El Gobierno respaldó a Vaca Narvaja, quien calificó de provocación la visita de Nancy Pelosi a Taiwán

Sabino Vaca Narvaja obtuvo la confianza total de Alberto Fernández cuando logró que Xi Jinping aceptará la renovación de un swap chino por 8.500 millones de dólares que aún integran las reservas del Banco Central. Por ese silencioso movimiento diplomático, que se fortaleció con la obtención de las vacunas Sinopharm en plena pandemia, Vaca Narvaja tiene plena autoridad de hecho para hablar sobre China sin consultar a Alberto Fernández y al canciller Santiago Cafiero.

“Nosotros estamos seguros de que esta visita ha sido una provocación para China y ha sido un problema para toda la comunidad internacional”, señaló Vaca Narvaja en relación a la gira oficial que Nancy Pelosi -titular de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos- hizo a Taiwan.

Alberto Fernández y Cafiero estaban en la asunción de Gustavo Petro en Bogotá cuando se conocieron las declaraciones del embajador en China. Y los dos se enteraron por los medios de comunicación: nunca instruyeron a Vaca Narvaja para que fijara la posición del país respecto a la visita de Pelosi a Taiwan.

Sin embargo, el Presidente y su canciller no desmentirán a Vaca Narvaja y menos aún ordenarán su regreso a Buenos Aires.

Vaca Narvaja tiene llegada directa a la nomenclatura que rodea al líder comunista Xi Jinping, y el Gobierno optó por privilegiar ese acceso a relativizar un juicio diplomático que cuestiona la posición geopolítica de Estados Unidos frente a la estrategia expansionista de China.

“Argentina reconoce al Gobierno de la República Popular China como el ´único Gobierno legal de China´ y tomó nota de lo reafirmado por este país en el sentido de que ´Taiwán es una parte inalienable del territorio de la República Popular China´; aseguró un vocero del Gobierno cuando fue consultado por las declaraciones públicas de Vaca Narvaja.

La explicación diplomática de la Casa Rosada ratifica la relación estratégica que el Gobierno urdió con Beijing.

Las opiniones de Vaca Narvaja se suman a la decisión de Silvina Batakis de autorizar un endeudamiento de 5.000 millones de dólares para construir dos centrales hidroeléctricas en Santa Cruz con financiamiento de tres bancos chinos. Batakis viajó a Río Gallego el último día de su gestión como ministra de Economía, y cumplió órdenes precisas de Alberto Fernández.

Joseph Biden considera que China es el enemigo global de los Estados Unidos. Y al principio de su mandato diseño una estrategia de contención de Beijing, que utiliza las necesidades económicas y financieras de países pobres o en crisis permanentes para expandir su poder alrededor del mundo.

Esa estrategia de China se puede observar en su decisión de financiar centrales nucleares, represas hidroeléctricas, puentes, líneas de ferrocarril y emprendimientos energéticos en toda la Argentina. Y no se trata sólo de la Argentina: a través de su proyecto El Camino de la Seda (OBOR), Beijing financia obras públicas en América Latina, África y Asia.

Pelosi es la titular de la Cámara de Representantes de Estados Unidos y segunda en la sucesión presidencial. Su visita a Taiwan provocó una sucesión de ejercicios militares chinos alrededor de la Isla y un enfriamiento abrupto de las relaciones diplomáticas entre Washington y Beijing. En este contexto, Xi Jinping ordenó que se suspendiera la colaboración diplomática con la Casa Blanca respecto al Acuerdo de París y el Cambio Climático.

Las declaraciones de Vaca Narvaja complicarán las negociaciones de la Argentina en el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la posibilidad de acceder a la ayuda financiera que se aprueba en el Capitolio. Estados Unidos es el principal accionista de los Estados Unidos en el FMI, y Pelosi es la presidenta de la Cámara de Representantes.

Alberto Fernández puede pagar en DC por una declaración de Vaca Narvaja en China que nunca autorizó.