Jorge Arguello, representante argentino en Washington, almorzó con Marc Stanley, futuro embajador de Estados Unidos ante la Casa Rosada. Arguello y Stanley repasaron la relación bilateral y analizaron los efectos sociales y económicos de la Pandemia, la negociación con el Fondo Monetario Internacional y la posible presidencia de Alberto Fernández en la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
Stanley es abogado y muy cercano a Joseph Biden, presidente de los Estados Unidos. Nació en Texas y durante seis años fue titular del Consejo Nacional Judío Demócrata. Tiene opinión formada sobre las causas y consecuencias de los ataques terroristas a la Embajada de Israel, la AMIA y la muerte del fiscal federal Alberto Nisman.
Arguello recibió a Stanley en la embajada y almorzaron durante casi tres horas. Costillar asado, vino malbec de Mendoza, ensaladas de verdes y souffle de dulce de leche, fue el menú que compartieron ambos embajadores.
Stanley reveló a Arguello que solicitó a Biden ser designado embajador en la Argentina. Y agregó que su intención es conocer las 24 provincias y lograr un continuo intercambio entre los distintos ministros que integran los gabinetes de la administración demócrata y del Frente de Todos.
Arguello y Stanley comparten un hecho común: los dos tienen una fuerte relación personal con sus respectivos presidentes, y esta inédita clave política servirá al momento de acelerar las negociaciones con el FMI. Sin Estados Unidos apoyando, Argentina no obtendrá la refinanciación del crédito de 44.000 millones de dólares que Mauricio Macri contrajo en 2018.
Cuando su pliego de designación fue evaluado en el Capitolio, Stanley exhibió una posición critica respecto al programa económico del Gobierno. “La Argentina es un hermoso autobús turístico al que las ruedas no le están funcionando”, opinó el embajador ante los senadores demócratas y republicanos.
Y remató sin eufemismos: “La deuda del FMI es enorme. Sin embargo, el problema es que es responsabilidad de los líderes argentinos elaborar un plan macro para devolverla, y aún no lo han hecho. Dicen que ya pronto viene uno”.
Arguello explicó a Stanley -en términos generales- cómo está la negociación que ejecuta Martín Guzmán, y qué propone Alberto Fernández al Fondo para refinanciar la deuda sin que ello implique un programa de ajuste económico y social. El embajador y su esposa llegaran a Buenos Aires en enero, un mes muy importante para recorrer la última milla antes de cerrar un crédito de Facilidades Extendidas con el FMI.
Alberto Fernández apuesta a lograr la presidencia de la CELAC durante la cumbre de cancilleres que deliberará en Buenos Aires a principios de enero. Nicaragua se oponía a la designación de Alberto Fernández, pero en las últimos días habría sucedido un milagro diplomático que involucró a Cuba, Venezuela y Bolivia. Si el milagro no se evapora, Daniel Ortega habilitaría la designación de Alberto Fernández en la CELAC.
Estados Unidos no integra la CELAC, y las intenciones del Presidente es convertir este organismo multilateral en un reemplazo geopolítico de la Organización de Estados Americanos (OEA), que lidera Luis Almagro. Alberto Fernández cree que Almagro es funcional a la Casa Blanca, y busca una diagonal diplomática para atenuar su poder regional.
A los postres, Arguello adelantó a Stanley que Alberto Fernández tiene muchísimas posibilidades de acceder a la presidencia de la CELAC. El embajador argentino explicó a su colega demócrata que el Presidente dirigiendo la CELAC puede contribuir a mejorar la estabilidad política en América Latina.
Stanley escuchó con atenciones las explicaciones de Arguello y ratificó su decisión de profundizar las relaciones entre Biden y Alberto Fernández. Los dos saben que están en marcha todos los mecanismos diplomáticos y políticos para lograr un visita presidencial a Washington.
Pero el COVID-19 atacó sin piedad la capital de los Estados Unidos. Y todo se ha retrasado de nuevo.