Tras la elección en Boca, Macri sigue de cerca el programa económico de Milei y se enfoca en el control del PRO

Mauricio Macri sabía que la elección en Boca Juniors no era sencilla. Hizo campaña por la candidatura de Andrés Ibarra, se ubicó él como candidato a vicepresidente, con el objetivo de destronar a Juan Román Riquelme del poder del Xeneize. No lo logró. Había hecho una apuesta similar de cara al balotaje entre Javier Milei y Sergio Massa. El libertario pudo imponerse ante el contendiente del peronismo y el fundador del PRO lo vivió como una bocanada de oxígeno. Ahora se enfoca en retomar el control del partido amarillo y ser un soporte político del Presidente de la Nación, aunque con la distancia justa.

Mientras un temporal azotaba a buena parte de la provincia de Buenos Aires y Boca elegía a sus nuevas autoridades, Macri seguía atentamente los acontecimientos desde Yeda, Arabia Saudita. Hasta ahí viajó el fin de semana con motivo del desarrollo del Mundial de Clubes que organiza la FIFA, entidad máxima del fútbol mundial y de la cual el ex Jefe de Estado preside la Fundación.

“Qué vergüenza ver imágenes de señores que dicen ser hinchas de Boca, cuando en realidad son tremendos maleducados y no espontáneos, insultando al presidente de la República en vez de festejar que vaya a votar por el futuro de nuestro querido club”, tuiteó Macri ayer al mediodía, desde Medio Oriente y remató: “Lo que vimos, lamentablemente, es lo que viene pasando hace 4 años con Boca. Espero por el futuro y el bien de nuestro club que hoy termine y cambie de una buena vez”. Fue una publicación que tuvo lugar luego de que se conocieran las imágenes de Milei saliendo de votar en las elecciones de Boca, en medio de abucheos de socios riquelmistas del club.

Milei simpatiza por Boca, aunque no tenía antecedentes de estar involucrado en la política del club. Su sociedad política con Macri devino en un apoyo a la candidatura de Ibarra, por pedido del ex presidente. Ese acuerdo implicó que líder libertario fuera a votar ayer La Boca, incluso en plena crisis económica, a una semana de haber asumido el Gobierno nacional y en medio de un temporal que había dejado consecuencias severas, cuyo epicentro fue la tragedia de 13 muertos en Bahía Blanca, al sur de la provincia de Buenos Aires.

Fue un gesto que denotó la sintonía entre Macri y Milei. Ambos se necesitan y se respaldan. El jefe de La Libertad Avanza requiere del respaldo del PRO y, por elevación, de lo que fue Juntos por el Cambio para agilizar su agenda política en el Congreso nacional. Cuenta con apenas 37 diputados nacionales y con sólo 8 senadores. Ese frágil escudo legislativo requiere de apoyos externos para lograr los consensos que eviten una parálisis decisional.

Al mismo tiempo, Macri conoce que si el Gobierno de Milei fracasa prematuramente, el foco público apuntará hacia él. Fue el principal artífice, acaso, de la candidatura del libertario durante la campaña del balotaje contra Massa. El contacto entre ambos fluye de manera personal, telefónicamente, y sin intermediarios. Aunque con matices, el ex presidente está dispuesto a contribuir con la gobernabilidad de Milei.

Un indicio de ello es que el Gobierno tiene la confianza de que obtendrá los votos para avanzar con su primer paquete de leyes, que tomarán estado parlamentario esta semana, según pudo saber Infobae. Una de esas normativas es la reinstauración de la cuarta categoría del Impuesto a las Ganancias, tras la decisión de eliminarlo que había tomado Massa en plena campaña.

Los gobernadores presionaron a la nueva administración nacional para que retrotraiga o compense la situación. Ganancias es un impuesto coparticipable y su detracción afectó la recaudación de las provincias. Milei había votado a favor de la medida de Massa, pero ahora, en uno de sus primeros grandes gestos de pragmatismo desde que asumió el poder, está dispuesto a flexibilizar su actitud pretérita a cambio del apoyo parlamentario de los mandatarios provinciales.

Los gobernadores tienen ascendencia sobre un grupo de senadores y diputados nacionales. Centralmente, los de JxC reiteraron su requerimiento de ser compensados por la quita de Ganancias. Milei, que designó a Guillermo Francos como negociador de ese tema, confía en que la medida llegará a buen puerto. La estrategia libertaria es conceder el pedido de los mandatarios subnacionales a cambio de apoyo legislativo a sus reformas ortodoxas. No obstante, los libertarios mantendrán su postura de cortar con las transferencias del tesoro nacional a las provincias.

Macri habló con algunos de los gobernadores en los últimos días. Su vínculo es constante con Jorge Macri (CABA), así como fluye con Nacho Torres (Chubut) y es esporádico con Rogelio Frigerio (Entre Ríos) o Alfredo Cornejo (Mendoza). El ex presidente coincide con los 10 gobernadores de JxC en la necesidad de respaldar a Milei para darle gobernabilidad, aunque articula para que el libertario acceda a compensar o restituir la situación por Ganancias que afectó a las provincias.

El Mundial de Clubes finaliza el 22 de diciembre. Macri tiene previsto llegar a Argentina el próximo fin de semana y trasladarse a Cumelén, en el sur argentino, para pasar las fiestas y buena parte del verano. Desde allí moverá fichas para aislar a Horacio Rodríguez Larreta y a Patricia Bullrich del PRO, partido que busca volver a conducir. El ex jefe de Gobierno de la Ciudad trabaja por estas horas en la construcción de su propio espacio político, lejos de Macri. En tanto que la ex candidata a Presidenta se enfoca en la gestión del Ministerio de Seguridad y teje su propio armado de poder nacional desde esa dependencia, con operadores políticos que le responden.

La separación política de los tres referentes del PRO es casi inevitable y Macri pretende erigirse en medio de ese proceso. A principios de año, el partido debe elegir a sus nuevas autoridades. El ala Halcón está de acuerdo en solicitar una prórroga para que los comicios internos sean entre abril y mayo. El ex presidente buscará asumir las riendas para tener un espacio institucional de poder. Lo hará siendo él mismo presidente del partido que fundó o, bien, designando para ese lugar a un dirigente de su confianza. Son decisiones que aún se cavilan.