Seis personas se abrazan. No se conocen, nunca antes habían estado juntas. Mantienen los ojos cerrados y si los abren lo hacen para mirarse entre ellas. Cuatro visten en su cuello el pañuelo celeste. Las otras dos comparten un rosario que toman con sus manos. Una de ellas lo besa, mira al cielo y alza un pedido específico: "Por favor, que los senadores escuchen a Dios. Que escuchen lo que dice Nuestro Señor y voten en contra de una ley que no ayuda a nadie".
Están debajo de un gazebo con un letrero azul que dice "carpa de intercesión". En el medio de la calle, Ernesto, miembro de Juventud por una Misión, ONG que organizó ese espacio, mantiene el mismo cartel con una flecha que señala el lugar, buscando que más personas se sumen: "Sirve para poder estar intercediendo a favor de que no salga la ley, de que apoyemos las dos vidas. Se ora por la Argentina, por los senadores, por la ley. Acá no se necesita ser católico o cristiano para sumarse. Rezamos porque creemos en un Dios que puede cambiar las cosas. Milagros que pueden suceder", dice a Infobae.
La escena se repite a cada paso. No es necesario buscar "grupos de rezo" sino descubrir que en cualquier sitio de la "plaza celeste" son muchas las personas que detienen su paso para rezarle a la Virgen María o contemplar la imagen de Jesucristo ubicada de frente al Congreso de la Nación.
Muchos sacerdotes y seminaristas se entremezclan entre las miles de personas que desde temprano ocupan gran parte de Hipólito Yrigoyen hasta la intersección con Entre Ríos, en donde las diversas organizaciones que se manifiestan en contra de la legalización del aborto se concentrarán hasta que se defina la votación en el Senado. También allí se montó el escenario en donde a partir de las 14 se vienen desarrollando diversos recitales, con varias bandas cristianas en acción.
"Venimos de San Rafael, Mendoza, del Seminario Mayor en donde nos formamos para ser sacerdotes. No sólo venimos a defender a los que no pueden hacerlo, sino al país. Me parece que esa es una de las consignas más grandes, que incluso trasciende la discusión sobre el aborto. Venimos a pedir que no nos impongan temas que quieren debatir en otros países del mundo", explicó Juan a Infobae.
"Dios es más poderoso que todos. Vimos que también muchos llevan los pañuelos naranjas, pidiendo que el Estado sea laico. Religiosos o no religiosos todos son parte de la Argentina, somos argentinos. Confiamos en Dios y en los senadores que son argentinos de verdad", agregó José, seminarista mendocino.
Pegadas al vallado que los separa de quienes se movilizan a favor del proyecto, dos carpas cerradas funcionan como centros de rezo. En una, la imagen de la Virgen y 30 personas que expresan: "Bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús".
A menos de 20 metros, la "carpa pastoral", en donde un hombre de seguridad decide en la entrada quién entra y quién no. "No puedo dejarte pasar ahora, está llena", le explica a un joven, que aguarda unos minutos afuera y luego decide marcharse. Las ventanas de nailon dejan observar cómo un pastor arenga con sus brazos en alto al resto, quienes lo imitan, mientras repiten las palabras que él mismo expresa.
"Me genera emoción todo esto. Y la presencia de la Virgen María anima. Estamos en la calle para decir: 'Argentina quiere vidas, no quiere muertes'. Se está viviendo un clima muy lindo, se respira un ambiente hermoso, una fiesta. Es una señal para nosotros. La vida es una fiesta para todos, no para algunos", expresan.
"La Iglesia y el Estado no están juntos. Es una tontería pensar de esa manera. Están separados. Si la Iglesia opinó es porque en estas tierras la institución existe antes de el Estado nacional. Entonces alguna autoridad tiene. Pero no creo que haya ido a presionar a ningún senador como dicen, no es el estilo de los obispos. Porque lo que se debate en realidad no es sobre la Iglesia. No pasa por una cuestión de fe sino por una cuestión de vida. Va más allá de una creencia religiosa", sostuvo el padre Pablo, oriundo de Capital Federal.
"Lo que invitamos a hacer es que la gente no abandone este lugar. Rezar por la vida y por todos. Todo aquel que crea que puede estar, lo haga. Sin importar la religión", concluyó el sacerdote.
Fotos: Adrián Escandar
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