
La fortaleza de los huesos no depende únicamente de la genética o la edad, sino que se construye y preserva cada día a través de hábitos como la alimentación. Esto puede marcar la diferencia en la prevención de enfermedades como la osteoporosis y en la reducción del riesgo de fracturas.
Como explicó Mayo Clinic, los huesos están en constante proceso de remodelación: se forman y descomponen de manera continua.
La masa ósea alcanza su punto máximo alrededor de los 30 años y, a partir de entonces, comienza a disminuir. Esta pérdida puede acelerarse por factores como enfermedades, ciertos medicamentos o hábitos poco saludables.
MedlinePlus añadió que una alimentación rica en calcio, vitamina D y proteínas constituye la base para mantener huesos densos y resistentes, mientras que Philadelphia Hand to Shoulder Center subrayó que una nutrición adecuada puede ralentizar la pérdida ósea asociada al envejecimiento y mejorar la calidad de vida.
A continuación, se detallan los alimentos más recomendados por estas entidades para fortalecer los huesos y los nutrientes clave que aportan.
Lácteos

Entre los alimentos más destacados para la salud ósea, los productos lácteos ocupan un lugar privilegiado. Según MedlinePlus, la leche y los productos lácteos son las mejores fuentes de calcio, ya que contienen una forma de este mineral que el cuerpo absorbe con facilidad.
El yogur, quesos y suero de leche aportan cantidades significativas de calcio, y su consumo regular ayuda a mantener la densidad ósea. Mayo Clinic coincide en que los lácteos son fundamentales, pero también señala alternativas para quienes no los consumen, como el tofu, la leche de soja y otros productos de soja.
Verduras de hoja verde

La Clínica Universidad de Navarra resaltó que el 99% del calcio del organismo se encuentra en los huesos y dientes, y recordó que existen muchas opciones para quienes presentan intolerancia o alergia a los lácteos, como las verduras de hoja verde.
En este grupo de vegetales, el brócoli, la col rizada, la acelga, la berza y el bok choy (repollo chino) son fuentes relevantes de calcio, según MedlinePlus.
Pescados

Los pescados con espinas, como las sardinas y el salmón en conserva, aportan calcio en cantidades considerables, ya que las espinas blandas pueden consumirse y son ricas en este mineral.
La vitamina D es otro pilar fundamental para la salud ósea, ya que facilita la absorción del calcio. Mayo Clinic indicó que los adultos de entre 19 y 70 años deben consumir 600 unidades internacionales (UI) de vitamina D al día, aumentando a 800 UI en mayores de 71 años.
Los pescados grasos, como el salmón, la trucha, el atún y la caballa, son excelentes fuentes naturales de esta vitamina, según MedlinePlus.
Frutos secos y semillas

Philadelphia Hand to Shoulder Center también recomendó incluir frutos secos y semillas, como almendras, nueces y semillas de sésamo, que contribuyen tanto con calcio como con otros nutrientes esenciales.
Alimentos fortificados

Algunos alimentos fortificados, como la leche, los cereales y el jugo de naranja, pueden aportar vitamina D adicional. La exposición moderada al sol también estimula la producción de vitamina D en el organismo.
Otros nutrientes esenciales
El magnesio y la vitamina K2, aunque menos conocidos, desempeñan funciones clave en la mineralización ósea y en la correcta utilización del calcio.
Philadelphia Hand to Shoulder Center explicó que el magnesio contribuye al desarrollo estructural del hueso y regula el transporte de calcio, mientras que la vitamina K2 activa proteínas que dirigen el calcio hacia los huesos y dientes, evitando su depósito en tejidos blandos.
Los ácidos grasos omega-3, presentes en pescados grasos, nueces, semillas de chía y lino, ayudan a reducir la inflamación que puede dañar las articulaciones y el tejido óseo. Estos nutrientes favorecen la salud de las estructuras blandas que rodean los huesos, como el cartílago y los tejidos conectivos, y pueden mejorar la movilidad.

La proteína es esencial para mantener la matriz de colágeno que da flexibilidad a los huesos. Philadelphia Hand to Shoulder Center destaca que, aunque los minerales aportan densidad, la proteína previene la fragilidad ósea. Carnes magras, legumbres y lácteos son fuentes recomendadas para asegurar un aporte adecuado.
Más allá de la alimentación, los expertos insisten en la importancia de la exposición solar para la síntesis de vitamina D y en la práctica regular de ejercicio, especialmente actividades que impliquen carga de peso, como caminar o subir escaleras.
Mayo Clinic y MedlinePlus advirtieron sobre los riesgos de recurrir en exceso a suplementos de calcio o vitamina D sin supervisión médica, ya que pueden provocar efectos adversos como cálculos renales. Además, evitar el tabaco y el consumo excesivo de alcohol contribuye a preservar la salud ósea.
La combinación de una dieta variada y equilibrada, junto con hábitos saludables y actividad física, es la mejor estrategia para mantener huesos y articulaciones fuertes a lo largo de la vida.
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