúnebre en el año '96, por mi familia", dice De Simone.

-¿Lo vio como algo interesante, lucrativo?

-Lo vi interesante, lo vi lucrativo. Dentro del negocio fúnebre hay varias ramas. Empecé como camillero de una ambulancia, de base, lo más bajo. Pasé después a ser chofer de autos fúnebres, luego tuve una camioneta y empecé a ser contratado por empresas. En 2003 le hacía viajes al anterior inquilino del lugar donde está mi cochería. Él me cuenta que se iba y me dice: "Mirá, si sabés de alguien que le pueda interesar la cochería, yo le vendería el fondo de comercio. ¿No te animás a quedarte vos?" Y así arrancamos. Héctor Lagostena era el dueño de la propiedad en conjunto con un cuñado. Mi relación con Héctor era normal. Se le pagaba al alquiler, venía a cobrarlo a la cochería. No tenía ningún vínculo que no sea la comercial. La cochería cuando la tomé era un desastre, el inquilino anterior se llevó hasta las canillas. Los vecinos no la contrataban, los coches eran viejos, no te regalaban nada. Y reformé el lugar de a poco.

-Imagino que todo lo que ocurre afecta a su negocio.

-Esto afecta a mi negocio desde que recibí el primer allanamiento, año 2010. Siento que me hicieron lo peor que se le puede llegar a hacer a una persona de trabajo. Es como si le rompieses una pierna a un futbolista. Una cochería no se construye como una verdulería, poniendo en el cartel de la puerta que vendés papa barata.

-Se trata de años de prestigio…

-De confianza, se hace con el boca a boca. Te hago un servicio a vos, quedaste conforme, el día que pase una desgracia hablás bien de mí. Se construye así. De repente me encuentro que me cae un allanamiento, que no encuentro el por qué.  Yo le pagaba el alquiler a Lagostena padre. Nunca tuve los teléfonos de sus hijos, ni de su casa ni de sus celulares, ni pasaban a saludar. Veo que me allanan, me levantan veinte muertos del cementerio…

-¿Cómo veinte muertos del cementerio?

-Claro, me piden una nómina de fallecidos. La investigación que le hicieron a cochería fue exhaustiva, minuciosa, fueron a ver si había identidad cambiada en un fallecido, citaron a las familias a las que yo les hice los servicios fúnebres…

-¿Qué vínculo tiene con el crematorio del cementerio municipal de Lanús?

-Uno comercial. Es el crematorio más cercano que yo tengo, trabajo hoy en día con ellos. Son gente muy seria, hay mucho control de todo. En 2010 el crematorio tenía cámaras que manejaba una empresa de seguridad, los investigadores pidieron la documentación y estuvo perfecta.

De Simone, que ostenta un promedio de treinta servicios fúnebres por mes en la última década, tiene recuerdos impresionantes en el rubro: fue camillero en el sepelio de Rodrigo Bueno, estuvo en el traslado del féretro de Sandro hacia la Morgue Judicial de La Plata para que se realicen los estudios de ADN de cara a una supuesta hija del ídolo, cuenta cómo le dijo que no a la griega Panagiota Alexopoulos cuando le pidió, floja de papeles, enterrar a su marido a la cochería La Paz, crimen por el cual fue condenada a 16 años de prisión.

Dice que hay mucha "fantasía" alrededor de su figura, niega haberle pagado la defensa a Lagostena: "No soy de andar regalando plata por la vida", asevera. Lo ratifica el defensor del condenado por el asesinato de Soriano, Gustavo della Maggiore, que asegura mientras trabaja en la apelación en Casación del veredicto que "a mí me pagó el padre, Héctor." La fantasía principal, en los cálculos de De Simone, está en la pieza en el expediente que más resuena en su contra.

Es la declaración de Viviana de Correa, ex pareja de Gabriel Di Lio, miembro de una familia funebrera de Lanús Este. Correa aseguró en el juicio que en 2014, mientras salía con Di Lio, aseguró que "un amigo de él que había sido amigo de Lagostena" le había dicho que "Daniel estaba discutiendo con ella, que le dio un sopapo, que Érica se golpeó la cabeza contra una mesita y que murió" y que "a la madrugada Daniel buscó a Leonardo De Simone para que se llevara el cuerpo de Érica" y que Di Lio le dijo "que tenía entrada y salida al cementerio de Lanús." Tras oír esto, aseguró Correa, se contactó con la familia Soriano.

Di Lio también declaró, trató a De Simone de fanfarrón, recordó que el jefe de la cochería La Paz tuvo un noviazgo con una hija de Beto Robles, ex director del cementerio de Lanús -"dejamos de estar juntos en 2007, tres años antes de la desaparición de Érica", dice De Simone-, que sabía que "hacía lo que quería", que "conseguía el nicho que quería." Sin embargo, el relato de Di Lio fue distinto al de su ex: relativizó sus dichos, aseguró que lo que dijo lo dijo en potencial, que a Lagostena "se le habrá ido la mano" con Soriano, que en el ambiente de los cocheros se decía que "lo habrá ido a ver a Leo." Por el momento, eso es todo, no hay más para acusar.

-¿Por qué Gabriel Di Lío dice lo que dice? Es la razón por la que ocurre todo esto.

-Está bien. Será así. No soy ni amigo, ni nada por el estilo.

-¿Es competidor? Su familia tiene una cochería.

-No directamente. No es un mal muchacho… Cuando vos no tener que ver con nada, no tenés ningún problema. A modo personal, entiendo que es muy fantasioso.

-De Lío habló sobre su vínculo con Beto Robles, ex director del cementerio de Lanús. Usted salió con su hija, Verónica.

-Robles se retiró en 2007. El puesto de director del cementerio es político en este municipio. Conocí a su hija, nos enamoramos, estuvimos tres años y medio juntos. Todo se termina en 2007. Érica desaparece en 2010. Me entero que desaparece porque pasan por la cochería mostrando las fotos de ella y de Daniel, a ver si los conocíamos, si los había visto pasar. A Daniel lo vi una sola vez en mi vida en el año 2004, fueron cinco minutos. Desarmé unas cosas en la cochería para que el padre se las lleve tras unas reformas. Ni gracias me dijo.

-¿Cómo compra la casa de los Lagostena?

-Lagostena padre muere en 2014, tenía cáncer. Su cuñado, el co-titular del inmueble de la cochería, ya había fallecido y me ofrecen comprarla. La pagué 220 mil dólares. Vivo en la casa hoy. Viviana, la hija de Lagostena, me dijo que la tenía en venta ya hace años atrás, estaba con una inmobiiaria, publicada en internet. Vi que estaba publicada a 240 mil e hice una oferta.

-¿Qué le producía Daniel Lagostena?

-Tiene una cara muy particular, ojos muy celestes, mira muy de frente. Miedo no me da. Lo veo y no se me mueve un pelo, no me guío por apariencias. Tenía una actitud totalmente normal.

-Usted declaró como testigo de la defensa en el juicio.

-Yo me presento por la razón específica de que se estaba poniendo en duda la compra en buena fe de la casa de Lagostena padre. Me presenté, me hicieron preguntas los jueces…

-A ver: se le extrae testimonio en la causa por la sospecha de haber ocultado y cremado el cadáver de Érica Soriano.

-Perfecto, esa es una sospecha…

-Que podría convertirse en una imputación.

-No va a haber pruebas de algo que no ocurrió. Ahora, vos me vas a decir que si la cremaron, qué pruebas puede haber. Muchas pruebas puede haber. ¿Cómo se la llevó? ¿En qué momento? ¿Con qué documentación entró? Podemos armar 50 mil fábulas. ¿Por qué tenía que hacer eso? Soy católico, laburante. No es mi filosofía de mi trabajo. A lo único que le tengo miedo es a mi conciencia. Que yo sepa no estoy investigado de nada.