Desafío extremo: hacer rafting en los 'rápidos' de Mendoza

Reconocida mundialmente por la intensidad de sus ríos, esta provincia ofrece la posibilidad de practicar este deporte en aguas que alcanzan hasta un grado cinco de dificultad

Compartir
Compartir articulo

Para los apasionados de los deportes acuáticos que buscan un poco de adrenalina, Mendoza es el marco ideal para probar nuevos desafíos.

El rafting es un deporte muy popular en la provincia porque puede ser practicado por chicos y mayores, siempre teniendo en cuenta el grado de dificultad que presente el tramo del río en el que se va a desarrollar la actividad.

El Rio Mendoza nace en el Aconcagua y desciende alcanzando 'rápidos' de hasta clase cinco de dificultad. Esta vez, la actividad comienza en Potrerillos –a 70 kilómetros de la Capital- donde se atravesarán aguas de clase tres.

Una vez que los tripulantes fueron equipados con trajes de neoprene, chalecos salvavidas y cascos, reciben una charla de seguridad donde, por ejemplo, aprenden la técnica de rescate en caso de que alguien caiga al agua.

En tierra, se aprenden algunos tips básicos para remar en los rápidos y la señal más importante: responder siempre a las indicaciones que de el guía de la excursión que es quien comanda el rumbo de la balsa y quien define cuál será la función de cada tripulante y los códigos de comandos.

Por lo general, se trata de embarcaciones de 14 o 16 pies con capacidad para 6 personas más el guía

La aventura está cargada de adrenalina e implica un esfuerzo físico casi constante de todo el grupo para mantener el rumbo de la embarcación. Se navegan tramos con olas impredecibles, pozos, remolinos, cascadas, cambios de corrientes que cargan de intensidad a la actividad.

Para tener una idea sobre la dificultad de este deporte se puede destacar que para navegar en un rafting Clase V es necesario tener entrenamiento específico en esta actividad ya que requiere de una gran técnica y conocimiento de los ríos.

A lo largo de su cauce, cuando el río baja su agresividad y le da un respiro a los aventureros, se puede admirar la imponente belleza natural formada por cadenas montañosas que rodean a estas aguas

El río Mendoza, por su caudal y por el desnivel que recorre principalmente entre Uspallata y Potrerillos, es el cauce perfecto para adentrarse con las balsas y está considerado como el mejor sitio en todo el país para su práctica.

Dentro de la clasificación que va de 1 a 6 en forma creciente por dificultad, está catalogado como de 3, 4 y hasta 5 grados según el sector, es decir, lo suficientemente rápido para asegurar la diversión extrema.

Animarse a recorrer los rápidos mendocinos es sin dudas, una experiencia intensa que muchas veces puede terminar con un sorpresivo y placentero chapuzón.