Hernando Tavera: “El Perú sigue sin prepararse para un gran sismo y Chimbote es la muestra”

Tavera insistió en que los simulacros, aunque valiosos, deben ser parte de la vida cotidiana y practicarse en familia al menos cinco minutos cada fin de semana

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La UGEL Santa identificó daños
La UGEL Santa identificó daños en muros, techos y lozas deportivas de 15 instituciones educativas tras el sismo del 27 de diciembre. - Crédito: UGEL Santa

El último fin de semana de 2025 quedará en la memoria de los habitantes de Chimbote y la costa norte del Perú por la serie de sismos que dejaron 51 personas heridas, múltiples daños materiales y una población en alerta. En entrevista con RPP Noticias, Hernando Tavera, presidente del Instituto Geofísico del Perú (IGP), ofreció un riguroso análisis de lo ocurrido, alertó sobre la persistencia del “silencio sísmico” y advirtió que el país, pese a los avances, sigue sin estar debidamente preparado para enfrentar un evento de gran magnitud.

Tavera inició su intervención recordando que las réplicas tras un sismo de magnitud 6.0, como el ocurrido en Chimbote, son un fenómeno natural y temporal. “En el sismo de Pisco 2007 tuvimos réplicas durante 45 días y sobrepasaron las 5.000. Ahora, por la magnitud y área de ruptura, las réplicas en Chimbote serán menos y de menor duración”, explicó. Sin embargo, expresó su preocupación porque la población sigue reaccionando como si cada sismo fuera la primera vez: “No estamos aprendiendo de la experiencia. Como país sísmico, deberíamos recoger lecciones y trabajar en reducir nuestro nivel de riesgo”.

Silencio sísmico y riesgos acumulados

Sobre el concepto de “silencio sísmico”, Tavera fue categórico: “Los sismos grandes toman siglos en repetirse. En Lima, por ejemplo, no ocurre un evento importante desde hace más de 275 años”. Precisó que el riesgo se incrementa no solo por el tiempo transcurrido, sino por el crecimiento urbano desordenado: “El daño hoy sería mucho mayor que en 1746 porque las ciudades han crecido y muchas viviendas han sido construidas sin estudios de suelo ni dirección profesional. En Lima, y también en Chimbote y otras ciudades costeras, el crecimiento poblacional y la autoconstrucción han elevado el riesgo”.

Sismo de magnitud 4.8 sacudió
Sismo de magnitud 4.8 sacudió Lima este viernes 26 de diciembre. (Foto composición: Infobae Perú)

¿Estamos preparados para un gran sismo?

A la pregunta de si el Perú está listo para un gran sismo, el presidente del IGP respondió con franqueza: “No. Desde el punto de vista estructural, el riesgo es alto. Las ciudades ya están construidas y lo que queda es prepararnos para reducir nuestro nivel de riesgo”. Tavera insistió en que los simulacros, aunque valiosos, deben ser parte de la vida cotidiana y practicarse en familia al menos cinco minutos cada fin de semana. “La cultura de prevención se construye en el hogar. Solo así lograremos actuar con calma y eficiencia cuando ocurra un sismo real”, sostuvo.

El ingeniero Tavera aclaró que, aunque lo normal es que las réplicas sean de menor magnitud que el evento principal, no existe un patrón rígido. “En 1990, en San Martín, un sismo de 6.0 fue seguido un año después por uno de 6.5 en el mismo punto, mostrando que a veces un sismo puede ser solo el precursor de uno mayor. No tenemos una ‘bola de cristal’, por eso la mejor defensa es la preparación permanente”.

Profundidad del sismo: ¿importa?

Sobre el sismo de Chimbote, cuyo epicentro fue a 52 kilómetros de profundidad, el presidente del IGP explicó que esto ayudó a atenuar el sacudimiento del suelo: “Cuanto más profundo y alejado es el foco, menor es el impacto en superficie. Si hubiera sido más superficial, los daños habrían sido mayores”.

Tavera desmintió la creencia de que los sismos menores ayudan a liberar la energía acumulada y reducen el riesgo de un gran terremoto: “Un sismo de magnitud 6 libera treinta veces más energía que uno de 5, pero uno de 8 libera 27.000 veces más. Los eventos menores no alivian el riesgo en la superficie de contacto de placas. Necesitamos cambiar ese chip”.

Baja participación en simulacros y alerta temprana

El presidente del IGP lamentó que solo un 30-35 % de la población participe en simulacros. “Justamente esa es la población más expuesta cuando ocurra un evento real”, advirtió. Por su parte, el alcalde de la provincia del Santa, Felipe Mantilla, reconoció que los simulacros ayudan a identificar rutas de evacuación, pero admitió que la reacción ante el sismo real fue de pánico generalizado.

Además, Mantilla denunció que el sistema de alerta temprana en Chimbote no funcionó durante el último sismo, generando indignación y desconcierto. El municipio ha solicitado explicaciones a INDECI para corregir esta falla crítica.

El presidente del IGP, Hernando
El presidente del IGP, Hernando Tavera, señala que los recientes sismos en distintas regiones responden a la colisión de la placa de Nazca con la Sudamericana.

Vulnerabilidad de la infraestructura

Las inspecciones posteriores al sismo revelaron desprendimientos de paredes, rajaduras y afectaciones en infraestructuras públicas como el teatro municipal y el hospital La Caleta, así como en edificaciones privadas y comercios. “La antigüedad de los edificios y la calidad de los suelos agravan la vulnerabilidad”, reconoció el alcalde, aunque destacó que no se reportaron víctimas mortales ni daños catastróficos.

Cultura de prevención

Hernando Tavera cerró con una advertencia clara: “El país debe asumir con responsabilidad la cultura de prevención. Participar en simulacros, revisar la seguridad de viviendas, organizarse en comunidad y estar atentos a la información oficial son pasos indispensables. Somos un país sísmico y la prevención es la única defensa real”.

La experiencia en Chimbote es una lección para todo el Perú: los sismos no se pueden evitar, pero sí se puede reducir el impacto si la sociedad asume con seriedad el reto de prepararse y actuar con conciencia.