Trapos, esponjas y utensilios de cocina: cómo limpiar correctamente “la casa” de las bacterias

Las esponjas y los trapos son un ambiente propicio para el desarrollo de microorganismos. Dos especialistas en ingeniería de los alimentos explicaron a Infobae acerca de la importancia del recambio y la correcta higiene que hay que tener

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La esponja y los trapos deben reemplazarse con determinada frecuencia. Hay que estar atentos a cuando se empiezan a desarmar o agrietar, para evitar contaminación física, es decir, la presencia de un trozo de comida en la esponja. (Prexels)
La esponja y los trapos deben reemplazarse con determinada frecuencia. Hay que estar atentos a cuando se empiezan a desarmar o agrietar, para evitar contaminación física, es decir, la presencia de un trozo de comida en la esponja. (Prexels)

Las esponjas y los trapos son un ambiente propicio para el desarrollo de microorganismos. “Pueden llegar a ser patógenos como Salmonella, E Coli, Staphilococcus aureus, Listeria (enterobacterias) entre otros, -explicó a Infobae Érica Pitaro Hoffman, Ingeniera en Alimentos-, ya que acumulan humedad, restos de materia orgánica y se encuentran a temperatura ambiente”. Todos los días de nuestras vidas convivimos con estos utensilios de cocina que nos ayudan a mantener una correcta higiene. Ahora bien, no limpiarlos correctamente, puede volverse en contra.

Según detalló la especialista, en el ensayo de laboratorio se pueden “identificar pautas inadecuadas de higiene en una cocina o la incorrecta aplicación de procedimientos puede ser fuente de transmisión de Enfermedades Transmitidas por Alimentos (ETA).”

Estos utensilios de cocina se recomienda reemplazarlos con determinada frecuencia. Por ejemplo, “cuando se empiezan a desarmar o agrietar, para evitar contaminación física, es decir, la presencia de un trozo de comida en la esponja.”, destacó Pitaro Hoffman.

¿Y alcanza con lavarlo?, “No es suficiente”, alertó a Infobae Daniela Crimer, Ingeniera Agrónoma, “ya que el nivel de reservorio de gérmenes es elevado y constituyen junto con las manos, una fuente de contaminación cruzada muy grande dentro del área de manipulación de alimentos.” Los “trapos” están diseñados para tener una corta vida útil y reemplazarlos con frecuencia.

Se pueden desinfectar periódicamente en solución de lavandina respetando las indicaciones del fabricante (Prexels)
Se pueden desinfectar periódicamente en solución de lavandina respetando las indicaciones del fabricante (Prexels)

Con respecto a la higiene de los trapos, Crimer recomendó: “Se pueden desinfectar periódicamente en solución de lavandina. Para ello, debemos leer las indicaciones del fabricante detalladas en el rótulo y preparar la solución según se indique, generalmente, suele utilizarse 1 taza de lavandina en 5 litros de agua a temperatura ambiente. No se debe utilizar agua caliente, ya que el cloro se descompone con el calor. Una vez preparada la solución, los trapos o paños se deben dejar en remojo bien sumergidos durante el lapso de tiempo indicado en el envase de la lavandina, que puede ir entre 2 a 5 minutos dependiendo la concentración de cloro inicial de la lavandina que utilicemos. Luego, los enjuagamos con abundante agua y están listos para utilizarse. La frecuencia de la desinfección dependerá del uso y suciedad.

Las especialistas recomiendan utilizar un trapo distinto para cada ambiente y tenerlos identificados por color (Rawpixel/Unsplash)
Las especialistas recomiendan utilizar un trapo distinto para cada ambiente y tenerlos identificados por color (Rawpixel/Unsplash)

La política de trapos

La “política de trapos” es la diferenciación por color de los mismos dentro de una casa, un local de comidas o la industria alimentaria. “¿Les parece bien limpiar con el mismo trapo el inodoro y la mesa donde comen?”, cuestionó Crimer.

Existe una falsa creencia de que “metiéndolos en lavandina” es suficiente. La respuesta es que no es suficiente. “Se debe determinar un color de trapo para utilizar en: Cocina, baño, lavadero y pisos”, explicó a Infobae Mariana Al, técnica en alimentos.

Si al estar cocinando se cae algo al piso, “no usar el trapo de la cocina, piensen en todo lo qué hay en el piso, que traemos de la calle- alertó Al- usar papel o trapo de piso.” En este caso, la famosa “regla de los 5 segundos” no aplica, ya que “no es función del tiempo el riesgo de contaminación sino de la presencia o ausencia de gérmenes en donde haya caído el mismo.”, aclaró.

Es importante respetar la política de tablas para evitar la contaminación cruzada. Este tema y todos los relacionados con la manipulación de alimentos en el hogar lo aborda @bromatologiaencasa en su primer libro disponible en todo el país desde el mes de abril (Istock)
Es importante respetar la política de tablas para evitar la contaminación cruzada. Este tema y todos los relacionados con la manipulación de alimentos en el hogar lo aborda @bromatologiaencasa en su primer libro disponible en todo el país desde el mes de abril (Istock)

Con respecto al secaplatos o el sitio donde se colocan los utensilios, donde se suele acumular agua que queda estancada, más la acumulación de restos de comida, provocando esos olores desagradables, si al cabo de unos días no se realiza la higiene adecuada " pueden proliferar hongos y es foco de atracción de insectos voladores, vulgarmente conocidos como mosquitas”, explicó Al. Estos elementos, también deben tener su rutina de limpieza para evitar contaminar los utensilios y la vajilla de la casa.

Otros utensilios que suelen acumular microorganismos, son las tablas de corte. En ellas, por el simple uso con cuchillos, se generan grietas donde se dificulta higienizarlas en profundidad. La especialista Al, afirmó que en ese pequeño espacio, debido a los restos de alimentos y humedad que se acumulan, crecen hongos o bacterias que luego contaminan la comida. “Es importante, entonces, ni bien observemos un cambio de color en la superficie de la tabla, realizar una desinfección con solución de lavandina. El procedimiento es el mismo que para desinfectar paños: dejar en remojo la tabla dentro de la solución y luego enjuagar.”, declaró.

Las esponjas y los trapos se deben renovar con frecuencia las, al igual que el resto de los utensilios, se deben higienizar seguido. (Prexels)
Las esponjas y los trapos se deben renovar con frecuencia las, al igual que el resto de los utensilios, se deben higienizar seguido. (Prexels)

Algunas recomendaciones

La Ingeniera en Alimentos, Érica Pitaro Hoffman, nos detalló algunas recomendaciones para evitar que los utensilios de cocina, tanto trapos, como esponjas, sean fuente de contaminación:

-Almacenarlos secos y escurridos. Los trapos deben secarse abiertos para evitar acumulación de humedad, factor de crecimiento bacteriano, y además, para evitar malos olores.

-Lavar los trapos frecuentemente, con agua y detergente, o en el lavarropas en un lavado aparte, junto con repasadores, preferentemente en un programa con agua caliente. Luego de hacer limpieza del hogar, los trapos se pueden meter sin residuos en el lavarropas con jabón en polvo. Al finalizar la limpieza, debemos hacer un lavado en vacío o “lavado de tambor” para limpiar el equipo. Otra alternativa, es lavarlos a mano.

-Con respecto a las esponjas, conviene empezar a lavar la vajilla menos contaminada y terminar con aquellas cosas más sucias, como los utensilios con los que se manipulan alimentos crudos. Al finalizar el lavado, echar una pava de agua hirviendo sobre la misma, ayuda a bajar la carga microbiana.

-No dejar trapos que tengan restos de detergente en solución de lavandina, ya que ambos químicos reaccionan, se inactivan y desprenden vapores tóxicos. Los químicos nunca se mezclan entre sí, puede resultar peligroso. Si desean utilizar lavandina, es necesario que el trapo no tenga restos de detergente.

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