En la discusión del proyecto de Medidas Fiscales que siguió a la aprobación de la Ley Bases esta semana, hubo una única instancia en la maratónica sesión en la Cámara de Diputados en la que el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, aceptó un cuarto intermedio de 15 minutos. Fue en el capítulo referido al Régimen Simplificado para Pequeños Contribuyentes, conocido como monotributo. El proyecto proponía, además de ampliar los topes de cada categoría un 300% en línea con la inflación, la eliminación del monotributo social. De concretarse, los titulares de este régimen tributario simplificado para los trabajadores de menores ingresos y sin una facturación regular, pasarían de $3.200 -que es lo que pagan hoy-, a $26.600 en la categoría más baja del monotributo general, según las subas propuestas en el proyecto. Este punto fue resistido por diputados de Unión por la Patria, el Frente de Izquierda, la UCR y de Hacemos Coalición Federal (HCF), que terminaron logrando una redacción alternativa a ese artículo, que postergó su eliminación hasta 90 días después de promulgada la ley.
Esta modificación que forzó la oposición -junto con la inclusión del capítulo del tabaco- fue uno de los pocos cambios introducidos contra los deseos del Gobierno, después de una sucesión de artículos aprobados en la Ley Bases y el paquete de medidas fiscales.
El monotributo social es un régimen tributario simplificado para aquellos que trabajan por cuenta propia sin continuidad, haciendo changas o en cooperativas, y se encuentran en situación de vulnerabilidad, con ingresos por debajo del haber previsional mínimo. A través de esta figura, logran un esquema mínimo de formalización, con aportes jubilatorios y cobertura médica. El pago mensual es muy bajo porque tienen una exención del 100% en el componente impositivo y el aporte jubilatorio, y del 50% en el aporte a la obra social. Mientras facturen menos de $175.000 mensuales, hoy pagan $3.200 por mes.
Según los últimos datos difundidos en abril por la Secretaría de Trabajo correspondientes a enero, los titulares del monotributo social superan los 620.000, más del doble que una década atrás. Entre ese mes de 2014 y enero de 2024, la cantidad de adherentes al monotributo social aumentó un 111%, pasó de 294.183 a 620.120, según el análisis realizado por Infobae de los datos oficiales.
Los especialistas coinciden en que el fenómeno está asociado al crecimiento de las cooperativas por un lado, ya que sus miembros suelen inscribirse para acceder a una cobertura de salud y, por el otro, a la caída del empleo formal privado y el aumento del cuentapropismo por el deterioro de la situación económica. De hecho, en el mismo período y según los datos oficiales analizados por Infobae, el empleo en el sector privado sólo creció apenas el 4%, pasó de 6.115.528 trabajadores en relación de dependencia en enero de 2014, a 6.333.835 en ese mismo mes de este año. En tanto, en el sector público subió el 21% (aumentó de 2.856.316 empleados a 3.456.635 en el mismo período).
“Ese aumento se explica porque mucha gente que estaba en la informalidad entendió - a partir de que hubo mucha comunicación al respecto - que le servía anotarse en el monotributo social para poder acceder a una obra social, más que por pensar en una jubilación futura”, señaló el diputado nacional Daniel Arroyo (Unión por la Patria) y especialista en políticas sociales.
“Estamos hablando de gente que está en la pobreza, con ingresos muy bajos, y que factura muy eventualmente. No es un carpintero que tiene trabajos que le encargan con regularidad. Hablamos de un cartonero o alguien que hace changas sueltas. En ese sentido, el monotributo social es la puerta de entrada a la formalización. Porque además, tener la posibilidad de dar una factura, a ese trabajador informal le permite agarrar un trabajito en el que le exigen estar inscripto”, agregó el ex ministro de Desarrollo Social en el comienzo de la gestión de Alberto Fernández en diálogo con Infobae.
El crecimiento de las cooperativas en el último gobierno, trajo un aumento de los monotributistas sociales, ya que el sistema habilita la inscripción bajo este régimen tributario simplificado para aquellos integrantes de una cooperativa de trabajo con un mínimo de 6 asociados.
El cambio votado en la sesión
El cuarto intermedio para consensuar una nueva redacción alternativa fue a pedido del diputado Nicolás Massot, de Hacemos Coalición Federal, un bloque aliado crítico del Gobierno. El ministro del Interior, Guillermo Francos, y el segundo de la Jefatura de Gabinete, José Rolandi, estaban en unos de los palcos de la Cámara baja y estuvieron al tanto de la situación.
Al finalizar el breve intervalo, el oficialismo no aceptó dar marcha atrás de la eliminación del monotributo social, pero uno de sus representantes, José Luis Espert, anunció que iban a incluir en el texto la postergación de la eliminación hasta los 90 días posteriores a la publicación de la ley en el Boletín Oficial. El propósito era que, en ese plazo, el Gobierno y la oposición negocien una alternativa para incorporar una categoría inferior a la “A”, la más baja en el régimen simplificado general, para dar cobertura a los monotributistas sociales. Finalmente, el título 6 del paquete fiscal, con esa postergación en la eliminación del monotributo social, fue aprobado con 142 votos afirmativos, 104 negativos de los legisladores de Unión por la Patria, de la Izquierda, de dos radicales y de tres integrantes de HCF. Hubo dos abstenciones de este último sector.
“Sacar el monotributo social es todo lo contrario a lo que habría que hacer, porque hay que acompañar y formalizar a ese sector, claramente. La postergación por 90 días, una vez promulgada la ley, nos da espacio para trabajar en el tema. Voy a insistir en que haya una categoría por debajo de la más baja del monotributo general. Porque llevar a los monotributistas sociales a que paguen $26.000 en la categoría más baja, es mucho de golpe para esos sectores cuando hoy pagan $3.200″, le dijo Arroyo a Infobae.
Varios legisladores que cuestionaron el artículo original del monotributo social advirtieron en la sesión sobre el casi nulo impacto fiscal que implicaría su eliminación. “Me parece que es un tema ideológico, en el Gobierno buscan que el Estado se corra del todo. No hay una razón fiscal de verdad. Y de hecho, cuando pedimos reverlo, enseguida aceptaron los tres meses”, afirmó Arroyo.
Massot, por su parte, advirtió que “el punto relevante no es tanto el costo fiscal de manera directa, sino la sustentabilidad del sistema previsional -por la exención del aporte jubilatorio - y, en segundo término, el del sistema de salud de las obras sociales, por el aporte reducido que hace el monotributista social”.
El diputado de HCF agregó que “si bien hay una renuncia fiscal de los dos componentes del monotributo social con exenciones del 100%, lo que también es cierto que si lo eliminás, lo más probable es que el Estado no recaude nada porque es factible que esos monotributistas vuelvan al trabajo en negro, por imposibilidad de pagar lo que hoy requiere la categoría más baja. El planteo que se hizo es discutir si se sostiene la exención en cada uno de los tres componentes y en qué porcentaje. Entonces, quizás haya un incremento en lo que hoy pagan, pero seguirá habiendo un reconocimiento. La otra propuesta es crear una categoría adicional más baja que la actual, con un piso más bajo, porque muchos monotributistas sociales no llegan a facturar ni la mitad del tope de esa categoría”.
“Lo óptimo sería que el Senado haga una revisión del texto de este artículo, ya que es muy probable que haga modificaciones en una ley tan extensa y vuelva a Diputados, y deje la cuestión zanjada en lugar de postergarla”, concluyó Massot.
Evolución en la última década
El año en que se produjo el mayor aumento de los monotributistas sociales fue 2013. En enero de 2014 se registró un aumento de 57%, respecto del año anterior. En ese período en el segundo mandato de Cristina Kirchner, se sumaron casi 300.000 contra los 187.000 existentes a enero de 2013.
En el otro extremo, el año de mayor caída fue sobre el final del gobierno de Mauricio Macri: una baja de 16%. Los monotributistas sociales pasaron de ser 419.000 en enero de 2018, a 352.000 un año después.
La cantidad de titulares volvió a repuntar tras la pandemia en la gestión de Alberto Fernández, en 2022 y 2023. En este último año, en enero, se registraron 608.598, un aumento del 38%, respecto del mismo mes del año anterior (439.562).
Qué pasó con monotributo general
En la última década, el monotributo general también aumentó, aunque menos que el monotributo social. Subió un 42% al pasar de 1.462.699 en enero de 2014 a 2.078.014, en el mismo mes de este año.
Las mayores subas interanuales se dieron en enero de 2014 (7% respecto del año anterior), en el gobierno de Cristina Kirchner, y entre 2022 y 2023 (8%), con un aumento del 9% en enero de este año respecto del mismo mes del año anterior.
“Lo que hizo crecer fuertemente el monotributo es el ‘fenómeno Uber y Rappi’. O sea, cada vez hay más gente que trabaja por su propia cuenta. Hace ya bastante tiempo que casi no se crea empleo formal privado. Estos nuevos monotributistas pasaron a ser un sector informal integrado. El que hace Uber o Rappi todos los días y factura sostenidamente, ya no puede estar en negro porque la economía se ha formalizado y necesita facturar por lo que hace”, analizó Arroyo.
En el paquete de medidas fiscales que obtuvo media sanción, se elevaron los topes del monotributo entre un 300% y un 330%, y se subió el monto a pagar por cada categoría. La más baja pasará de los actuales $12.128 a $26.600, un 119% más. El ingreso tope anual sería de $66 millones, con una equiparación entre la actividad de venta y de servicios.
“Ese reacomodamiento era necesario. Había que subir los topes y, por ende, lo que se paga en cada categoría. Porque por el tema de la inflación, lo que estaba pasando es que vendías diez sillas por mes, por la inflación, subías de categoría en la facturación sin producir más. No es que ganabas más porque te iba mejor, sino porque las cosas salen más caras”, sostuvo el ex ministro de Desarrollo Social.
En declaraciones a Radio Mitre el viernes pasado, la economista Marina Dal Poggetto, titular de la consultora Eco Go, destacó a su vez que “lo único que ha crecido son los monotributistas”. Pero advirtió: “El monotributo es un desastre en términos fiscales, porque los monotributistas aportan poco, mucho menos que el que está en régimen de dependencia o el autónomo, si bien al final del día, solo acceden a una jubilación mínima. Pero hoy necesitás 20 monotributistas para pagar una jubilación mínima. Si bien es un régimen tributario que achica la informalidad, está generando un agujero fiscal a mediano plazo”.
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