Un día con Florencio Randazzo: liturgia peronista, la contención familiar y los costos de ser un personaje público

Infobae acompañó al candidato a senador de Cumplir durante una jornada de campaña electoral

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Verónica, Fernando, Cristina. Cristina, Verónica, Fernando. Los nombres, en diferente orden, al derecho y al revés, decoran las pobladas calles de Gregorio de Laferrere. La cartelería es abrumadora. Son las cuatro de la tarde de un martes caluroso y peronista. 17 de octubre. Día de la lealtad. La Matanza, donde el kirchnerismo pisa fuerte de la mano de la intendenta local Verónica Magario, y su antecesor Fernando Espinoza, es el escenario territorial elegido por Florencio Randazzo para reforzar la idea de que él es un peronista de la primera hora. Uno de los que no se fue del PJ.

En el estadio de Deportivo Laferrere esperan el inicio del acto los principales dirigentes de Cumplir. El "Flaco" no llega, un locutor da comienzo a la ceremonia partidaria y la impaciencia se impone en el microclima tras bambalinas. El tránsito está colapsado en las afueras de la cancha. El ruido de las bocinas se mezcla con la ansiedad de los organizadores del acto. Randazzo se subió a una camioneta en La Plata, a las tres de la tarde, y tardó casi dos horas en llegar. El viaje al conurbano profundo duró más de lo previsto.

Por ser una persona pública hay que pagar un costo importante

El acto en La Matanza fue la única actividad del día para el ex ministro del Interior y Transporte. Durante el traslado aprovechó el tiempo para repasar el discurso que iba dar y distenderse después de una cadena de días de campaña. Prefiere actos y discursos cortos. Entiende que la forma de comunicar no solo cambió en los medios, sino también en la política. Por eso, cuarenta y cinco minutos después de su llegada a la cancha, se siente satisfecho por el tiempo que estuvo arriba del escenario. "Me siento cómodo en los medios, no es lo que más me gusta, pero puedo dar explicaciones", reflexiona.

(Nicolás Aboaf)
(Nicolás Aboaf)
(Nicolás Aboaf)
(Nicolás Aboaf)

El Día de la Lealtad le consumió la mayor cantidad de energías en la jornada del martes. Lo mismo le sucedió a los miles de militantes que estaban bajo el sol de octubre sosteniendo banderas del Movimiento Evita, la Corriente Clasista Combativa, la UOCRA y la UOM. Mientras el sonido de las trompetas atravesaba el aire espeso y se posicionaba por encima del golpe permanente de los bombos, los dos hombres que manejan el contacto de Randazzo con la prensa se enteraron que apareció un cuerpo sin vida en el río Chubut. Suponen, en esas primeras horas de incertidumbre, y como todos los que leen la noticia en sus celulares, que puede ser el de Santiago Maldonado.

Pasadas las cinco de la tarde, Randazzo se convierte en el cuarto dirigente en 48 horas en hacer una referencia directa a la figura del general Juan Domingo Perón. Antes de él, lo habían hecho Cristina Kirchner, Esteban Bullrich y Luis D'Elía. Cada uno dio su versión de a quién votaría si estuviese vivo. Randazzo, entonces, le puso un título concreto a ese conjunto de frases. "Es una especulación electoral. Pareciera que vale todo. Yo no creo en eso". Lo dice sentado en la camioneta que lo dejará, antes de la caída del sol, en sus oficinas del Palacio Raggio. La mueca de su rostro denota fastidio y enojo.

(Nicolás Aboaf)
(Nicolás Aboaf)

Mientras estira sus piernas en el asiento del fondo y juega con la botella de agua que le dieron sus colaboradores apenas se sentó, el candidato destierra del pasado una expresión que quedó instalada en la política argentina como símbolo de cambio abrupto. "La borocotización pasó a ser una moneda corriente. Hay candidatos que, pese a que no terminaron las elecciones, como no les va bien, se peronizaron. Cristina es una y Massa es otro". Después se pregunta por qué sus dos rivales políticos no compitieron en una PASO dentro del peronismo. Aún le cuesta digerir la jugada de ajedrez de la ex presidente.

La familia del político

A pocos kilómetros de llegar a Capital Federal, Randazzo acepta hablar del lugar que ocupa su familia con respecto a su rol político. Prefiere no hacerlo. Es meticuloso en el manejo público de su vida familiar. Cuida la privacidad y los rostros de los suyos. Es una decisión a la que abraza con convicción. "Mi familia no participa de la vida pública política porque me parece que no es bueno. Es una inmoralidad. Sobre todo cuando tenés pibes que no tienen la posibilidad de discernir si quieren ser públicos o no. Utilizarlos para sacar un punto más o punto menos, como hacen muchos candidatos…..me acompañan desde un lugar particular, que es hacerme sentir bien". En el transcurso de la respuesta, se le escapa una frase que destila resignación: "Por ser una persona pública hay que pagar un costo importante".

"Mi mujer siempre me dice que hay que hacer lo que dicte el corazón. Cuando decidí no ser candidato a gobernador y pasaron un par de días, me dijo: 'Me hubieras decepcionado si hubieras aceptado'. Ella sabía lo que yo pensaba y creía". El recuerdo es del 2015, cuando Cristina Kirchner le ofreció ser el postulante para reemplazar a Daniel Scioli en la provincia de Buenos Aires. Ese instante en su vida política marcó una ruptura en el vínculo con la ex presidente. Dijo que no y se fue a su casa un día después de la asunción de Mauricio Macri. En gran medida, el pasado es una respuesta del presente.

infobae
(Nicolás Aboaf)
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El acto en Laferrere fue el principio y el final del día de campaña. Prefirió no hacer otra recorrida ni visitar canales de televisión. Priorizó concentrar su energía en el discurso electoral y en el diálogo con Infobae. Para el miércoles -ayer-, el líder de Cumplir tenía previsto una recorrida por La Plata y un viaje en el renovado tren Roca, pero las noticias que llegaron desde Esquel y las novedades del caso Maldonado modificaron el cronograma. Cambió todo. Alteró sus planes y el de toda la dirigencia política argentina, que puso en suspenso la campaña electoral.

De vuelta a la familia. Ahora el candidato dedica algunos minutos de la entrevista a hablar sobre su padre. "Me parece que falleció ayer y fue hace 20 años. La vida se te va rápido, más cuando barrés los 50 años. Por suerte tengo a mi vieja y somos seis hermanos". La nostalgia le subió por los tobillos e impactó de lleno en su pecho. "Estaría orgulloso de tener un hijo que defiende con dignidad los valores que le inculcaron en la casa", aseguró.

Último aliento

El trayecto de regreso a Buenos Aires le sirvió a Randazzo para repasar el armado del cierre de campaña en Chivilcoy, su ciudad natal. "¿Quiénes hablan en el acto? ¿Está organizado eso ya?", le preguntó a su vocero. El hombre que va vestido de negro en el asiento de adelante es su sombra; una pieza importante en el pequeño grupo del que se rodea el ex ministro para tomar decisiones. Una mesa chica con sangre chivilcoyana. Finalmente, no hubo acto de cierre.

(Nicolás Aboaf)
(Nicolás Aboaf)
(Nicolás Aboaf)
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La ‘borocotización’ pasó a ser una moneda corriente

La camioneta se acerca a las oficinas randazzistas, destino final del viaje. La renovación en el peronismo se transforma en el último tema de la entrevista. "Para elegir quién es el candidato hay que ir a una PASO. Randazzo es coherente. Lo que dijo en el 2015 y 2017, lo va a decir en el 2019. Nadie tiene el dedo poderoso para elegirle un candidato a la gente. Solamente la soberbia de Cristina Kirchner. La soberbia de creer que Perón y Evita la votarían a ella y a (Jorge) Taiana", fue el resumen sobre lo que piensa del nuevo tiempo en el peronismo.

(Nicolás Aboaf)
(Nicolás Aboaf)

Los destellos fluorescentes de los tubos cambian radicalmente la luz del espacio. El decorado urbano ahora tiene autos dormidos. El estacionamiento del Palacio Raggio marca el final de la jornada laboral. Un día más de campaña. Un día más en el traje de político. La noche avanza. En La Plata hay una mujer y dos hijos esperando para comer. Hay una silla vacía y una vida normal detrás de la puerta principal de la casa de los Randazzo.

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