Durante cinco días, los expertos y referentes más importantes del trasplante y la donación de órganos del mundo se reunirán en la Ciudad de Buenos Aires, en el marco del 29º Congreso Internacional de Trasplantes que se llevará a cabo en Argentina desde mañana y hasta el 14 de septiembre.
El doctor Roberto Cambariere, referente en el tema y autor del libro “Historia de los trasplantes en la Argentina y en el mundo”, describió a Infobae los hitos más importantes y los desafíos actuales de esta rama de la medicina que salva vidas.
A fines de 1954, en Boston, Estados Unidos, el nefrólogo John P. Merrill, el cirujano Joseph Murray y el urólogo Hartwell Harrison realizaron el primer trasplante renal exitoso de la historia. Y apenas 3 años después, en 1957, en el llamado “viejo” hospital de Clínicas de la Ciudad de Buenos Aires, el doctor Alfredo Lanari realizó el primer trasplante de riñón en humanos de nuestro país.
“La Argentina siempre estuvo a la vanguardia” afirmó el doctor Roberto Cambariere, presidente del Comité de Bioética de la Fundación Favaloro, ex presidente del INCUCAI, quien se dedicó a los trasplantes desde el inicio de su carrera como médico, hace más de 60 años.
“Los comienzos no fueron nada fáciles. Los procedimientos eran de carácter experimental. Muchos de los médicos que se animaban a realizarlos eran cuestionados y hasta hubo causas penales contra ellos. Es por eso que en la década del 60, mientras se iban sumando a los trasplantes de riñón, los de otros órganos, surgió también una nueva disciplina: la bioética, de la que el trasplante ha servido como banco de pruebas, porque ambas se inician casi al mismo tiempo y tienen una evolución paralela”, refirió el experto.
En 1963, en Estados Unidos, James Daniel Hardy realizó el primer trasplante de pulmón. Lo recibió un hombre muy enfermo de tuberculosis; la donante fue una paciente que había sufrido un paro cardiopulmonar. “El paciente vivió 18 días. Tan sólo 4 años después, en 1967, fue informado el primer trasplante pulmonar en personas en el Instituto María Ferrer de la Ciudad de Buenos Aires, a cargo del doctor Mahelz Molins. Otra vez, la Argentina seguía muy de cerca a los pioneros”, detalló Cambariere en su libro “Historia de los trasplantes en la Argentina y en el mundo”.
En 1963 Thomas Earl Starzl, en Denver, EEUU, realizó el primer trasplante hepático, un procedimiento que fracasó por falta de técnicas quirúrgicas apropiadas. En nuestro país, el primer trasplante hepático llegó de la mano del doctor Eduardo de Santibañes, en el hospital Italiano de Buenos Aires, en 1988.
En 1968, en la Clínica Bazterrica de la ciudad de Buenos Aires, el doctor Mario Chapo Bortagaray realizó el primer trasplante pancréatico de la historia argentina y el tercero en el mundo.
Un cardiólogo argentino, Domingo Liotta, fue el creador del primer corazón artificial, implantado por primera vez con éxito en abril de 1969 por Denton Cooley en EEUU. El primer trasplante cardíaco fuse hizo en Sudáfrica, en 1967, a cargo de Christian Barnard, pero la paciente vivió 12 días, recién al año siguiente se realizó el primer trasplante exitoso en ese país. Ese mismo año, en Argentina, el doctor Miguel Bellizzi en una clínica de Lanús, realizaba el primer trasplante de corazón del país, pero la receptora murió a las 96 horas.
Hubo que esperar hasta 1980, en el sanatorio Güemes de la Ciudad de Buenos Aires, donde el doctor René Favaloro realizó el primer trasplante cardíaco exitoso de la historia de nuestro país.
“Favaloro debería haber sido Premio Nobel, sin dudas. Cambió la cardiología. Antes de él, los pacientes con problemas coronarios se morían. Hoy en día el by pass está siendo emparejado por las angioplastias, pero su contribución fue indudable. Favaloro fue un pionero no reconocido”, afirmó Cambariere.
En 1987 también ocurrió un hecho importante de gran impacto en materia de trasplantes pediátricos: la creación del Hospital Nacional de Pediatría Juan P. Garrahan, que lleva realizados desde sus inicios más de 2.800 trasplantes.
El presidente del Comité de Bioética de la Fundación Favaloro detalló a Infobae que en 1977 se sancionó en el país la primera Ley Nacional de Trasplantes y se creó el Centro Único de Ablación e Implante (CUCAI). En 1992 se creó el Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (INCUCAI).
Cambariere destacó: “Nuevamente la Argentina marcó su liderazgo si se tiene en cuenta que la primera ley de trasplantes en España es de 1978 y la de Estados Unidos de 1984, y son los dos países con el mayor número mundial de donantes por millón de habitantes”.
“Durante muchos años la Argentina, junto con Uruguay y Francia, fue uno de los pocos países en contar con organismos reguladores de procuración dependientes del Estado”, remarcó Cambariere, quien también fue coordinador de Trasplante del Hospital Italiano y de la Clínica Marini, entre otros.
La procuración: un tema pendiente
La procuración, el proceso a través del cual se obtiene un órgano o tejido, se mide de acuerdo con la cantidad de donantes por millón de habitantes.
“En nuestro país, en materia de implantes, tenemos una situación relativamente buena, pero en procuración, estamos en el 50% del recorrido. En 2019, en todo el país, llegamos a cerca de 20 donantes por millón, pero tenemos grandes diferencias jurisdiccionales. En la Ciudad de Buenos Aires, el promedio es de 20 a 25 donantes por millón; pero las provincias del noroeste, no superan los 4 o 5″, explicó el especialista.
La situación es muy distinta en otros países, que sirven como ejemplo para mejorar el escenario actual: “España llega en promedio a 40 por millón, con regiones como Cantabria o Navarra, donde superan los 60 por millón. Allí, la figura del Coordinador Hospitalario de Trasplantes ha sido fundamental para lograr esos números. No es una tarea grata pedir a una familia que done los órganos de su ser querido. Hay que tener vocación y respaldo”.
El experto detalló que España cuenta además con el criterio de muerte a la “parada cardíaca” (asistolia) además del ya conocido criterio de muerte encefálica, que es el que se utiliza habitualmente para decretar la muerte del potencial donante, eso aumenta significativamente la cantidad de posibles donantes. En nuestro país, la donación por asistolia aún no está vigente.
Xeno, el nombre del futuro
Hay una cuenta que nunca cierra: la cantidad de personas que necesitan un órgano para seguir viviendo versus la cantidad de personas que efectivamente donan sus órganos. Por eso, desde hace mucho tiempo se ha pensado en la posibilidad de obtener órganos de otras especies para trasplantar en humanos, es decir, el xenotrasplante (trasplante de especies diferentes).
Este año, en enero, en los Estados Unidos, se realizó el primer trasplante de un corazón de cerdo modificado a un paciente con insuficiencia cardíaca terminal. La intervención fue exitosa y el paciente vivió dos meses. La muerte, que está aún en investigación, podría deberse a citamegalovirus porcino que se instaló en el cuerpo del receptor junto con el órgano.
“Los xenotrasplantes son una opción. Desde muy joven me interesó la idea desde el punto de vista teórico. Los más parecidos a los humanos son los primates, pero son animales en riesgo de extinción y las sociedades protectoras se oponen a su uso. El cerdo, desde el punto de vista filogenético, es muy distinto al hombre, pero ahora es posible disponer de cerdos transgénicos, con genes y virus ‘knockeados’ para no causar rechazo, y es muy alentador. Formo parte de una mesa de trabajo interministerial que se dedica al tema, que está muy avanzado en nuestro país. No sé si será lo definitivo, pero a medida que se vaya investigando sí ayudará mucho a palear la deficiencia de órganos para trasplantes”, concluyó el doctor Cambariere.
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