La Agencia Federal de Inteligencia editó un “Manual de zona de las islas Malvinas”

La recopilación de datos corrió por cuenta de la Escuela Nacional de Inteligencia y el material se presenta como de “utilidad” para la toma de decisiones para elaborar “estrategias” a la hora del reclamo de soberanía sobre las islas

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La portada del Manual sobre Malvinas de la AFI y la ENI
La portada del Manual sobre Malvinas de la AFI y la ENI

La Agencia Federal de Inteligencia (AFI) editó junto a su brazo educativo la Escuela Nacional de Inteligencia (ENI), un compendio de información denominado “Manual de zona de las islas Malvinas”. El documento que tiene 117 páginas comenzó a circular hace unas semanas, cerca de la fecha en la que se recuerdan los 40 años del desembarco de las tropas argentinas en Puerto Argentino.

La primera página corresponde a la portada. Allí aparece el nombre de la mujer que dirigió la investigación y de quienes la secundaron en la tarea y lleva la frase “Investigaciones ENI”. La ilustración es una imagen de las islas Malvinas.

En la segunda página se leen los nombres de las autoridades de la Escuela Nacional de Inteligencia que trabajaron en el proyecto. Infobae no los revela porque las identidades de los agentes/funcionarios están protegidos por la Ley de Inteligencia. La interventora de la AFI es la ex fiscal de Instrucción Cristina Caamaño y el director de la ENI, F.S. es un abogado que hace unos años fue defensor del ex Jefe del Ejército, César Santos del Corazón de Jesús Milani.

En la misma página, luego de conocer el nombre de todos los involucrados en la investigación y recopilación de datos se explica que: “Este Manual de zona fue realizado en el marco de los proyectos de investigación académica de desarrollados desde la Subdirección de Investigación y Biblioteca de Escuela Nacional de Inteligencia. Dicha área fomenta la investigación académica y la producción científica vinculadas con los lineamientos de la política de Inteligencia nacional y con aquellos temas relacionados con las funciones que cumple el Sistema de Inteligencia Nacional”.

La Agencia Federal de Inteligencia explicó a Infobae que el “Manual” fue una versión primigenia del proyecto de editar una publicación con motivo del aniversario de la guerra. Aquella idea del “Manual” fue descartada y reemplazada por otra publicación que comenzó a circular y cuyo título es “Una mirada diferente” a 40 años de la Guerra de Malvinas.

El Manual tiene una introducción y diez capítulos que hablan desde la flora y la fauna hasta la actividad económica productiva de las islas. Pasando por la educación, la salud la cultura y las fuerzas militares y de seguridad asentadas en el lugar. También se publican datos sobre el transporte, infraestructura y el medio ambiente.

La Introducción señala que: “La causa Malvinas es el nombre con el que nos referimos a la disputa vigente entre la Argentina y Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte (en adelante, Reino Unido) por el territorio correspondiente a las islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes. La recuperación de este territorio es, de acuerdo a la Disposición Transitoria Primera de la Constitución Nacional argentina, un objetivo permanente e irrenunciable del pueblo argentino. Es por ello que, desde el 3 de enero de 1833, cuando Reino Unido ocupó ilegalmente las islas y expulsó a las autoridades argentinas, nuestro país ha sostenido denuncias regulares a la ocupación británica y la ratificación de su soberanía sobre dichos espacios”.

Para luego agregar que: “Asimismo, este accionar gubernamental ha sido acompañado por una intensa actividad académica y profesional que da cuenta no solo de la importancia que dicha causa tiene para el conjunto de la sociedad argentina, sino también de las múltiples dimensiones desde las cuales es preciso estudiar el fenómeno Malvinas. En efecto, a la cuestión política se le suman también las consideraciones en materia geopolítica, social, cultural, económica, ambiental, histórica y militar, entre otras. En ese marco, y considerando que solo se puede defender aquello que se conoce, se confeccionó el presente Manual de zona de las islas Malvinas, que describe de forma precisa y actualizada las principales características de dicho territorio y brinda información sobre los factores físicos, políticos, económicos, sociales, seguridad y defensa, energéticos, científico-tecnológicos, logísticos y ambientales”.

Autoridades de la ENI y presentación del Manual
Autoridades de la ENI y presentación del Manual

La ENI informó cómo se hizo la publicación: “Las técnicas de investigación empleadas para el desarrollo del presente Manual de Zona consistieron principalmente en la recolección de datos de archivo y análisis documental, obtenido de diversas fuentes, tales como documentos oficiales publicados por los gobiernos de la Argentina y Reino Unido; documentos, normas y archivos provenientes de organismos internacionales; documentos y archivos formulados por organizaciones no gubernamentales; libros, artículos académicos publicados en revistas científicas y/o en publicaciones gubernamentales; ponencias en congresos y artículos e investigaciones periodísticas publicadas en medios nacionales e internacionales. Consideramos que contar con un documento de estas características será de gran valor a la hora de formular hipótesis respecto a la relación entre los diferentes factores o aspectos que hacen al territorio mencionado. De esta manera, esperamos que la información brindada resulte de utilidad en la elaboración de estrategias que permitan la dirección exitosa del reclamo soberano argentino sobre las islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes”. Es decir que recopilaron todo lo público que hay sobre Malvinas.

En el capítulo histórico, que abarca desde el descubrimiento de las islas hasta el año 2020, hay un apartado dedicado a la guerra de la que se cumplen 40 años. La referencia al conflicto bélico tiene poco más de una página: “En febrero de 1982, en un encuentro celebrado en Nueva York, Argentina dio por fracasadas las negociaciones con Reino Unido tras tomar conocimiento de que la contraparte británica no había estudiado ni considerado la propuesta argentina realizada en el marco de las negociaciones. Semanas más tarde, un contingente de obreros argentinos desembarcó en Puerto Leiht (Georgias del Sur) para desmantelar una instalación fabril perteneciente a la industria ballenera. Pese a que la operación fue autorizada por la embajada de Reino Unido en Buenos Aires, la administración británica de las islas protestó ante el presunto izamiento de la bandera argentina en Puerto Leith y comunicó los hechos al gobierno de Reino Unido. Este último autorizó el despliegue de un buque de guerra con infantes de marina para revertir la situación y expulsar a los argentinos. Por su parte, el gobierno argentino ordenó el envío a Malvinas de un buque de la Armada que estaba realizando maniobras en la Antártida y poseía una dotación de comandos anfibios para que impidiera el desalojo de los obreros. La intervención británica en la Georgias precipitó la decisión del gobierno argentino de invadir las islas para forzar a Reino Unido a negociar la soberanía”.

El Manual señala que: “El 2 de abril de 1982, luego de un desembarco militar y una exitosa operación de recuperación conocida como Operación Azul u Operación Virgen del Rosario, la bandera argentina es izada en los mástiles de Puerto Argentino. A partir de ese hito histórico, se anuló todo tipo de conversación diplomática con Reino Unido relacionada a la cuestión Malvinas. Tras la negativa argentina de retirar a los efectivos militares de las islas, Reino Unido envió una fuerza de tareas conjunta con la orden de recuperar el control británico de los archipiélagos (incluyendo Georgias y Sandwich del Sur) por medios militares. Los intentos diplomáticos y las mediaciones de terceros países para que la guerra fuera evitada fracasaron. De esta manera, Reino Unido pudo ganar tiempo para alistar su flota y enfrentar a una fuerza militar que realizó una operación que debía culminar en una negociación diplomática y no en una guerra. Incluso iniciadas las primeras hostilidades militares británicas, el gobierno argentino todavía confiaba en que una salida diplomática era posible. Sin embargo, el hundimiento del crucero ARA General Belgrano demostró que no habría una solución pacífica. A partir de ese acontecimiento, el gobierno argentino tuvo que asimilar que estaba en una guerra para la que no se había preparado. Las operaciones militares cesaron el 14 de junio de 1982 con la rendición de las tropas argentinas en Puerto Argentino. No es objeto del presente trabajo analizar el conflicto bélico desde perspectiva militar, pero sí es digno de destacar el coraje y la audacia de las tropas argentinas. En efecto, la actuación militar argentina en este conflicto provocó que las potencias de la OTAN estudiaran, modificaran y actualizaran algunas tácticas de guerra aeronaval y guerra antisubmarina. Las hazañas militares de las Fuerzas Armadas Argentinas siguen siendo reconocidas en la actualidad por diferentes ejércitos del mundo”.

No tiene nada desconocido, nada que no sea público, nada vinculado con la inteligencia ni con el casi siempre secreto y misterioso mundo de los espías.

De hecho la palabra “inteligencia” se lee solo dos veces en el texto. La primera vez que la palabra “inteligencia” aparece en el Manual es en la página 25 en la Introducción, dentro de los hechos históricos mas recientes. Allí se recuerda un discurso de la ex presidente Cristina Kirchner. El Manual dice que: “El 2 de abril del 2014, durante el acto en conmemoración de los Veteranos de Guerra, Cristina Fernández presentó el nuevo billete de cincuenta pesos argentinos con las islas Malvinas como imagen principal. En esa oportunidad, la presidenta argentina argumentó que `Las Malvinas son la mayor base nuclear de la OTAN en el Atlántico Sur y de sistemas de inteligencia electrónica´”.

Cristina Caamaño, interventora de la Agencia Federal de Inteligencia
Cristina Caamaño, interventora de la Agencia Federal de Inteligencia

“Al día siguiente-continúa el Manual-, el gobierno británico recriminó la neutralidad del gobierno de los Estados Unidos respecto a la cuestión Malvinas y le reprochó no haber reconocido al referéndum de autodeterminación de los isleños. Por su parte, el gobierno de los Estados Unidos aclaró que su posición histórica de no injerencia en una disputa bilateral no se modificará y expresó a través de un vocero oficial: “Animamos al Reino Unido y a la Argentina en la cooperación en cuestiones prácticas y seguimos instando a una solución pacífica a la cuestión general […] Creemos que es importante que las partes sean constructivas en su enfoque, centrado en los esfuerzos que faciliten una resolución”.

La segunda aparición de la palabra “inteligencia” en el texto se produce en la página 79, dentro del capítulo sexto titulado “Factor defensa y seguridad”.

Allí se lee: “En el año 2015 fuentes oficiales afirmaban que Malvinas es “económicamente autosuficiente en todas las áreas excepto en defensa, cuyo costo asciende a cerca del 0,5% del presupuesto total en defensa del Reino Unido” . En el año 2015 este 0,5% representaba, aproximadamente, £175 millones, casi 270 millones de dólares estadounidenses (prácticamente lo que destina Guatemala a su sistema de defensa). Sin embargo, en estos cálculos no se contabiliza la inversión de £180 millones anunciada, en marzo de 2015, por el entonces secretario de estado para la defensa, Michael Fallon, para la mantención y actualización de la infraestructura en las islas. Se trata de un compromiso a diez años que incluye £ 55,7 millones para mejorar la central eléctrica de Mount Pleasant Camp, £ 19 millones para mejorar las instalaciones en Mare Harbour, £ 20 millones para mejorar las instalaciones de los radares y £ 78 millones para desarrollar una red de gestión, comando, control, comunicaciones, informática e inteligencia”.

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