
Medicamentos como Ozempic se han convertido en protagonistas de la medicina moderna por su capacidad para modificar el abordaje de la diabetes tipo dos y la obesidad. La semaglutida, la molécula activa de Ozempic, no solo ha redefinido el control glucémico, sino que también abrió nuevas alternativas para quienes buscan perder peso bajo supervisión médica.
Ante un incremento en la demanda global y advertencias sobre su uso responsable, el debate sobre su seguridad y eficacia se intensifica en el ámbito sanitario.
Ozempic, basado en la molécula semaglutida, replica la función de la hormona GLP-1, esencial para regular el azúcar en sangre y el apetito. De acuerdo con Harvard Health, este medicamento estimula la liberación de insulina tras las comidas y reduce la secreción de glucagón, contribuyendo a mantener niveles estables de glucosa. Se administra mediante inyección subcutánea en el abdomen, muslo o parte superior del brazo.
Impacto en el control glucémico y la salud cardiovascular
En el tratamiento de la diabetes tipo dos, Ozempic ha mostrado un impacto significativo en el control glucémico. A diferencia de la insulina, que actúa de forma constante, este agonista solo se activa cuando los niveles de glucosa se elevan, lo que disminuye el riesgo de hipoglucemia.
Harvard Health resalta que, además de facilitar el control del azúcar, Ozempic ayuda a reducir complicaciones cardiovasculares, como infartos y accidentes cerebrovasculares, entre pacientes con diabetes.

El empleo de Ozempic en el manejo de la obesidad ha adquirido especial importancia. Con dosis superiores a las utilizadas para diabetes, la semaglutida permite obtener reducciones notables del peso corporal en personas con obesidad. Harvard Health informa que los estudios clínicos demuestran pérdidas de entre 10% y 15% del peso corporal en un año, y en algunos casos, descensos superiores al 20%.
Incluso una reducción de entre 5% y 10% puede mejorar la salud metabólica, con efectos positivos en la presión arterial y un menor riesgo de enfermedades como el hígado graso o la apnea obstructiva del sueño.
Efectos secundarios y advertencias médicas
El uso de Ozempic conlleva ciertos riesgos. Entre los efectos secundarios más frecuentes se encuentran las náuseas, vómitos, diarrea, estreñimiento y molestias abdominales. La doctora Chika Anekwe, especialista en medicina de la obesidad y docente de la Harvard Medical School, advirtió: “Si bien los efectos gastrointestinales como náuseas y estreñimiento son frecuentes, suelen ser temporales y manejables”. También pueden presentarse dolor de cabeza, taquicardia, mareos, fatiga y reacciones leves en la zona de inyección, aunque estos síntomas ocurren con menor frecuencia.
Existen advertencias médicas que exigen especial atención. Cuando las náuseas o los vómitos no ceden, pueden surgir complicaciones como deshidratación, problemas renales o desnutrición. Harvard Health advierte que personas con enfermedades intestinales graves, como gastroparesia o patologías inflamatorias no controladas, no deben utilizar Ozempic.

Además, está contraindicado durante el embarazo y la lactancia. Otros riesgos, menos comunes, incluyen pancreatitis, complicaciones en la vesícula biliar, tumores tiroideos y pérdida de masa muscular. La recomendación médica es analizar cada caso individualmente y reforzar la ingesta de proteínas para contrarrestar la atrofia muscular.
El desafío de la demanda y los riesgos de las alternativas no reguladas
Desde 2022, la creciente demanda y la escasez de Ozempic han propiciado la aparición de formulaciones alternativas, sobre las cuales la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos ha emitido alertas por la ausencia de controles oficiales de seguridad y calidad. Los compuestos no regulados representan un riesgo para la salud.
La investigación sobre Ozempic y los agonistas de GLP-1 sigue avanzando, con estudios en curso sobre aplicaciones potenciales en salud cardíaca, trastornos neurológicos, adicciones, enfermedad hepática y alteraciones del sueño, aunque estos usos todavía se encuentran bajo revisión científica.

El consenso de la evidencia revisada por Harvard Health señala que Ozempic constituye una herramienta relevante para personas con diabetes tipo dos u obesidad, pues permite abordar el peso, la reducción del apetito y el control metabólico de manera integral. Su uso debe estar siempre supervisado por profesionales de la salud.
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