La Confitería del Molino abrió sus puertas para homenajear a quienes hicieron su historia

Después de décadas, los herederos de las recetas magistrales de míticos pasteleros junto con empleados de los años 80 y 90 se reunieron para compartir anécdotas y emociones, Las fotos de su visita al histórico edificio, que fue puesto en valor

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Una de las postales de la Confitería del Molino (Guadalupe Alonso - Comisión del Molino)
Una de las postales de la Confitería del Molino (Guadalupe Alonso - Comisión del Molino)

El 4 de marzo de 1996, Madonna grabó en la Confitería del Molino el videoclip del tema Love don´t live here anymore y la presentó ante los ojos de todo el mundo. Era el día de descanso de la filmación de su versión de la película Evita. El que hizo de plató fue el mismo salón por el que alguna vez pasaron ilustres visitantes de la política y de la cultura nacional y extranjera como José Félix Uriburu, Marcelo Torcuato de Alvear, el príncipe Humberto II de Italia, Eduardo de Windsor -el Príncipe de Gales-, Alfredo Palacios, los tenores Tito Schipa y Beniamino Gigli, las sopranos Lily Pons y María Barrientos. También poetas y escritores como Leopoldo Lugones, Amado Nervo, José Ingenieros, Oliverio Girondo, Roberto Arlt y Ramón Gómez de la Serna; la propia Eva Duarte, Niní Marshall, Libertad Lamarque hasta Carlos Gardel.

Del Molino, inaugurada en 1905, fue más que la histórica confitería ubicada frente al edificio del Congreso Nacional. Representó un lugar de encuentros, de primeras citas entre los aromas del café tostado recién servido. Significó un espacio donde los mozos engalanados de saco blanco y moño negro comenzaban a ser cómplices de los frecuentes comensales con los que compartieron penurias cuando, en 1997, cerró sus puertas.

Los familiares de Alfredo Mayer en la Confitería del Molino (Guadalupe Alonso - Comisión del Molino)
Los familiares de Alfredo Mayer en la Confitería del Molino (Guadalupe Alonso - Comisión del Molino)

Tras el cumplimiento del procedimiento expropiatorio iniciado por Ley 27.009, aprobada en 2014, se transfirió el tradicional edificio porteño al Congreso de la Nación y la Comisión Administradora del Edificio del Molino, creada por esa ley, tomó posesión en julio del 2018. Así comenzó una serie de tareas de recuperación de este ícono del estilo Art Nouveau, declarado Monumento Histórico Nacional y que para la alegría de muchos volvió a abrir puertas hace unos días para homenajear a quienes hicieron su historia. Allí estuvieron los familiares de aquellos hacederos y ex empleados.

Estuvieron los familiares de Alfredo Mayer, el primer hijo del lugar. Alfredo nació en el departamento 2º B el 19 de agosto de 1919 y fue el primero en nacer en el edificio: en esa época, las madres no solían parir en las clínicas sino en las casas. Vivió allí hasta los 25 años, cuando se recibió de ingeniero civil y se mudó a Junín.

Era el mimando del pastelero Cayetano Brenna -fundador de Del Molino- que siempre le regalaba turrones de cremona (torrone di cremona) traídos de Italia. Sus familiares contaron que el primogénito de la Confitería tenía un acuerdo con Brenna: “siempre recordó los merengues, que entonces costaban 5 centavos, que le regalaba si cumplía la promesa de tomar la sopa”. Mayer falleció en 2016.

Edmundo Diaz fue mozo de salón entre 1981 y 1991. “Fue mi escuela y mi aprendizaje”, reconoce (Guadalupe Alonso - Comisión del Molino)
Edmundo Diaz fue mozo de salón entre 1981 y 1991. “Fue mi escuela y mi aprendizaje”, reconoce (Guadalupe Alonso - Comisión del Molino)

También fue invitado especial Edmundo Diaz, mozo de salón entre 1981 y 1991, años en los que solo los hombres servían las mesas. “Amo esa confitería. Fue todo para mi, me inicié culturalmente en Del Molino”, dice emocionado y sigue: “Fue mi escuela y mi aprendizaje”, reconoce y agradece haber conocido a legisladores y destacadas personalidades del espectáculo.

Entre sus recuerdos trae a Nahum César “Chacho” Jaroslavsky, diputado por Entre Ríos que “solía pedir un café doble, ristretto, pan negro, pavita y salsa golf y otro sándwich de crudo y ananá”, rememora. También recuerda que el ex presidente Carlos Saúl Menem “en diciembre solía saludar por fin de año a los empleados de la confitería. Bajaba por el montacargas hacia los sótanos y brindaba con el personal”.

Liliana Cerruti, hija de Gino Cerruti, el pastelero italiano que tenía la receta del famoso pan dulce de la confitería (Guadalupe Alonso - Comisión del Molino)
Liliana Cerruti, hija de Gino Cerruti, el pastelero italiano que tenía la receta del famoso pan dulce de la confitería (Guadalupe Alonso - Comisión del Molino)

También asistió Liliana Cerruti, hija de Gino Cerruti, un pastelero italiano que trabajó en Del Molino hasta 1974. Gino era quien tenía la receta del famoso pan dulce de la confitería y ella es quien la guarda celosa.

Gino era también quien le hacía las masitas de coco a Juan Domingo Perón y se las mandaba a la Casa Rosada.

La familia del arquitecto Francisco Gianotti recordó al responsable de la construcción de la mítica confitería porteña (Guadalupe Alonso - Comisión del Molino)
La familia del arquitecto Francisco Gianotti recordó al responsable de la construcción de la mítica confitería porteña (Guadalupe Alonso - Comisión del Molino)

No quedaron exentos del homenaje los Gianotti, la familia de Francisco Gianotti, el arquitecto que construyó el Edificio del Molino. Clara, su bisnieta, se contactó en 2018 por Instagram con quienes están al frente de la Confitería para pedir que su familia pueda volver a recorrer el edificio y allí llegaron junto a sus hermanos y su padre Cesar, nieto del destacado arquitecto.

Gianotti nació en Italia, en 1881 y murió en Buenos Aires el 13 de febrero de 1967. Fue representante del estilo Art Nouveau con obras como la Galería Güemes y la Confitería del Molino en Buenos Aires y en Salta diseñó el Mercado San Miguel además de palacios residenciales privados y el Pabellón Centenario, actualmente de la Universidad de Salta, en estilo de la “Sezession” austríaca. Al final de su carrera se identificó con el movimiento arquitectónico conocido como “racionalismo”.

Horacio Andón, nieto de Ramón Tejo, uno de los legendarios mozos de la confitería (Guadalupe Alonso - Comisión del Molino)
Horacio Andón, nieto de Ramón Tejo, uno de los legendarios mozos de la confitería (Guadalupe Alonso - Comisión del Molino)

Horacio Andón es el nieto de Ramón Tejo y quien donó al edificio las nostálgicas postales que envió el propio Cayetano Brenna a su abuelo, quien se desempeñó como mozo y capataz en la confitería entre los años 1919 y 1935.

Entre uno de los materiales entregados por Horacio, hay un talonario de pedidos en donde figuran los diferentes premios otorgados a la Confitería: en Génova 1892, en Chicago 1893, en San Francisco de California en 1916, Gran Medalla de Honor y una Medalla de Oro.

Héctor Brignole recordó a su abuelo Juan Bautista (Guadalupe Alonso - Comisión del Molino)
Héctor Brignole recordó a su abuelo Juan Bautista (Guadalupe Alonso - Comisión del Molino)

En representación de su abuelo Juan Bautista Brignole, inmigrante genovés y unos de los primeros maestros pasteleros de la Confitería hasta 1919, estuvo Héctor Brignole, dueño de la Panadería El Progreso, que compartió con la comisión el mítico recetario de su abuelo donde tenía los postres más destacados del Molino.

Al irse de El Molino, Brignole abrió su propia la confitería que se convirtió en otro de los lugares emblemático de la Ciudad. Por allí pasaron clientes como Mario Clavell, Fioravanti y Jorge Luis Borges.

Luis Goñi fue cajero de la confitería (Guadalupe Alonso - Comisión del Molino)
Luis Goñi fue cajero de la confitería (Guadalupe Alonso - Comisión del Molino)

Luis Goñi trabajó en la confitería desde 1992 hasta 1994. Era amigo de la nieta de Cayetano Brenna y comenzó trabajando como cajero de Del Molino y luego se incorporó al sector de comidas rápidas, espacio que funcionó en los últimos años antes del cierre definitivo en 1997.

En un lugar de encuentros y testigo del inicio de muchos romances, Ana León y Camilo Domínguez fueron tocados por el Cupido que escondía esas paredes. Fueron compañeros de trabajo en el Molino desde los años 80 y hasta el cierre. Hace tres años se reencontraron y se enamoraron. No dejan de recordar sus años en aquel lugar.

Ana León y Camilo Domínguez fueron compañeros de trabajo en el Confitería del Molino y se enamoraron hace tres años (Guadalupe Alonso - Comisión del Molino)
Ana León y Camilo Domínguez fueron compañeros de trabajo en el Confitería del Molino y se enamoraron hace tres años (Guadalupe Alonso - Comisión del Molino)

Todas las novedades y actividades a realizarse en el histórico monumento, pueden verse a través de sus redes oficiales @delmolinook asimismo puede hacer el seguimiento de la obra bajo el hashtag #lavueltadelmolino.

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