El atentado a Cristina Kirchner ratificó los nuevos roles en el Gobierno y consolidó la cohesión interna

El pedido de 12 años de prisión para la Vicepresidenta ya había reagrupado al peronismo detrás de CFK. Con el atentado del jueves pasado, el Frente de Todos se reorganizó definitivamente y el hecho impactó de lleno en las agendas de Alberto Fernández y Sergio Massa

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Alberto Fernández junto a Sergio Massa y Cristina Kirchner (Adrián Escandar)
Alberto Fernández junto a Sergio Massa y Cristina Kirchner (Adrián Escandar)

Los últimos dos hechos trascendentes que tuvieron como protagonista a Cristina Kirchner generaron un cambio en la convivencia interna del Gobierno. El pedido de condena a 12 años de prisión que hizo el fiscal Diego Luciani en la causa Vialidad y el atentado que sufrió en la puerta de su casa el último jueves tuvieron un impacto directo en el clima político y el juego de roles interno.

En el gobierno nacional advierten que los roles de los tres socios estratégicos del Frente de Todos están mucho más claros ahora que hace tres semanas. El contexto económico, el cambio de gabinete y la modificación abrupta del escenario político influyeron en la construcción de esas nuevas funciones.

Al día de hoy hay una centralidad absoluta de Cristina Kirchner dentro del Gobierno. Nadie tiene dudas de eso. Esa centralidad se empezó a construir cuando los diferentes sectores de la coalición se alinearon para respaldar a la Vicepresidenta frente al pedido de condenada de Luciani, y terminó por consolidarse cuando fue atacada el jueves por la noche.

“Hay centralidad total de Cristina y Alberto se está comportando acorde a las circunstancias”, aseguró un importante ministro de Gabinete. Y aclaró: “Tuvo buenos gestos como la convocatoria del viernes a los distintos sectores para dar un mensaje de paz, y evitar subirse al escenario en la Plaza de Mayo para que le endilguen que se aprovechó políticamente de la situación. Fue todo positivo”.

Alberto Fernández está alienado a la Vicepresidenta y recostado sobre la gestión (Presidencia)
Alberto Fernández está alienado a la Vicepresidenta y recostado sobre la gestión (Presidencia)

Dentro de las filas oficialistas sostienen que Fernández encontró un nuevo rol donde se siente cómodo. No niega la centralidad de la Vicepresidenta. Lejos de hacerlo, ha trabajado activamente para brindarle apoyo político frente a lo que considera que es una embestida judicial y tuvo los gestos correctos en las horas más tensas luego del pedido de condena y del atentado.

¿A qué se refieren? A los llamados telefónicos, la carta de apoyo que gestionó con tres presidentes, la defensa cerrada que hizo en un canal de noticias crítico del Gobierno y la reunión a la que convocó en el PJ para solidarizarse con la Vicepresidenta luego del alegato de Luciani.

También al feriado decretado el último viernes para evitar que el clima de tensión que había en la noche del atentado tenga un estallido, la convocatoria a sectores sindicales, sociales y religiosos para dar una muestra de solidaridad conjunta y unificada a Cristina Kirchner, y la decisión de ir a verla a su departamento de Juncal pocas horas después del ataque.

Gestos con los que buscó ser condescendiente con su figura. Mientras tanto, en paralelo, se volcó a la gestión y decidió mantener un perfil bajo a lo largo de los últimos días. Menos ruido. Quienes lo frecuentan dicen que se siente cómodo en ese lugar, aunque eso implique perder protagonismo.

La Vicepresidenta tiene absoluta centralidad dentro del Gobierno y en el esquema peronista (Gustavo Gavotti)
La Vicepresidenta tiene absoluta centralidad dentro del Gobierno y en el esquema peronista (Gustavo Gavotti)

“Entre los propios la situación está más ordenada. De eso no hay duda. Todo está más cohesionado. Nadie está sufriendo este momento”, sostuvo un importante funcionario nacional. Ese ordenamiento es consecuencia directa de la centralidad de la titular del Senado y de la decisión del Presidente de dar un paso al costado del círculo donde apuntan todos los reflectores.

En las entrañas del Gobierno entienden que el problema de los roles que ocupa cada uno contribuyó en la guerra interna que vivió el peronismo durante el último año. Un funcionario que conoce bien a los tres socios lo definió así: “Los inconvenientes empiezan cuando Cristina entiende que tiene que tomar decisiones porque Alberto no las toma o cuando Sergio tiene un rol que excede al de presidente de la Cámara y no está cómodo ahí”.

¿Qué cambió ahora? Cristina Kirchner tiene en claro el lugar que ocupa desde hace tres semanas y cómo se ubicaron los distintos sectores peronistas en relación a ella, mientras que Alberto Fernández se alienó a la Vicepresidenta y dio señales claras de acercamiento y pacificación. Tienen la relación que pueden. Como siempre ha sucedido.

¿Sergio Massa? En el oficialismo aseguran que ahora está mucho más cómodo. Que tiene delimitada la cancha en la que se mueve, una agenda clara y un gran margen de acción para tomar decisiones. En gran medida gestionado por él y avalado por sus socios en la coalición.

En el Gobierno lo notan cómodo a Massa y con margen para tomar decisiones fuertes (REUTERS/Matias Baglietto)
En el Gobierno lo notan cómodo a Massa y con margen para tomar decisiones fuertes (REUTERS/Matias Baglietto)

“Se paró la sangría de dólares y se evitó hacer una devaluación. Ahora hay que ordenar la macroeconomía. El contexto que tiene le permite tomar decisiones. El escenario económico es el que se puede. ¿Qué le vamos a pedir a Sergio? ¿Qué haga milagros?”, detalló un destacado ministro del Gabinete.

En el peronismo tienen en claro que la unidad de emergencia que se había generado después del alegato de Luciani, y que se fortaleció luego del atentado en Recoleta, puede diluirse con el paso del tiempo. Sobre todo teniendo en cuenta que aún faltan largos meses para que empiece el proceso electoral, un tema que quedó fuera de la agenda por estos días.

Sin embargo, advierten que la situación actual sirvió para pacificar puertas adentro, alineó voluntades detrás una causa común y puso en el freezer los reproches públicos entre las distintas terminales. En definitiva, modificó la convivencia de la coalición. No se sabe por cuánto tiempo, aunque los cambios de roles fueron bruscos y podrían contribuir a un orden sostenido en el tiempo.

En el oficialismo esperan el momento en que Cristina Kirchner vuelva a hablar. Sus palabras serán determinantes para saber hacia dónde se dirigirá el gobierno y el peronismo en los próximos meses. Nadie sabe cuándo será ese momento. Es impredecible.

“El actual es un esquema de suma positiva. No hubo muchos momentos durante el gobierno en el que Alberto, Cristina y Sergio estuvieran tan alienados como ahora”, reconoció un importante funcionario con acceso al despacho presidencial. Esa es la foto del presente. El retrato del peronismo después de la convulsión que generó el atentado a la Vicepresidenta.

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