Aunque en el barrio Santa Lucía de la capital santafesina todos lo conocían por sus constantes agresiones a su ex pareja, nadie sale de su asombro. El policía Facundo Solís mató a cinco personas en pocos minutos. Los investigadores creen que lo tenía planeado. Primero fue a la madre de sus dos hijos, y luego continuó, en una vivienda contigua, con su ex hijastra, el novio, su ex suegra y su ex cuñada.
Solís tiene 33 años. Desde hace 12 años prestaba servicio como suboficial en el Servicio Penitenciario, donde tenía una carrera con muy pocos grises. Apenas tenía dos sanciones, pero ninguna de gravedad. No tenía antecedentes penales.
Con Mariel Noguera había tenido dos hijos que hoy tienen 7 y 3 años, pero la relación siempre fue tormentosa y no prosperó. Ella lo denunció hace un año por violencia de género y hace 10 días volvió a hacerlo. Tenía, al parecer, una orden de restricción. Los vecinos aseguran que siempre la hostigaba y la amenazaba.
Los investigadores manejan la hipótesis de que había planificado el crimen porque poco antes de cometerlo fue a la casa de Noguera a buscar a los niños. Los dejó en la casa de sus padres y regresó. Lo que siguió es historia conocida: mató a Noguera y fue hasta una vivienda lindera, donde ejecutó de un certero disparo en la cabeza al resto de las víctimas.