Los insultos que se solían decir en el Virreinato del Perú: uno de ellos sigue vigente en el norte del país

El uso de las palabras con fines negativos no es exclusivo de nuestros tiempos. Durante la colonia, el lenguaje era un arma tan filosa como cualquier espada

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Los insultos que se solían decir en el Virreinato del Perú. (TikTok @danielenlahistoria)

Las palabras suelen emplearse con fines positivos: calman, animan, enseñan o simplemente acompañan. Un “lo hiciste bien” puede cambiar el ánimo de alguien en segundos, y una frase amable en el momento justo puede tener más efecto que mil consejos. En lo cotidiano, son la base de acuerdos, afectos y aprendizajes.

Sin embargo, también es cierto que no siempre se usan con tanta nobleza. A veces, las palabras se convierten en instrumentos de presión, burla o desprecio. Se infiltran en discusiones familiares, en indirectas disfrazadas de humor o en comentarios que, bajo una apariencia inocente, buscan herir.

El uso de las palabras con fines negativos no es exclusivo de nuestros tiempos. Durante el Virreinato del Perú, el lenguaje era un arma tan filosa como cualquier espada: se empleaban términos cuidadosamente elegidos para atacar el honor y degradar la reputación.

Lima fue fundada por Francisco
Lima fue fundada por Francisco Pizarro en nombre del emperador Carlos V el 18 de enero de 1535. (Andina)

Insultos que hoy podrían parecer arcaicos cargaban entonces una violencia simbólica devastadora, y lo más inquietante es que algunas de esas expresiones no han desaparecido: siguen circulando, adaptadas al siglo XXI, pero con la misma intención de reducir al otro a una caricatura.

Palabras que solían usarse en el Virreinato del Perú como insultos

Antes de dar a conocer las palabras y sus significados respectivos, es pertinente citar a Daniel Montoya Hernández, comunicador e investigador peruano, quien a través de un video expuso cómo hablaban los españoles en el Virreinato del Perú.

“Della se hablaba que era una pezpita rondando a cuanto alarife encontrara, junto con su faltriquera los acechaba. Destos alarifes se enteró que tenían garrotillo. Al enterarse entonces, dixole a sus parientes”, dijo Montoya.
La mujer alta es una
La mujer alta es una tapada limeña en 1858. (estudiosindianos.up.edu.pe)

En este pequeño texto hay palabras que en la actualidad ya no se usan, excepto pespita. Al consultar el Diccionario de la lengua española, se puede conocer que “alarife” es un albañil; “faltriquera”, una bolsa de tela que se ata a la cintura y se lleva colgando bajo la vestimenta; y “garrotillo” es difteria grave u otra forma de angina maligna que solía producir la muerte por sofocación en la colonia.

En cuanto a “della”, “destos” y “dixole”, el investigador Montoya explicó que significan “de ella”, “de estos” y “le dijo”, respectivamente. Conociendo estos significados, es posible comprender mejor el contenido del ejemplo citado líneas arriba.

Durante la colonia, el lenguaje
Durante la colonia, el lenguaje era un arma tan filosa como cualquier espada. (Infobae: LIMA en el Arte / TikTok @danielenlahistoria)

De todos los vocablos mencionados, solo uno sigue vigente y se utiliza como insulto: se trata de “pespita”. En el libro ‘Breve diccionario folclórico piurano’, de Esteban Puig-Tarrats, se explica el significado de este término y se presenta un ejemplo de su uso en Piura.

“Persona coqueta, zalamera, pizpireta”, se lee en el material consultado. En cuanto al ejemplo, se refirió al comportamiento de las mujeres llamadas pespitas: “Dimes y diretes de las comadres que amparándose en la oscuridad del atardecer dirigían su hiriente gracejo a los que transitaban por la calle”.

En Piura todavía se suele
En Piura todavía se suele usar una palabra arcaica para ofender. (mincetur.gob.pe)

Es preciso señalar que el significado de “pespita” se ha mantenido intacto a lo largo del tiempo, al igual que en el plano fonético. Sin embargo, ha experimentado una variación morfológica: durante el virreinato se escribía con “z”, mientras que en la actualidad se emplea la grafía con “s”.

El investigador también dio a conocer otros agravios que se solían decir en la colonia. “¿Cómo se insultaba en la Lima virreinal o en el Virreinato del Perú? Por ejemplo, ‘eres un xayina’ (equivale a) eres un gallina; se usa hasta el día de hoy para (calificar a) personas un poco cobardes o miedosas. ‘Puto’ y también ‘puta‘. Fuerte, ¿verdad? O también ‘hijo de puta‘. (...) Otros insultos eran ‘cabrón‘, que designaba a la persona cobarde”, indicó.

“‘Cagalíndez’ quería decir también miedoso; ‘catacaldos’ se usaba para referirse a una persona irresponsable. ‘Petimetre’ era aquel que exageraba en su afán de verse bien. Otro insulto frecuente era ‘ganapán’, empleado para describir a alguien rudo o tosco. Y, por supuesto, estaba el ‘tragaldabas’, usado para señalar a quienes comían de forma descontrolada o exagerada. Finalmente, se encontraba el ‘licencioso’, término que aludía a quienes se comportaban con desenfreno en temas carnales”, agregó.

Es pertinente indicar que, en el siglo XVI, la grafía “g” y “j” solía representarse con la letra “x”. Por ejemplo, ‘xayinas’ era la forma en que se escribía y pronunciaba lo que hoy conocemos como gallinas. Del mismo modo, la “j” también se reemplazaba con “x” en otras palabras: se escribía ‘dixo’ en lugar de dijo.

La RAE retiró las letras “ch” y “ll” del alfabeto español

En 1994, la Real Academia Española (RAE) decidió retirar las letras “ch” y “ll” del abecedario. No obstante, en los últimos años, numerosos internautas han difundido en las redes sociales esta decisión como si se tratara de una noticia reciente.

En los últimos años, muchos
En los últimos años, muchos internautas han difundido en redes sociales la eliminación de las letras “ch” y “ll” del abecedario como si se tratara de una noticia reciente. (diariogenz)

Sobre el particular, la RAE informó lo siguiente en su página web. “En el X Congreso de la Asociación de Academias de la Lengua Española, celebrado en Madrid en 1994, sin dejar de considerar aún los dígrafos ch y ll como letras del abecedario, se acordó no tenerlos en cuenta como signos independientes a la hora de ordenar alfabéticamente las palabras en el diccionario”.

Con la publicación de la vigesimosegunda edición del diccionario académico en 2001, las palabras como “chico” y “llama” comenzaron a ordenarse alfabéticamente junto con otras que inician solo con “c” y “l”, respectivamente. Como resultado, el abecedario del español quedó conformado por 27 letras: a, b, c, d, e, f, g, h, i, j, k, l, m, n, ñ, o, p, q, r, s, t, u, v, w, x, y, z.

Palabras del castellano en desuso

A lo largo del tiempo, muchas palabras del castellano han ido perdiendo fuerza hasta quedar al borde del olvido. Algunas se usaron durante siglos y formaron parte de la vida cotidiana, pero hoy apenas aparecen en libros antiguos o en la voz de los más mayores.

José León Martín Viana dio a conocer cuáles son estos vocablos a través del portal web Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, donde también presentó sus respectivos significados. A continuación, se ofrece una selección de los términos.

Adelantado.- En tiempo de paz, presidente o justicia mayor del reino; en el de guerra, capitán general, a quien estaban sujetos todos los merinos.

Alcaide.- Nombre que se daba a la persona responsable de la guarda y defensa de un castillo o fortaleza, que lo hacía bajo juramento o pleito homenaje.

Barahunda.- Alboroto, ruido y confusión grande, gritos y risas en anárquica mezcolanza.

Coqueluche.- Enfermedad, hoy conocida como tosferina.

Fruche.- Vocablo con que antiguamente se conocía en Castilla a la hortaliza.

Jubon.- Prenda de vestir muy ceñida al cuerpo, que cubría al hombre desde los hombros hasta la cintura.

Datos sobre el virreinato en Perú

El Virreinato del Perú fue una entidad territorial del Imperio español creada en 1542 por la Corona española, con capital en Lima. Surgió tras la conquista y caída del Imperio incaico, mediante las Leyes Nuevas dictadas por Carlos I, y reemplazó a las antiguas gobernaciones de Nueva Castilla y Nueva Toledo.

En su momento de máxima extensión, abarcó casi toda Sudamérica, incluyendo territorios de los actuales Argentina, Uruguay, Paraguay, Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador, Panamá, Perú y partes de Brasil, con la excepción de Venezuela y la mayor parte de Brasil, que estaban bajo otras jurisdicciones. Con las Reformas Borbónicas en el siglo XVIII, su territorio se redujo considerablemente: en 1717 se creó el Virreinato de Nueva Granada y en 1776 el Virreinato del Río de la Plata, quedando el Virreinato del Perú reducido principalmente al actual Perú y el norte de Chile.

La identidad se basaba en
La identidad se basaba en la riqueza del territorio y las diferencias locales. (Historia del Perú)

La autoridad máxima era el virrey, representante del rey de España, encargado de administrar justicia, el tesoro público y la evangelización de los indígenas. El territorio se dividía en provincias llamadas corregimientos, luego reemplazadas por intendencias en el siglo XVIII. Existían organismos como las Audiencias, que impartían justicia, y los corregidores, responsables de la administración local.

Uno de los virreyes más destacados fue Francisco Álvarez de Toledo (1569-1581), quien implementó el sistema de la mita —trabajo forzado indígena en minas como las de Potosí— y las reducciones, agrupando a las familias indígenas para facilitar el control y la recaudación de tributos. El virreinato fue un centro crucial de producción de plata en el mundo, especialmente gracias a las minas de Potosí y Huancavelica.

El Virreinato del Perú fue el último bastión realista en Sudamérica durante las guerras de independencia. Tras la proclamación de la independencia en Lima en 1821 por José de San Martín, la resistencia realista continuó en el interior hasta la batalla de Ayacucho en 1824, que marcó el fin del virreinato y la independencia definitiva del Perú.

La fortaleza de Belmonte se
La fortaleza de Belmonte se alza sobre el cerro de San Cristóbal, en las afueras de la villa del mismo nombre, ubicada al suroeste de la provincia de Cuenca.

¿Por qué al español también se le llama castellano?

El idioma que hoy se conoce como español también recibe el nombre de “castellano” porque se originó en el antiguo Reino de Castilla, una de las regiones históricas de la península ibérica. Allí, entre los siglos IX y XI, el latín vulgar evolucionó en un dialecto propio que más adelante se consolidó como la lengua predominante gracias a la expansión territorial de Castilla.

Con el devenir del tiempo, esta lengua se difundió por toda España y, tras la conquista de América, se extendió por gran parte del continente americano. Si bien el término “español” hace referencia al idioma del Estado moderno, el nombre “castellano” conserva su valor histórico y cultural.